La libertad en el pensamiento de Viktor Frankl

La libertad en el pensamiento de Viktor Frankl

"Los que estuvimos en campos de concentración recordamos a los hombres que iban de barracón en barracón consolando a los demás, dándoles el último trozo de pan que les quedaba. Puede que fueran pocos en número, pero ofrecían pruebas suficientes de que al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas -la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias- para decidir su propio camino" (El hombre en busca de sentido. pg. 69).

"Fundamentalmente, pues, cualquier hombre podía, incluso bajo tales circunstancias, decidir lo que sería de él -mental y espiritualmente-, pues aún en un campo de concentración puede conservar su dignidad humana. Dostoievski dijo en una ocasión: 'Sólo temo una cosa: no ser digno de mis sufrimientos' y estas palabras retornaban una y otra vez a mi mente cuando conocí a aquellos mártires cuya conducta en el campo, cuyo sufrimiento y muerte, testimoniaban el hecho de que la libertad íntima nunca se pierde. Puede decirse que fueron dignos de sus sufrimientos y la forma en que los soportaron fue un logro interior genuino. Es esta libertad espiritual, que no se nos puede arrebatar, lo que hace que la vida tenga sentido y propósito." (El hombre en busca… pg. 69-70).

“La libertad humana es finita. El hombre no está libre de condiciones. Pero es libre para asumir una actitud frente a ellas. Las condiciones no le determinan por completo. Dentro de ciertos límites depende de él que sucumba o que se rinda a las condiciones. O puede igualmente superarlas, y al hacerlo, abrirse y entrar en la condición humana… La libertad humana implica la capacidad, por parte del hombre, de desprenderse de sí mismo… La libertad de elegir una actitud con respecto a un estado psicológico se extiende incluso a los aspectos patológicos de dicho estado.” (Psicoterapia y humanismo, 50)

“Ser libre es el aspecto negativo de un fenómeno cuyo aspecto positivo se llama “ser responsable”. La libertad se torna arbitrariedad si no se vive en el sentido de la responsabilidad.” (Voluntad de sentido, 163)

“El hombre… tiene en cada caso la posibilidad de decidir libremente acerca de su ser. Decisión que entraña, incluso, la posibilidad de destruirse a sí mismo, de “extinguirse” por propia voluntad. La libertad de toda decisión, el libre albedrío, es algo obvio para el hombre sin prejuicios; tiene experiencia directa de sí mismo como libre. Solo puede poner seriamente en duda el libre albedrío quien se deje captar por una teoría filosófica determinista o que, padeciendo una esquizofrenia paranoica, experimente su voluntad como una voluntad no libre.” (Psicoanálisis y existencialismo, 131)

“El destino se presenta ante el hombre, principalmente, en la forma de “disposiciones” (fatalidad somática), y como su situación (la totalidad de las circunstancias de cada momento). Ambas constituyen su ”posición”, ante la que el hombre adopta una actitud, que es libre. Prueba de ello es que existe la posibilidad de dar un viraje en la vida, cambiando de posición en ella o ante ella (siempre que incluyamos la dimensión temporal, pues cabe el cambio de actitud con el tiempo). Del cambio de posición, en este sentido, forma parte por ejemplo todo lo que llamamos educación, posteducación y autoeducación, y también la psicoterapia en el sentido amplio de la palabra, y fenómenos como el de la conversión (...) En realidad, lo que caracteriza la vida del hombre es precisamente esa eterna lucha entre su libertad espiritual y su destino interior y exterior. (…)

Incluso dentro de un mundo circundante tan estrecho, tan confinado como este (el campo de concentración), pese a todas las restricciones sociales impuestas a su libertad personal, el hombre sigue siendo dueño, en última instancia, de su libertad para estructurar la existencia, de un modo o de otro, dentro de las condiciones en que vive… En condiciones tan tremendas puede el hombre afirmar su personalidad. (…) Cuando los reclusos sucumben a la acción de las fuerzas del medio social… es porque de antemano sucumbieron en su actitud espiritual. No se ha perdido la libertad de adoptar una actitud ante la situación concreta, sino que hubo una entrega ella, renunciando a luchar. La libertad no se “tiene -como se tiene una cosa que se puede perder-, sino que libertad “soy yo”.

Por muchas y muy importantes que fueran las cosas que en las primeras horas de su ingreso en el campo le arrebataran al hombre, nadie podía despojarle, hasta exhalar el último aliento, de la libertad de comportarse de tal o cual modo ante su destino.  La posibilidad de conservar tal o cual actitud seguía a pesar de todo manteniéndose en pie para él. (Psicoanálisis y existencialismo. 134, 136, 152, y nota 19)

“El hombre es ese ser que ha inventado las cámaras de gas de Auschwitz, pero también es el ser que ha entrado en esas cámaras con la cabeza erguida y el Padre Nuestro o el Shema Israel en sus labios.” (El hombre en busca de sentido, 87)

La libertad en el pensamiento de Viktor Frankl
“ Las circunstancias externas pueden despojarnos de todo, menos de una cosa: la libertad de elegir cómo responder a esas circunstancias.”

