De animales, hombres y personas

Autor: José Javier Ruiz Serradilla


1. Noticias

“Una sentencia judicial reconoce a la chimpancé Cecilia como persona, le aplica un "habeas corpus" y será trasladada de Mendoza a Brasil”- encabeza el título de la noticia recogida en la página del Proyecto Gran Simio España (Nota 1) con fecha 5 de noviembre de 2016.

Con fecha 23 de enero de 2017 se publica la noticia que indica que el Parlamento de la Ciudad DF de México modifica el artículo 14 del título primero de la Carta de los Derechos de la Constitución Política de la ciudad de México en estos términos: “Esta Constitución reconoce a todos los seres vivos una dignidad inherente” (Nota 2)

El 26 de junio de 2.008 la Comisión de Medio Ambiente, del Parlamento Español, aprueba la Proposición No de Ley de apoyo al Proyecto Gran Simio, presentada el 25 de junio, convirtiéndose en el primer parlamento del mundo que se adhiere a los objetivos de tal Proyecto: "Hoy 25 de junio es un día histórico en la lucha por los derechos de los animales y en la defensa de nuestros compañeros evolutivos que sin duda quedará marcado en la historia de la humanidad. Ha sido un paso valiente y decidido por romper la barrera de la especie y otorgar unos derechos merecidos a unos seres cercanos a nosotros. España puede sentirse orgullosa de este primer paso fundamental de los derechos por los seres vivos, que sin duda será reconocido, aplaudido y seguido por todas las naciones de la Tierra", declaraciones de Pedro Pozas Terrados, Director Ejecutivo y Coordinador del Proyecto Gran Simio en España (Nota 3).

“No solo los simios. Los delfines y ballenas también deben ser tratados como «personas» no humanas, con derecho a la vida y a la libertad, según proponen prestigiosos científicos reunidos en la conferencia anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), la mayor del mundo, que se ha celebrado estos días en Vancouver (Canadá). Expertos en conservación y comportamiento de los animales consideran que estos cetáceos son suficientemente inteligentes para que reciban las mismas consideraciones éticas que los seres humanos, lo que implica poner fin a su caza, cautiverio o abusos. Por este motivo, apoyan la creación de una Declaración de los Derechos de los cetáceos (Nota 4)”- así reza la noticia recogida en el ABC del 24 de febrero de 2012 (Nota 5).

En consecuencia el Ministerio de Medio Ambiente de la India con fecha 17 de mayo de 2013 prohíbe el establecimiento de delfinarios en el país alegando las siguientes razones: “Considerando que los cetáceos en general son altamente inteligentes y sensitivos y varios científicos que han investigado la conducta de los delfines han sugerido su inusual alta inteligencia, esto significa, en comparación con otros animales, que el delfín debería ser visto como “persona no humana” y como tal debería tener sus propios y específicos derechos y es moralmente inaceptable su permanencia en cautividad con fines de entretenimiento (Nota 6).

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2. Peter Singer: el ideólogo y sus ideas

Todo comenzó el 5 de abril de 1973 con la publicación de la recensión del libro Animals, Men and Morals (Nota 7) debida a la mano de Peter Singer (Nota 8). Recensión encargada por el matrimonio Godlovitch –coautores del libro- que contribuyeron a la conversión de Singer y su mujer Renata a la causa animalista (Nota 9). Tras su publicación, Singer concibió la idea de escribir un libro que defendiera la causa animalista, así en 1975 se publicó Liberación animal que se convertiría en la Biblia de la causa.

De ese libro lo más importante, no lo más llamativo, es el capítulo 1: TODOS LOS ANIMALES SON IGUALES... o por qué el principio ético que fundamenta la igualdad entre los humanos exige que también extendamos la igualdad a los animales.

En él, Singer, defiende las siguientes ideas:

  1. Los animales son denominados animales no humanos (p. 37). (Se deduce que el hombre -según los presupuestos darwinistas que él defiende- es única y exclusivamente un animal).
  2. Al igual que existen diferencias entre hombres y mujeres que no afectan a su reconocimiento como iguales existen entre el animal humano y el animal no humano y, del mismo modo, no deben afectar al reconocimiento de los animales no humanos como iguales (p. 38).
  3. El principio de la igualdad no exige un tratamiento igual e idéntico sino una misma consideración: “Considerar de la misma manera a seres diferentes puede llevar a diferentes tratamientos y derechos(p. 38).
  4. “La igualdad es una idea moral, no la afirmación de un hecho. (…) El principio de la igualdad de los seres humanos no es una descripción de una supuesta igualdad real entre ellos: es una norma relativa a cómo deberíamos tratar a los seres humanos” (p. 40) (Nota 10).
  5. Este principio moral debe ser expresado desde las claves del utilitarismo (Bentham y Sidgwick): «Cada persona debe contarpor uno, y nadie por más de uno» (Bentham). Entendiendo aquí que los intereses de cada ser afectado por una acción han de tenerse en cuenta y considerarse tan importantes como los de cualquier otro ser. O en la formulación de Sidgwick, «El bien de unindividuo particular no tiene más importancia, desde el punto de vista delUniverso (por decirlo así), que el bien de cualquier otro» (p. 41) (Nota 11).
  6. En consecuencia, la afirmación de Sidgwick debe ser entendida, según Singer, del siguiente modo: “… el elemento básico—tener en cuenta los intereses del ser, sean cuales sean— debeextenderse, según el principio de igualdad, a todos los seres, negros oblancos, masculinos o femeninos, humanos o no humanos” (p. 41).
  7. Y, siguiendo el hilo del razonamiento, cualquier intento de no extender este principio moral a los animales no humanos debe ser calificado como especismo, entendiendo por tal, “un prejuicio o actitud parcial favorable a los intereses de los miembros de nuestra propia especie y en contra de los de otras” (Nota 12) (p. 42). Prejuicio equivalente al racismo o al sexismo.
  8. Pero, ¿cuál es el fundamento para atribuir el principio moral de la igualdad de intereses a los animales no humanos? Singer, apoya la posición de Bentham (Nota 13) señalando “la capacidad de sufrimiento como la característica básica que le otorga a un ser el derecho a una consideración igual” (p. 43).
  9. “De lo que se sigue que la capacidad de sufrir y gozar no sólo es necesaria sino también suficiente para que podamos decir que un ser tiene interés, aunque sea mínimo, en no sufrir” (p. 44).
  10. Este interés al no sufrimiento, común entre todos los seres sintientes, es el que funda que los animales no humanos tengan derechos morales (protecciones): “Si un ser sufre, no puede haber justificación moral alguna para negarse a tener en cuenta este sufrimiento. Al margen de la naturaleza del ser, el principio de igualdad exige que —en la medida en que se puedan hacer comparaciones grosso modo — su sufrimiento cuente tanto como el mismo sufrimiento de cualquier otro ser. Cuando un ser carece de la capacidad de sufrir, o de disfrutar o ser feliz, no hay nada que tener en cuenta. Por tanto, el único límite defendible a la hora de preocuparnos por los intereses de los demás es el de la sensibilidad (entendiendo este término como una simplificación que, sin ser estrictamente adecuada, es útil para referirnos a la capacidad de sufrir y/o disfrutar). Establecer el límite por alguna otra característica como la inteligencia o el raciocinio sería arbitrario. ¿Por qué no habría de escogerse entonces otra característica, como el color de la piel?” (pp. 44-45).

