Hiroshima, día uno: "Dios mío, ¿qué hemos hecho?"

FICHA

  • Tipo de actividad: Reflexión acerca del potencial destructor del armamento nuclear, tomando pie de un texto sobre el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima (Wyden, P., Día uno. Así empezó la Era Atómica. Martínez Roca, Barcelona, 1986, págs. 262-263)
  • VALORES QUE SE PUEDEN TRABAJAR: PAZ, JUSTICIA, DIGNIDAD HUMANA, CONCIENCIA MORAL, NECESIDAD DE CRITERIOS ÉTICOS EN EL USO DE LA CIENCIA Y LA TÉCNICA.
  • EDAD Y NIVEL RECOMENDADOS: 3º Y 4º ESO
  • DURACIÓN/TEMPORALIZACIÓN: Una sesión de clase (1 hora)
  • SINOPSIS: El texto tiene tres partes: Un relato de uno de los miembros de la tripulación del avión Enola Gay que realizó el bombardeo sobre Hiroshima, una explicación con datos relativos a las muertes ocurridas durante la II Guerra y en los bombardeos de Hiroshima y Nakasaki. Finalmente unas preguntas sobre la dimensión moral del uso de armas atómicas.
  • REFERENTE TEÓRICO (contenidos, competencias relacionados): Se busca mostrar la pertinencia de la reflexión ética acerca del desarrollo y empleo de la técnica en el caso de las armas nucleares y de destrucción masiva.
  • DESARROLLO: Se comienza con la lectura en común de la narración del lanzamiento de la bomba sobre Hiroshima. A continuación se puede leer y reflexionar conjuntamente sobre el texto explicativo sobre la destrucción generada durante la II Guerra y el potencial destructivo del armamento nuclear. Se puede acompañar de imágenes relativas a la destrucción de Hiroshima y Nagasaki, para concluir con la respuesta personal y por escrito a las preguntas que se formulan al final.

ACTIVIDAD

HIROSHIMA, DÍA UNO: "DIOS MÍO, ¿QUÉ HEMOS HECHO?"

“Dieciséis segundos después de las 8,15 las puertas del compartimento de bombas se abrieron automáticamente. Entre sus piernas, y en el espejo situado debajo, Ferebee vio que la bomba caía hacia el blanco.

Aligerado de casi 4.500 kilos, el avión se enderezó. Tibbets le imprimió un picado simultáneo de 60 grados y un giro a la derecha de 158 grados. La bomba estaba preparada para detonar al cabo de 43 segundos. A los 35, el piloto se colocó las gafas protectoras, pero no podía ver a través de ellas y las arrojó al suelo.

Jeppson había iniciado su propia cuenta. Cuando llegó a 43 segundos se detuvo. Pensó que la bomba no estallaría. En aquel momento una brillante luz llenó el aparato y Caron vio una enorme masa circular de aire que ascendía y se expandía, como si “un anillo de algún planeta distante se hubiera desprendido y se dirigiera hacia nosotros”.

Mientras Hiroshima iba quedándose atrás, Caron dictaba su relato a una grabadora: “Una columna de humo se levanta rápidamente. Tiene un núcleo rojo llameante... Los incendios se extienden por todas partes... Hay demasiados para contarlos... Aquí está la forma de hongo de que habló el capitán Parsons...”

Entonces el piloto radió un mensaje al general Farell: “Objetivo bombardeado visualmente con buenos resultados. Resultados inequívocos. Éxito en todos los aspectos. Efectos visibles mayores que en Alamogordo. Condiciones normales en el avión. Nos dirigimos a la base”.

En el asiento del copiloto, trabajando en su propio registro de la misión número 13, Lewis escribió: Dios mío, ¿qué hemos hecho?”

(Wyden, P., Día uno. Así empezó la Era Atómica.
Martínez Roca, Barcelona, 1986,
págs. 262-263)

La II Guerra Mundial tuvo consecuencias catastróficas; murieron unos 45 millones de personas; varios millones, más de 10, perecieron en las ciudades ocupadas o en los campos de concentración; más de 20 millones de personas fueron arrojadas de sus hogares; multitud de ciudades, fábricas, puentes, ferrocarriles quedaron destruidos; la ganadería y la agricultura arruinadas y, finalmente, los días 6 y 9 de agosto de 1945 hicieron explosión sendas bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki.

Hiroshima, con unos 400.000 habitantes, fue destruida en más del 90%, murieron unas 80.000 personas y otras tantas resultaron gravemente heridas. Nagasaki, con una población algo menor, sufrió daños algo menos catastróficos, 40.000 personas muertas y otras tantas heridas.

Con estos acontecimientos finalizó una guerra y comenzó la era atómica, y a partir de ese momento se ponía en evidencia una patética disyuntiva, un auténtico dilema moral: o la humanidad acaba con la guerra o la guerra acaba con la humanidad.

Nuestra actividad consistirá en lo siguiente:

1) Breve comentario de la narración. Comenta lo que más te ha impresionado, en particular las distintas reacciones o actitudes de algunos personajes.

2) Distingue entre "perfección y bondad técnica" y "perfección y bondad moral", y relaciona ambas. ¿Hay en la narración del bombardero alguna expresión que tenga que ver con esa diferencia? ¿Qué te hace pensar dicha expresión?

3) Puntúa entre 10 (máximo) y 0 (mínimo) la necesidad de que prevalezcan los criterios y valores morales sobre los logros técnicos y científicos, justificando tu respuesta.

4) Supón que formas parte de la tripulación del avión. Llegas a la base y tienes que escribir a tu familia. Escribe una carta con tu impresión de lo ocurrido. ¿Tenían todos los personajes que aparecen en el relato la misma responsabilidad moral acerca del bombardeo y las víctimas inocentes del mismo? Explícalo.