Viktor Frankl

Crítica al pandeterminismo

Se culpa con frecuencia al psicoanálisis de lo que se llama pansexualismo. Yo, por mi parte, dudo de que tal reproche haya sido alguna vez legítimo. Ahora bien, sí hay algo que a mí me parece todavía una presunción más errónea y peligrosa, a saber, lo que yo llamaría "pandeterminismo". Con lo cual quiero significar el punto de vista de un hombre que desdeña su capacidad para asumir una postura ante las situaciones, cualesquiera que éstas sean. El hombre no está totalmente condicionado y determinado; él es quien determina si ha de entregarse a las situaciones o hacer frente a ellas. En otras palabras, el hombre en última instancia se determina a sí mismo.

El hombre no se limita a existir, sino que siempre decide cuál será su existencia y lo que será al minuto siguiente. Análogamente, todo ser humano tiene la libertad de cambiar en cada instante. Por consiguiente, podemos predecir su futuro sólo dentro del amplio marco de la encuesta estadística que se refiere a todo un grupo; la personalidad individual, no obstante, sigue siendo impredecible. Las bases de toda predicción vendrán representadas por las condiciones biológicas, psicológicas o sociológicas. No obstante, uno de los rasgos principales de la existencia humana es la capacidad para elevarse por encima de estas condiciones y trascenderlas. Análogamente, y en último término, el hombre se trasciende a sí mismo; el ser humano es un ser autotrascendente.

Permítaseme citar el caso del Dr. J. Es el único hombre que he encontrado en toda mi vida a quien me atrevería a calificar de mefistofélico, un ser diabólico. En aquel tiempo solía denominársele "el asesino de masas de Steinhof, nombre del gran manicomio de Viena. Cuando los nazis iniciaron su programa de eutanasia, tuvo en su mano todos los resortes y fue tan fanático en la tarea que se le asignó, que hizo todo lo posible para que no se escapara ningún psicótico de ir a la cámara de gas. Acabada la guerra, cuando regresé a Viena, pregunté lo que había sido del Dr. J. "Los rusos lo mantenían preso en una de las celdas de reclusión de Steinhof, me dijeron. "Al día siguiente, sin embargo, la puerta de su celda apareció abierta y no se volvió a ver más al Dr. J.". Posteriormente, me convencí de que, como a muchos otros, sus camaradas le habían ayudado a escapar y estaría camino de Sudamérica. Más recientemente, sin embargo, vino a mi consulta un austríaco que anteriormente fuera diplomático y que había estado preso tras el telón de acero muchos años, primero en Siberia y después en la famosa prisión Lubianka en Moscú. Mientras yo hacía su examen neurológico, me preguntó, de pronto, si yo conocía al Dr. J. Al contestarle que sí, me replico: "Yo le conocí en Lubianka. Allí murió, cuando tenía alrededor de los 40, de cáncer de vejiga. Pero antes de morir, sin embargo, era el mejor compañero que imaginarse pueda. A todos consolaba. Mantenía la más alta moral concebible. Era el mejor amigo que yo encontré en mis largos años de prisión." Esta es la historia del Dr. J., el "asesino de masas de Steinhof”.

¡Cómo predecir la conducta del hombre! Se pueden predecir los movimientos de una máquina, de un autómata; más aún, se puede incluso intentar predecir los mecanismos o "dinámicas" de la psique humana; pero el hombre es algo más que psique.

(…) La libertad, no obstante, no es la última palabra. La libertad sólo es una parte de la historia y la mitad de la verdad. La libertad no es más que el aspecto negativo de cualquier fenómeno, cuyo aspecto positivo es la responsabilidad. De hecho, la libertad corre el peligro de degenerar en nueva arbitrariedad a no ser que se viva con responsabilidad. Por eso yo recomiendo que la estatua de la Libertad en la costa este de EE. UU. Se complemente con la estatua de la Responsabilidad en la costa oeste.

RESPONSABILIDAD

“El existir es, en su más profundo significado, ser responsable. Pero al asumir una responsabilidad el hombre se somete -libremente- a una ley. Es un estar ligado a un orden (superior), a una ley. Significa, en sentido literal: re-ligio.” (Voluntad de sentido, 75)

“Hablamos del ser humano como responsable precisamente en razón de la libertad natural del hombre. Y la relación entre la responsabilidad y la libertad manifiesta que la libertad no es solamente “libertad de” sino también “libertad para”, y que asumir la responsabilidad significa aquello para lo cual el hombre es libre.” (Voluntad de sentido, 100)

La responsabilidad está encuadrada en el carácter peculiar y singular de la existencia, como algo único y que solo se vive una vez; el existir humanamente consiste en ser responsable en vista de la finitud. (Psicoanálisis y existencialismo, 128)