Desde estas ideas, surge el 23 de septiembre de 1977, la Declaración Universal de los derechos del animal que, tomando como modelo la Declaración Universal de los Derechos Humanos, intenta que se lleven a la práctica lo que el libro de Singer planteaba. No podemos afirmar que esta declaración haya sido redactada por el propio Singer pero es innegable que su mano anda por detrás.

El propio Singer es consciente de que a lo largo de los años se va consiguiendo el cambio de mentalidad y de lenguaje necesario aunque no es tan optimista en lo que al cambio de hábitos se refiere. Y también es consciente de que la discusión que el recoge en su libro –y en sus escritos posteriores- tiene un pequeño recorrido ya que solo se produce entre intelectuales por lo que su visión ha sido siempre la de que es necesario una acción política para producir un cambio cultural.

Por ello su implicación en los movimientos animalistas. Pero esta implicación toma una deriva particularmente interesante a partir de 1993 con la creación del Proyecto Gran Simio. Dicho proyecto se apuntala sobre tres pilares: uno teórico y dos prácticos. El primer pilar (teórico) es la publicación del libro intitulado El Proyecto Gran Simio: la igualdad más allá de la Humanidad. Libro prologado por Peter Singer y Paola Cavallierien el que se propone como objetivo conseguir que a los grandes simios antropoideos (orangutanes, bonobos, chimpancés, gorilas y humanos) les sean reconocidos “una serie de derechos básicos, como el derecho a que no les maten, a que no les secuestren o encarcelen sin justificación ni juicio, y a que no les torturen para que otros se diviertan o hagan experimentos” (Nota 14). Es decir, los tres derechos primordiales que se recogen en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Nota 15).

El segundo pilar lo constituye la creación de la organización The Great Ape Project International, con sede en bastantes países. En España afincada en Alcobendas (Madrid) desde 1999. Las funciones de esta organización se cifran en tres: “La primera es reunir información relativa a los grandes simios en general y a los localizados en el propio territorio particular, realizando o actualizando censos y haciendo un seguimiento de aquellos que se encuentren en condiciones especialmente malas. La segunda es difundir esta información, y sensibilizar a la opinión pública. La tercera es la de defender los derechos de los simios cuando sea posible mediante una reforma legal y, cuando no, mediante campañas de liberación o mejora de las condiciones de vida de simios concretos. Los grupos nacionales ayudan también a la creación de santuarios, bien dentro del propio país o en lugares de origen de cada especie, donde puedan vivir en libertad con otros miembros de su especie” (Nota 16).

Su tercer pilar es la Declaración de los Grandes Simios que busca el reconocimiento internacional de los tres derechos antedichos con el objetivo de que los grandes simios sean declarados como personas no humanas.

Tocamos aquí con el objetivo fundamental de Singer y sus seguidores: que la extensión del principio de igualdad lleve a la consideración de que todo ser sintiente (lo que solemos llamar animal) pertenece a la comunidad de los iguales. Es decir, lo que Singer ha pretendido siempre, y lo sigue haciendo, es que el ser humano sea considerado como un animal más y ya que el prejuicio especieísta lo tenemos tan asumido que no es fácil eliminarlo debido a la noción de persona y al principio de la santidad de la vida humana que sustenta esta noción debemos eliminar el concepto de persona y si, no es posible, al menos, cambiar su significado.

De ahí que Singer utilice según los contextos dos expresiones altamente significativas. Cuando habla de los animales los denomina animales no humanos unas veces y otras personas no humanas. Sólo podremos llegar a considerar a los hombres como animales cuando hayamos extendido la noción de persona a todos los animales porque –y esto es una afirmación mía- cuando todo ser semoviente es persona, nadie es persona.

¿Por qué esta pretensión? Pues simplemente porque es la consecuencia lógica de su propia posición ideológica. Singer es un darwinista utilitarista y es una exigencia necesaria de su posición eliminar la noción de persona.

Expliquémoslo.

Singer entiende el darwinismo (Nota 17) más allá de una posición con respecto al problema de la evolución. Él, sumándose a otros muchos como Richard Dawkins, Stephen Clarke o James Rachels, por ejemplo, considera el darwinismo como una ideología que interpreta, entre otras cosas, que la diferencia entre todas las especies –incluido el ser humano- es una diferencia meramente cuantitativa y nunca cualitativa. Así, en el fondo, la diferencia entre el ser humano y el resto de los animales no es una diferencia de grado, es simplemente una cuestión de desarrollo. Es por ello, que el hombre es simplemente un animal más evolucionado o, para no caer en el prejuicio especieísta, evolucionado de una forma peculiar por azarosa y, en consecuencia ni mejor ni peor, que la del resto de las especies animales.

El darwinismo es completado en Singer por su ética utilitarista. El utilitarismo es una teoría moral que se basa en el principio: “El mayor bien al mayor número”. Entendiendo por bien el interés que cada individuo tiene. Interés es lo que se desea, lo que se busca. Y lo que buscamos no es más que obtención de placer y evitación de dolor. Por lo tanto el mayor bien será siempre el balance alguedónico (placer-dolor) positivo. Pero este balance no puede medirse a nivel individual porque sería primar mi propio interés al del otro. Este es el sentido de la afirmación de Bentham que veíamos más arriba: «Cada persona debe contarpor uno, y nadie por más de uno». De ahí que el balance alguedónico debe ser el determinado por el mayor número –la mayoría- lo que lleva a asumir lo que los utilitaristas denominan “efectos colaterales”, a saber, que siempre habrá una minoría que tendrá que quedar fuera ya que la noción de placer-interés es tan voluble que la mayoría es la que determina a qué llamar placer o dolor en cada momento.

Desde esta perspectiva entenderemos que el utilitarismo tiene que sustituir la noción de “santidad de la vida humana” por otra noción, que ya está en buena parte instalada, la de “calidad de vida”. Esa es la razón por la que el reconocimiento de que todo ser humano es persona y, por tanto, de que toda vida humana es digna (sagrada) hace imposible el cálculo utilitarista abocando su proyecto “moral” al fracaso.

Con el fin de eliminar dicha noción Singer pretende, además de todo lo dicho hasta aquí, hacernos caer en la cuenta de que la noción de persona es una noción judeo-cristiana que ha sido desarrollada e instalada en Occidente por el cristianismo. Es, para él, un invento religioso que ha generado una separación de la especie humana con respecto a las otras con un desprecio hacia ellas que se expresa en el ejercicio del poder despótico (dominio) del ser humano sobre el resto de las especies animales y sobre los recursos naturales de nuestro mundo que está llevando a la explotación y destrucción de nuestro planeta. Es pues el cristianismo la religión del especismo y sus consecuencias: el odio y la destrucción de todo lo no humano que acabará con lo humano mismo (Nota 18).

“… las intuiciones que subyacen tras estas leyes –las que protegen la santidad de la vida humana- no son resultado de verdades morales autoevidentes sino el producto históricamente condicionado de las doctrinas de la inmortalidad, del pecado original, y de la condenación, que difícilmente se aceptan ahora; doctrinas que son tan detestables de hecho, que si alguien las aceptara nos veríamos inclinados a descalificar cualesquiera otras opiniones morales que esa persona sustentara” (Nota 19)-afirma Singer. (La negrita es mía).

No hay aquí ningún complot internacional que esté buscando la destrucción del ser humano sino simplemente la búsqueda de un cambio de paradigma por medio de la acción teórica y práctica consecuencia del darwinismo utilitarista que Singer defiende. Él mismo lo afirma repetidamente: “No hay evidencia alguna de que quitar la vida a miembros de nuestra propia especie bajo circunstancias especiales tenga un efecto contagioso sobre nuestra disposición a matar en otras circunstancias. La evidencia histórica sugiere lo contrario. Como hemos visto, los antiguos griegos mataban o abandonaban regularmente a los pequeños, pero se mostraban al parecer tan remisos a quitar la vida de sus compañeros ciudadanos como los cristianos medievales o los modernos americanos. En las sociedades esquimales era habitual que un hombre diera muerte a sus viejos padres, pero era virtualmente desconocido entre ellos matar a un adulto normal saludable. Los colonos blancos en Australia podían matar a los aborígenes por deporte, como sus descendientes disparan hoy sobre los canguros, sin ningún efecto discernible sobre la seriedad con que se juzgaba el hecho de dar muerte a un blanco. Si podemos colocar a seres tan básicamente similares como los aborígenes australianos y los europeos en categorías morales distintas sin transferir al otro nuestras actitudes para con uno de los grupos, no habrá seguramente demasiada dificultad en discriminar de los seres humanos normales a los niños que están grave e irreparablemente incapacitados. Por otra parte, todo el que piense que puede haber un riesgo de consecuencias funestas en el hecho de abandonar la doctrina de la santidad de la vida humana, debe sopesar esta posibilidad con el doble mal que esta doctrina está realmente produciendo: el sufrimiento de los niños cuya miseria es innecesariamente prolongada y el de los seres no humanos –animales- cuyos intereses son ignorados” (Nota 20)- cita larga pero harto esclarecedora.

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3. De animales y hombres

A pesar de su posición o quizás gracias a ella, Singer nos sitúa ante una serie de cuestiones que no podemos eludir: ¿Tienen los animales derechos? ¿Son los animales personas no humanas? Problemas que nos remiten a la cuestión fundamental: ¿Qué es ser animal? Y que a su vez no podremos resolver si no es en diálogo abierto y libre de prejuicios sobre lo que se nos da en la naturaleza animal y en la naturaleza humana. (No pretendo hacer aquí una afirmación que me lleve a tomar como punto de partida la distinción animal-hombre. Creo que los hechos, como veremos, nos impondrán tal distinción).

Gómez de Pereira (Nota 21) en su Antoniana Margarita (1554) parece ser el primer médico y filósofo que sostiene la teoría del automatismo de las bestias según la cual los animales son máquinas. A saber, los animales no sienten (ni ven, ni huelen, ni oyen), simplemente los estímulos disparan unos mecanismos complejos (objeto motivo) que producen una respuesta consecuente (objeto terminativo).

René Descartes tendrá la misma consideración acerca de los animales (Nota 22). Descartes considera que la sensación es propia del alma racional (cogito) por lo que donde no hay esta –y en los animales no la hay- no hay sensación.

Frente a esta posición, se presenta Singer, asumiendo el mismo argumento pero dándole la vuelta: Es evidente que los animales son seres sintientes, por lo tanto son racionales y si racionales, personas (Nota 23).

Pero, ¿realmente es tal la disyuntiva? ¿Solo cabe que los animales sean o máquinas (cosas) o personas?

Intentemos aproximarnos a la realidad animal, a lo que se nos da.

a. El círculo funcional (Funktionskreis) y el mundo circundante (Umwelt) en el animal – ruptura del círculo funcional y mundo (Welt) en el hombre

El animal es un ser activo y esa actividad consiste esencialmente en un darse cuenta de y en actuar en relación a lo percibido. Ese darse cuenta de es distinto en cada especie animal y es a partir de él cómo el entorno (mundo circundante) difiere de unos a otros.

Podríamos decir que el mundo circundante del animal está constituido por un mundo de señales (Merkwelt) que se corresponde con su propio mundo de impulsos (Wirkungswelt).

Así podríamos afirmar que las cosas y los demás animales representan algún interés para el animal solo en la medida en que pueden despertar en él un estímulo y suscitar alguna de las acciones contenidas en su repertorio de respuestas (Nota 24). Es decir, para el animal, el mundo se reduce a entorno (mundo circundante). Sólo hay lo que suscita una respuesta para la que está preparado (Nota 25).

Es a esto a lo que se denomina círculo funcional (Funktionskreis). Lo interesante del asunto es que este hecho nos muestra que el animal no es ni cosa (máquina) ni persona. Es un ser intermedio que se caracteriza por tener un cierto mundo interior (Innerwelt) que se manifiesta en la realización de dos operaciones propias: Una cierta receptividad –que aunque la tradición aristotélica ha denominado como conocimiento sensible, yo no me atrevo a denominarla así porque puede dar lugar a confusiones- y un cierto aparato tendencial (propensión instintiva) que le permite responder adecuadamente a lo que capta y satisfacer sus necesidades.

Es por ello, muy importante, no interpretar el círculo funcional en clave mecanicista. El punto de partida, el foco, es el "interés" del animal, motivado única y exclusivamente por sus necesidades. Son estas las que le llevan a reducir el mundo a entorno, a aquello que da respuesta a sus "intereses".

Podemos ver que, a diferencia del animal, el hombre no tiene entorno sino mundo.

Esos “intereses” constituyen lo que se ha denominado instinto pero no podemos entender el instinto a la manera mecanicista ya que, por una parte, no haría justicia a la vida consciente propia del animal y, por otra parte, no daría razón del fenómeno del aprendizaje que llega a ser muy complejo en ciertos animales.

Me parece muy acertada la denominación de instinto propia de Bergson (Nota 26), y recogida por Prieto (Nota 27), distinguiéndola de lo propio del ser humano: la inteligencia.

“… el instinto es una facultad de utilizar los instrumentos orgánicos que el animal tiene incorporados, mientras que la inteligencia es la facultad de fabricar y de emplear instrumentos artificiales” (Nota 28).

Denominación que no excluye la capacidad de aprendizaje:

“… la incorporación de los instrumentos al propio organismo (instrumentos de los cuales el instinto es como la guía de uso) significa una especialización funcional que permite la realización de operaciones sumamente precisas, pero al mismo tiempo muy limitadas e invariables (Nota 29).

Frente al instinto, en el ser humano aparece la inteligencia que rompe con las barreras del instinto introduciendo en el ser humano un campo infinito de posibilidades (Nota 30), fruto de su propia autoconciencia, que rompe la barrera del entorno transformándolo en mundo. Mundo que transforma la seguridad propia del animal en una inseguridad constitutiva que sustituye el reino de la determinación por el de la libertad. Esa es la pobreza constitutiva del ser humano que, sin embargo, constituye una inmensa riqueza: la de ser animal de realidades- en expresión zubiriana-, de compromiso, de profundos afectos, no sólo intensos, y de amor.

De animales, hombres y personas

(Nota 31) LEYENDA:

  • Merkmalsträger: Portador de señales.
  • Wirkungswelt: Mundo de impulsos.
  • Effektor: Efector.
  • Händlungsorgan: Órgano ejecutivo.
  • Merkorgan: Órgano de sentido.
  • Receptor: Receptor.
  • Innerwelt: Mundo interior.
  • Merkwelt: Mundo de señales.
De animales, hombres y personas

(Nota 32) LEYENDA:

  • Merkwelt: Mundo de señales.
  • Merknetz: Órgano receptor.
  • Wirknetz: Órganoejecutor.
  • Innerwelt: Mundo interior.
  • Wirkungswelt: Mundo de operaciones.
  • Objekt: Objeto.
  • Receptor: Receptor.
  • Merkmalträger: Portador de señales.
  • Gegenfüge: Estructura polar.
  • Wirkunsträge: Portador de impulsos.
  • Effektor: Efector.

b. Animales nidícolas y nidífugosversus hombre: nidífuga con caracteres nidícolas

La ornitología (Nota 33), observando a la cría recién salida del huevo, distingue entre dos tipos de aves:

  • Nidícolas (Nesthocker) o insensores: Son las aves que nacen sin plumas y con los ojos cerrados. Necesitan calor, alimento y cuidado de sus progenitores entre 15 y 23 días antes de estar capacitadas para volar y abandonar el nido.
  • Nidífugas (Nestflüchter) o autófagos: Son, por el contrario, las que nacen completamente revestidas de plumón, con los ojos abiertos y son capaces de ir detrás de la madre y de buscar y picotear por sí mismos el alimento.

Si tomamos como préstamo esta distinción -como hace Portmann- y la aplicamos a los mamíferos, nos encontraríamos con:

  • Mamíferos nidícolas: Con estructura corpórea poco especializada, insuficiente desarrollo cerebral en el momento del nacimiento, corta duración de la gestación, alto número de crías en cada camada, estado de completa indefensión tras el nacimiento (falta de pelo, temperatura corporal dependiente de la temperatura externa, ojos y oídos cerrados, proporciones de los órganos muy distintas a las del adulto).
  • Mamíferos nidífugas: Estructura corporal especializada, diferenciación más rica, desarrollo cerebral más avanzado, período de gestación más prolongado, una o dos crías por camada, proporciones de los miembros corporales similares a las del adulto y conducta semejante a la de este, ojos y oídos abiertos y conducta autosuficiente nada más nacer.

De aquí se deduce que en los animales existe una relación constante entre el grado de organización de cada especie y el tipo particular de desarrollo ontogenético (individual) que puede extenderse al desarrollo filogenético (específico).

En principio, todas las especies humanas podrían ser clasificadas en estas dos categorías pero, cuando llegamos a los simios, nos encontramos que en ellos, a pesar de ser nidífugos, se alarga la dependencia de la madre. Así, en “los monos aulladores … de Sudamérica dura más de año y medio, mientras que en los macacaapenas llega a un año. El proceso de maduración sexual es más lento en la infancia y se prolonga, en consecuencia, hasta el cuarto o quinto año de vida. En los hominoideos se hace más marcada todavía la tendencia. La vinculación a la madre llega a durar hasta tres años. Después siguen los años de juventud: de dos a tres en el gorila; de siete a ocho en el chimpancé. Ambos alcanzan hacia el décimo año de vida la plena madurez” (Nota 34).

De todas formas, aunque esta tendencia nidícola aumenta en estas especies nidífugas, en el hombre es excesivamente exagerada.

Si nos fijamos en el niño recién nacido, podemos afirmar sin lugar a dudas que es un nidífuga. Su tiempo de gestación es bastante más que el de cualquier nidícola. Los nidícolas tienen los órganos de los sentidos en su etapa embrionaria y los cierran justo antes de nacer. En el ser humano ocurre algo parecido pero al quinto mes se cierran, ampliándose así durante cuatro meses su periodo de gestación, lo que le permite un desarrollo y perfeccionamiento del sistema de movimiento y de los órganos de los sentidos que alcanzan, en el caso de estos últimos, un desarrollo equivalente al de nidífugas muy desarrollados como el potro o el cordero (Nota 35).

Pero es un nidífuga cuyo desarrollo se acerca más al de un nidícola. En este sentido aparecen tres características con gran relevancia:

  • La proporción de las partes del cuerpo.
  • El peso del cuerpo.
  • El crecimiento cerebral.
  • La proporción de las partes del cuerpo

Atendamos a la siguiente tabla:

De animales, hombres y personas

NOTA: El valor 1 se refiere a la longitud de las partes del cuerpo en el momento del nacimiento.

Si nos fijamos en ella podemos observar la disparidad del crecimiento de las partes del cuerpo del ser humano con respecto a las de chimpancé. El tronco casi se triplica con respecto al del bebé, las brazos se triplican en tamaño y las piernas casi deben cuatriplicar las del recién nacido.

  • El peso del cuerpo

El peso manifiesta también un rasgo típico de nidícola. Su fragilidad y menor ritmo de crecimiento dan la impresión, en comparación con los antropoides, de que el niño quedará muy rezagado en complexión corporal y peso, lo que no ocurre. Portmann indica que hay una relación entre el desarrollo del complejo sistema nervioso humano y ese ritmo lento de crecimiento de las crías humanas (Nota 36).

  • El crecimiento cerebral

El parecido con los nidícolas también aparece en el niño en el factor de crecimiento cerebral, entendiendo por tal el cociente de la división de la masa del cerebro del adulto entre la del recién nacido.

Observemos las dos tablas recogidas a continuación:

De animales, hombres y personas

(Nota 37)


De animales, hombres y personas

(Nota 38)

Habitualmente se admite que 5 es el umbral que representa la transición entre nidícolas y nidífugas. Nidícolas mayor que 5 y nidífugas menos que 5.

El factor de crecimiento cerebral en el hombre es de 4,3 que, como podemos observar, se aleja bastante de los valores de los primates y mamíferos acercándose bastante al umbral pero sin llegar a superarlo.

¿Qué se puede concluir desde estos datos?

Que el niño ha nacido prematuramente, al igual que el nidícola. Siguiendo la proporción de desarrollo de los demás nidífugas, el niño nace con un año de anticipación. El periodo de gestación del ser humano debería ser, según esta correlación, de 21 meses, no de 9.

¿Por qué entonces nace antes? Porque tiene que ser acogido socialmente para poder desarrollar tres de los rasgos típicos del ser humano: la posición erecta, la actividad inteligente y el lenguaje. Rasgos que no podrían ser realizados sin el acogimiento materno-paterno (social).

  • Posición erecta

El niño en el momento del nacimiento posee una organización neuromuscular muy compleja pero para lograr dominarla, conseguir la posición erecta y, en consecuencia, andar necesita un complicado proceso de control, imitación y aprendizaje que dura, cuando menos, un año.

Así, hacia el tercer mes adquiere la musculatura necesaria para sostener la cabeza por sí solo. En el sexto mes es capaz de sentarse e incorporarse. Aproximadamente hacia el octavo mes logra mantenerse erguido o bien con ayuda o bien sujetándose en los objetos que le rodean. Al llegar al primer año logra mantenerse en pie y dar los primeros pasos. De aquí al dominio total de esa capacidad transcurre muy poco tiempo.

Pero lo más interesante de este proceso es que coincide en el tiempo con los grandes procesos del inicio de la actividad inteligente y de la adquisición y el desarrollo del lenguaje. Por eso “no es tanto el caminar erguido lo que debería despertar el interés … sino la posición erguida” (Nota 39).

  • La actividad inteligente

Es curioso como, al mismo tiempo, que se aprecia este desarrollo comienza a darse el desarrollo de la actividad inteligente. Comienza el niño con una actividad basada en la simple imitación pero entre el noveno y el décimo mes comienza a aparecer un tipo de comportamiento novedoso que se basa en la comprensión de nexos de sentido que ya suponen todo un proceso de abstracción-conceptualización que se irá desarrollando progresivamente.

  • El lenguaje

Este proceso comienza entre el tercer y cuarto mes cuando el niño comienza a producir una gran gama de sonidos propios. Estos experimentos de fonación se intensifican en los meses siguientes dando lugar a balbuceos y monólogos ininteligibles en los que se acrecienta el dominio en la producción de una gran variedad de sonidos. Sonidos que empezarán a adquirid capacidad representativa simultáneamente a la comprensión de nexos de sentido. Así poco, a poco, y a una velocidad extraordinaria se irá adquiriendo un dominio del lenguaje que expresará, cada vez más y mejor, el desarrollo de la capacidad de abstracción-conceptualización.

Este primer año de gestación extrauterina, a la luz de los hechos, se nos muestra como necesaria para el adecuado desarrollo de la cría humana y nos pone de relieve esa característica propiamente humana que es la alteridad, la referencia al otro sin el cual no podría desarrollarse plenamente.

Este proceso de desarrollo familiar-educacional no acaba tras este primer año. Sí es verdad que sufre una brusca desaceleración que se volverá a acelerar en la pubertad. Pero de nuevo podemos ver cómo esa desaceleración se produce tras el desarrollo de esas estructuras básicas que son las bases para que, durante la larga infancia del ser humano, puedan ir madurando su sistema nervioso que camina a la par del proceso educativo.

De animales, hombres y personas

(Nota 40)

Da la sensación que todo camina al unísono en este ser peculiar con la finalidad de rebosar su animalidad sintiente en animalidad racional (inteligente, volente, afectiva). Rebosamiento que no se produce como un epifenómeno que emerge sino como consecuencia del desarrollo de esas capacidades que al ejercitarse se manifiestan en sus actos propios ya que el obrar sigue al ser.

c. Centricidad animal y excentricidad humana

Los vegetales, las plantas, se caracterizan en su organización por tener una forma abierta. El vegetal se encuentra en un entorno del que forma parte sin diferenciarse de él. Su relación con su mundo circundante es nutricional con la finalidad de hacer posible su crecimiento propio. Pero “para la planta no existe la posibilidad de separarse del medio para manifestar su individualidad (…) carecen (…) de un sí mismo que comunique la conciencia al sujeto” (Nota 41). La planta no es un individuo.

Si atendemos a los animales, nos encontramos con una forma cerrada. Aparece aquí una individualidad, un cierto tipo de conciencia, que permite la interrelación del animal con su hábitat. Ahora bien, esa conciencia diversa según la especie es siempre conciencia limitada, por el desconocimiento que todo animal tiene de sí mismo y del sentido de sus acciones. Desde aquí, podríamos decir con Plessner en Los grados de lo orgánico y el hombre, que es característico del animal su posición céntrica o centricidad:

“El animal vive moviéndose desde el centro y retornando a su centro, pero no se experimenta a sí mismo como centro, pues carece de la reflexividad necesaria para saber qué es y qué hace. Por esta razón no es un yo” (Nota 42).

Esta diferencia del animal frente al vegetal, lo es también con respecto al ser humano. El hombre, también está dotado de una forma cerrada pero es capaz de ponerse tras de sí, distanciándose de sí lo que le permite tener autoconciencia. Y es esta la que posibilita la comprensión racional de la realidad y sus respuestas afectivas y volitivas a ella transcendiendo así el ciclo de la necesidad biológica a la que está sometida el animal situándose en una posición excéntrica.

Es esta excentricidad la que manifiesta una diferencia esencial, no de grado, entre el hombre y el animal. Es el ser humano una persona porque sabe que conoce, siente que siente –goza y sufre- y quiere querer. Posición excéntrica que vuelve a poner de manifiesto el carácter incompleto y, por ello, abierto del ser humano que se revela en esa condición de incesante búsqueda que hace de él un ser de cultura.

En este sentido, Plessner, considera que la cultura es una necesidad ontológica que se manifiesta orientando la actividad humana según tres leyes:

  • La ley de la artificialidad natural.
  • La ley de la inmediatez mediata.
  • La ley del lugar utópico.
  • La ley de la artificialidad natural

El hombre, ese apátrida de la naturaleza, al tener una razón que rompe su configuración tendencial transformándola de necesaria (voluntas ut natura) en libre (voluntas ut ratio) queda absolutamente desamparado, instalado en la Nada (imNichtsstehen- en expresión de Plessner-), por lo que tiene que recurrir a instrumentos y artefactos que le ayuden a vivir en la naturaleza y a crear instrumentos culturales que le ayuden a encaminarse a esa plenitud que la naturaleza circundante le niega pero que su propia naturaleza humana le exige.

  • La ley de la inmediatez mediata

Esa situación de ser intermedio (daimon diría el Platón de El Simposio) sujeto a la inmediatez natural –por una parte- y a la mediación de su razón –por otra- le convierten en un ser peculiar –distinto del animal- que se encuentra como un espíritu encarnado inserto en el mundo más que como un animal racional que trasciende su entorno.

  • La ley del lugar utópico

Es esa realidad demónica –por excéntrica- del ser humano la que le proyecta más allá de todo lugar natural rompiendo el entorno que se le presenta como un mundo que hay que comprender y del que hay que buscar su fundamento último. Es así el hombre el que no tiene lugar porque busca el lugar más allá de todo lugar que dé un fundamento firme a su ser llevándolo a esa plenitud que su posición excéntrica manifiesta como nostalgia de Absoluto porque el hombre en su propia naturaleza se manifiesta como capax Dei.

d. Especialización animal e inespecialización humana

El animal está adaptado al medio y la expresión morfológica de ello es su especialización. Sin embargo el ser humano es un animal absolutamente inespecializado, se podría afirmar que excesivamente primitivo.

“… está desprovisto de revestimiento de pelo y de protección natural contra la intemperie. Carece igualmente de órganos naturales para el ataque, como los depredadores y demás animales cazadores, y de una constitución física adecuada para la fuga, como los herbívoros. Es inferior a la mayoría de los animales en la capacidad y agudeza de los sentidos. Le falta la certera guía para la protección de la vida que son los instintos. Está sometido durante un largo período de tiempo al cuidado y la solicitud de sus progenitores” (Nota 43).

Si nos atenemos a su dotación natural, el hombre debería haberse extinguido nada más aparecer.

Pero, sin embargo, parece que esta inespecialización e inadaptación es la que, de alguna forma, sirve para acoger ese rasgo distintivo humano que es la inteligencia (capacidad de comprender la realidad) ya que lo que se nos da en el mundo animal es que la especialización del animal está en proporción inversa con su capacidad de aprendizaje (Nota 44).

Especialización biológica y entorno se reclaman en el animal así como inespecialización biológica y mundo lo hacen en el ser humano.

Así, comportamentalmente hablando, podríamos afirmar que la especialización promueve el instinto y la inespecialización la inteligencia. A esta afirmación se podría argüir que hay animales capaces de aprender y que el aprendizaje rompe con el instinto y en consecuencia con la especialización. En cierto modo tendríamos que dar razón a esta afirmación pero solo en cierto modo ya que, aunque modifica el instinto, no lo destruye sino que lo amplía pues se sigue manteniendo una asociación firme entre la pulsión instintiva, lo aprendido y la supervivencia. El aprendizaje animal está siempre al servicio de la satisfacción de las necesidades, no rompe con ellas cosa que no ocurre en el ser humano.

De hecho, ahí está el secreto de la supervivencia humana. Es esa ruptura con sus propias necesidades naturales que se expresa morfológicamente en su inespecialización biológica y conductualmente en su inadaptación al mundo la que acoge la inteligencia poniéndola en acción. Así el ser humano es el único animal que no está sujeto a un hábitat determinado porque mediante la técnica ha sido capaz adaptar el ambiente a él mismo. Es además, como hemos visto un ser problemático –cultural- que descubre dentro de sí un mundo inmenso de posibilidades que le son exigidas por su propia naturaleza racional y libre. Y en ese sentido es un ser trágico: es consciente de que puede plenificar su vida, pero también malograrla. El reino de la determinación instintiva ha sido sustituido en él por el reino de la libertad inteligente.

Pero ahondemos un poco más en la inespecialización humana.

Gehlen entiende que las carencias orgánicas del ser humano deben ser entendidas como primitivismos entendiendo por tales estadios muy tempranos del desarrollo orgánico.

Los primitivismos humanos pueden ser:

  • Ontogenéticos: Caracteres embrionarios o fetales que se conservan en el individuo adulto.
  • Filogenéticos: Caracteres presentes que, según la anatomía comparada, resultan ser más antiguos o primitivos que los de otras especies animales.

La presencia de ambos tipos de primitivismos nos llevan a tener que afirmar que el hombre es un ser muy arcaico que ha evitado desde los tiempos muy antiguos el camino de la especialización (Nota 45).

Pero aquí surge un problema, que Gehlen pone de manifiesto.

Según la ley de Dollo los órganos y funciones perdidos por causa de la evolución filogenética lo son irreversiblemente y no vuelven a recuperarse jamás (Nota 46).

Si esto es cierto y el sentido del desarrollo de la evolución es de menos especialización a mayor especialización, como indica el darwinismo, entonces la especie humana no puede provenir de los grandes monos antropoideos.

Pero, antes de abordar posibles soluciones a ese problema, acerquémonos a los principales primitivismos de la especie humana.

De animales, hombres y personas

(Nota 48) LEYENDA:

N: Neurocráneo.
S: Esplacnocráneo (parte facial o del rostro).
F: Frontal.
P: Parietal.
O: Occipital.

Fm: Foramen magnum.

De animales, hombres y personas


  1. En los mamíferos adultos, sobre todo en los antropoides el esplacnocráneo se desplaza hacia adelante.
  2. La región nasal, consecuentemente, también se desplaza hacia delante formando un plano continuo con la frente huidiza siendo la prolongación de esta.
  3. Así, la formación del hocico conlleva una disminución de la capacidad craneal.
  4. Si comparamos los cráneos de los antropoides y del hombre encontramos una semejanza indudable en el periodo embrionario e infantil: mayor capacidad craneal que en los adultos y escaso desarrollo mandibular.
  5. De aquí se puede concluir que la evolución craneal de los antropoides (siguiendo la ley de Haeckel: la ontogenia recopila la filogenia) nos muestra el sentido de una especialización creciente.
  6. El hombre, sin embargo, ha conservado esos rasgos infantiles (neoténicos) también a nivel filogenético.
  • La dentadura y la mandíbula (Nota 49)
De animales, hombres y personas
  1. La dentadura humana carece de diastema (espacios vacíos) entre caninos y premolares imprescindibles para el desarrollo de los poderosos caninos, aptos para lacerar y desgarrar.
  2. Posición vertical de los dientes. En especial de los caninos que en los antropoides se encuentran curvados hacia delante. (En el estado embrionario de la mayoría de los mamíferos los dientes tienen posición vertical. También en los monos, antes del cambio de los dientes).
  3. Carencia de un canino que destaque. Se encuentra en los mamíferos placentarios considerados más antiguos: insectívoros.
  4. Premolares junto a los caninos de tipo molar (con dos puntas) frente a los de los antropoides con una punta.
  5. Forma característica del canino que se manifiesta en la formación de la superficie lingual gracias al desarrollo de una protuberancia existente en los incisivos. La especialización en los antropoides han hecho que se pierda esa forma por lo que es imposible pensar que los humanos hayan tenido alguna vez caninos parecidos a los de los antropoides.
  6. La posición y dimensiones de los caninos humanos están en estrecha relación con el desarrollo de la capacidad craneal ya que al no estar desarrollados no es necesaria una musculatura potente para mover unas mandíbulas con colmillos prominentes. Musculatura que requiere de robustas crestas y aristas óseas donde anudarse –en la parte superior del cráneo- y que reducen la capacidad craneal.
  7. El arco dental humano es casi parabólico lo que está al servicio de una lengua mayor y de un ensanchamiento mayor del cráneo.

En los antropoides, según Osborn y Frechkop, hay una especialización desde el primitivo pie, que aparece en el humano, hasta conseguir lo necesario para un animal arbóreo con locomoción balanceante que necesita de las manos y las piernas. Este animal presenta las siguientes características:

De animales, hombres y personas
  1. Dimensiones de las extremidades superiores más largas en razón del hábitat arbóreo.
  2. Acortamiento de las dimensiones de las patas.
  3. Cuatro dedos en la mano estrechamente vinculados entre sí y dotados de un único y mismo movimiento de garfio.
  4. El pulgar de la mano se acorta y atrofia perdiendo su capacidad de aferrar.
  5. La mano se transforma en una suerte de pinza o gancho.
  6. El pie sigue el mismo camino de la mano: alargamiento de los cuatro dedos, separación del dedo grueso con tendencia a la atrofia y al desarrollo de la capacidad prensil del pie.

A partir de los primitivismos recogidos podemos observar, como propone Osborn, las diferencias entre el hombre y el mono (Nota 51).

De animales, hombres y personas

Diferencias que muestran la oposición hombre inespecializado-mono especializado y que, conforme a lo visto, nos pueden hacer apreciar mucho más las diferencias.

Pero, no sólo, dejamos pendiente el asunto de la dirección evolutiva que todos los investigadores de los rasgos neoténicos que aparecen en el ser humano indican que no es posible en la dirección antropoides-ser humano.

De animales, hombres y personas

Con el intento de explicar esto Gehlen muestra dos teorías: la de la ralentización o retardación evolutiva de Bolk y la de la proterogénesis de Schindewolf.

  • Teoría de la ralentización o retardación evolutiva (Bolk) (Nota 52)

Bolk incide en que todos los rasgos típicamente humanos son neoténicos. La causa de su inespecialización es interna. Lo que denomina el principio de ralentización: hay una ralentización o retardación constitutiva del ser humano en su desarrollo.

Este principio explicaría también el alargamiento de los períodos del desarrollo humano: ritmo excepcionalmente lento de su crecimiento, prolongada duración del periodo infantil y dilatada vida somática tras la extinción de la capacidad reproductiva.

La ralentización tiene su origen en la actividad del sistema endocrino lo que se confirma en que las perturbaciones del sistema endocrino humano hacen que dicha ralentización desaparezca apareciendo caracteres pitecoides.

  • Teoría de la proterogénesis (Schindewolf) (Nota 53)
De animales, hombres y personas
(Nota 54)

A partir del estudio del cráneo humano y de las consecuencias morfológicas que tiene su propia estructura sobre el resto de la morfología humana Schindewolf concluye que hay que construir un nuevo modelo explicativo de las relaciones filogenéticas entre los póngidos y los homínidos.

Cree que los monos antropoides y el hombre derivan de una forma primitiva común más “antropomorfa” que los monos antropoides actuales y que debe haber poseído, al menos en el estadio infantil, el conjunto de formas típicamente humano.

A partir de este común antecesor se experimentó un perfeccionamiento progresivo en los homínidos y una regresión en los póngidos. De este modo se aclara el hecho desconcertante de que al retroceder en la filogenia, los representantes más antiguos de los homínidos son cada vez más parecidos a los póngidos mientras que los póngidos más antiguos son más parecidos, tanto en la forma del cráneo como en la del pie, a los homínidos que a los monos antropoides actuales.

e. Máquina (biológica), animal y ser humano

Como ya hemos visto, nos encontramos hoy ante una doble posición de naturaleza pendular en lo que a la realidad animal se refiere.

Por un lado, con la equiparación de los animales a cosas –máquinas biológicas-. Posición esta defendida desde Gómez de Pereira y consolidada por Descartes y todo el mecanicismo posterior y que llega a nuestros días defendida por buena parte del propio darwinismo materialista.

Por otro lado, también inspirada en el darwinismo materialista, nos encontramos con la posición de aquellos que consideran que los animales manifiestan rasgos que los equiparan con las personas –seres sintientes-. Así, como ya conocemos, los animales –al menos los más evolucionados- deberían ser considerados como personas no humanas.

Pero, ¿hacen justicia estas dos posiciones a la naturaleza del animal?

No lo parece.

Inspirándose en Von Uexküll, el descubridor del círculo funcional animal, Heidegger (Nota 55) hace una distinción interesante que podemos tomar como punto partida.
“… la piedra es sin mundo (Weltlos), el animal es pobre de mundo (Weltarm) y el hombre formador de mundo (Weltbildend)” (Nota 56).

De entrada, la observación nos hace ver que el animal no debe ser considerado como cosa. El animal tiene mundo, aunque sea pobre. Es por lo que el círculo funcional no debe ser interpretado como un mero mecanismo estímulo-respuesta. No es el animal una máquina, es como bien veía Aristóteles un ser animado con una vida singular, vida sensitiva. Esa vida sensitiva que hace que el animal tenga su propio mundo interior (Innerwelt- lo denomina Von Uexküll-). Mundo interior caracterizado por la presentación de tres notas distintivas: conciencia, deseo y afección.

Conciencia. Es simplemente capacidad de tener noticia de lo que le rodea. Ese tener noticia es diverso según la especie animal de lo que hablemos. Pero notar algo no es lo mismo que comprenderlo. El animal se relaciona con su mundo según su propia naturaleza específica y puede llegar hasta a realizar aprendizajes que suponen un cierto grado de complicación pero su conciencia no va más allá. Es pobre de mundo.

Deseo. Ese tener noticia se dispara hacia el mundo notado produciendo una respuesta consciente. Podemos afirmar que el animal tiene deseos. Pero deseos que se reducen a la satisfacción de una serie de necesidades que brotan de su mundo interior y que le facultan para asegurar su propia supervivencia y, en consecuencia, la de la especie. Deseos que le vienen dados y que no son evaluados y, por ello, no son elegidos.

Afección. Que el animal tiene sentimientos es indudable. El animal puede sentir alegría y tristeza, puede sentir placer y dolor. Pero placer y dolor sentidos no es lo mismo que placer y dolor gozados y sufridos. El sentimiento animal, a diferencia de los sentimientos en el ser humano y, sobre todo, de lo que podríamos denominar sentimientos racionales, no necesita de la conciencia de un yo ni de la comprensión de ciertas realidades. No es lo mismo el sentimiento animal que el sentimiento humano.

Estamos por tanto ante seres semovientes –que se mueven por sí mismos-, utilizando la expresión clásica, que tienen conciencia no inteligente y deseos no libres. Por tanto, no ante máquinas (Nota 57), pero tampoco ante seres humanos.

El animal racional, en terminología aristotélica, manifiesta algo inusitado que Heidegger expresa de forma magistral al indicar que es formador de mundo (Weltbildend). ¿Qué queremos decir? Como lo expresa MacIntyre, la diferencia de naturaleza entre un animal –delfín- y un ser humano, es lo que le puede hacer “florecer” –perseguir su bien propio- y esto es la capacidad de distanciarse de sus deseos (Nota 58).

Pero esta capacidad, ¿qué presupone?

Al menos tres notas: autoconciencia, libertad y afectividad.

Autoconciencia. Es quizás, Descartes –como bien anota Michel Henry- el que lo ha expresado de manera radical e inigualable: Viderevideor (Nota 59) (me parece ver). Este es el acontecimiento radical que funda lo humano, el aparecer de mí mismo ante mí, ese aparecer en el que se me da mi ser, mi yo (Nota 60). (Tengo que aclarar que cuando hablo de autoconciencia no estoy exigiendo que sea actual sólo estoy haciendo una pura descripción fenomenológica que debe ser completada por su respectiva comprensión filosófica. Nada puede aparecer a menos que previamente sea –imagino que Michel Henry se me echaría encima-. De hecho ese aparecer me remite al ser previo que se abre y se manifiesta como yo. Podríamos, por tanto, afirmar que la autoconciencia es pre-consciencia de mí que exige ser consciencia de mí actual, pero que puede ser impedida por alguna situación: la corta edad, una malformación, lesión cerebral, estado de coma, enfermedad, etc.).

Esa autoconciencia se me manifiesta como conciencia interna del tiempo. Soy un presente continuo (nunc stans) del que brota un pasado (retención) y se abre a un futuro (protención).

Esa constitutiva temporalidad se abre tridimensionalmente como corporeidad (cuerpo vivido) al otro, a la alteridad, que a través del cuidado –que impone el amor- me abre al acontecimiento (Nota 61) del mundo. Ha comenzado así esa aventura de conocimiento que parte del conocimiento de mí que se irá asentando cada vez más fuerte como ser único, irrepetible e insustituible.

Y que se abre al conocimiento de los seres del mundo (cosas, animales) y al conocimiento de los otros yoes que me rodean. Conocimiento que se sustrae de la mera noticia porque va a la raíz de lo que todo lo real es.

Libertad. Y esa autoconciencia de mí que me abre al conocimiento de lo real como real abre al mismo tiempo mi deseo que se transforma en deseo de Belleza, de Bien y de Verdad. En deseo de búsqueda y encuentro con el Bien Perfecto. Esa apertura del deseo es la libertad. Libertad que no se ciñe a la necesidad de la mera supervivencia biológica sino que la trasciende a la búsqueda de esa Suprema Necesidad que sólo se puede buscar desde la elección libre y el compromiso con ella –la donación de la propia vida- porque es asunto de amor, o más bien de dejarse amar (Nota 62).

Afectividad. Esa apertura a la delectación del Bien no ya como útil sino como Bien. Delectación que sólo puede surgir como resultado de la posesión o ausencia de ese Bien resultado de mis elecciones libres, resultado del mi ordo amoris(del peso de mi amor que no es otra cosa que acogida –dejarme amar-) y que se me manifiesta afectivamente como gozo –no como goce- o como sufrimiento –no como dolor-.

Podríamos seguir hablando de la inteligencia, y quizás lo hagamos a modo de excurso, pero creo que hemos llegado a la clave de la distinción: ¿Es lo mismo ser animal que ser hombre?

Parece claro que no. Pero, además, lo dicho nos lleva a concluir que los seres humanos a diferencia de las cosas y los animales somos personas.

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4. De personas

a. Ser persona

¿Qué es una persona?

Sin entrar en más consideraciones podríamos decir que es un ser único, irrepetible e insustituible (Nota 63) radicalmente abierto a al otro. (Por ello, dice Spaemann, que no se debe hablar de persona sino de personas) (Nota 64). Y en la apertura al otro, abierto a todo lo real.

Todos los seres humanos somos personas. ¿Por qué? Porque esa definición hace referencia a esas notas reales que se dan necesariamente en todos los seres humanos. Todos entendemos que ser humano es tener esas notas y no realizar los actos que esas notas nos permiten. Es por ello que distinguimos perfectamente entre un enfermo y un no enfermo. Y nunca dudamos, o no deberíamos hacerlo, de su naturaleza personal.

Más aún, podemos afirmar que todo miembro de la especie humana es persona desde que comienza a existir y dejará de serlo en el supuesto de que pueda dejar de existir.
Su condición personal no es, por tanto, ni adquirida ni otorgada sino simplemente constatada. Nadie puede otorgarme o quitarme la condición personal ni tampoco es una condición a la que se llegue tras un determinado desarrollo –ejecución de actos- porque lo que puede desarrollarse ya es. (“El obrar sigue a ser” o, dicho de otro modo, “De la nada,nada sale”).

b. Dignidad de la persona humana

Todos podemos constatar que no valemos para nada porque no somos cosas. Cuando alguien nos ha medido por la utilidad siempre nos hemos sentido ofendidos. Y no es para menos ya que nuestro valor no es el valor relativo de la utilidad que alguien nos puede otorgar o quitar en función de sus intereses.

También somos conscientes de que nuestro valor no es relativo al mantenimiento del propio planeta o del ecosistema, ni al mantenimiento de la supervivencia de otras especies, ni al mantenimiento de la propia especie y, ni siquiera,a la propia supervivencia. Ese es el valor propio del animal. En el fondo, el animal, como bien veían los griegos, está en función del cosmos natural. Si alguien nos quisiera tratar como un animal –y hay intentos de ello-, nos revelaríamos: no se puede hablar de plagas de seres humanos como de plagas de langostas, ni decir como algunos que la superpoblación o los avances médicos han roto el orden natural y, por ello, hay que reducir la población humana, ni que, como podemos correr peligro de extinción,hay que establecer granjas reproductivas de seres humanos. Todo ello nos suena a terrible distopía porque todos entendemos que nuestro valor no es el valor de un animal, al igual que entendemos que el valor de un animal no es el de una cosa.

Nuestro valor es el propio de una persona. Es decir, tenemos valor propio, valemos por nosotros mismos y en razón de nosotros mismos. Cada uno de nosotros tiene un valor absoluto nunca absolutamente relativo como el valor de una cosa o parcialmente relativo (Nota 65) como es el de un animal.

A ese valor propio y absoluto que todo ser humano tiene y que es expresión de su ser personal es a lo que llamamos dignidad. En lenguaje técnico dignidad ontológica o fundamental.

c. Dignidad humana, ontológica o fundamental como fundamento de los derechos humanos o fundamentales

Ese valor propio y absoluto me exige que a toda persona, incluida la mía,la debo tratar como persona y no como cosa. Tampoco como animal. (Kant lo expresaba diciendo que dignidad es exigencia de respeto).

Y la expresión de ese trato que se debe dar a toda persona es lo que denominamos derechos fundamentales o, simplemente, derechos humanos.

Esos derechos son, por tanto, especificaciones del trato debido a toda persona por lo que brotan de la propia naturaleza del ser personal lo que implica que son prejurídicos. Es decir, no constituyen derechos positivos sino naturales (Nota 66) y, como tales, no tienen necesidad de ser legislados. De hecho, pueden serlo, pero cuando se legislan simplemente se proclaman o declaran constituyendo la base de todo derecho positivo. Es, por ello, que se suele decir que las leyes positivas se pueden promulgar o derogar a diferencia de los derechos humanos que son inalienables. Nadie los puede constituir ni abolir, simplemente se deben reconocer y respetar.

d. ¿Tienen los animales derechos fundamentales?

¿Tienen los animales derechos fundamentales? Llegamos al final a la cuestión candente. El recorrido ha sido largo pero ya tenemos razones más que suficientes para poder responder a la pregunta.

Sólo las personas tienen derechos fundamentales; estos, en el fondo, no son más que expresiones del trato que debemos dar a todos los seres que tienen naturaleza personal.

¿Son los animales seres personales? Hemos visto que no. Los seres personales se caracterizan por ser autoconscientes, libres y por tener una capacidad afectiva que exige conocimiento y libertad.

Luego la consecuencia es clara, los animales no tienen derechos fundamentales como muestra su propia naturaleza y, por tanto, cualquier supuesta proclamación de derechos fundamentales del animal en general o de los grandes simios o cetáceos (delfines o ballenas) es ciencia ficción. Podremos hacer las declaraciones que queramos pero los animales no tendrán derechos a menos que neguemos la propia naturaleza personal del ser humano, desdibujándola y llamando persona a cualquier otro ser, aunque no tenga rasgos personales o considerando como decía Bentham –padre espiritual de Peter Singer- al afirmar que los derechos inalienables son tonterías con zancos (Nota 67) lo que muestra esa actitud que se denomina iuspositivismo que considera que los derechos humanos son invenciones del ser humano. Peter Singer, siguiendo esta línea, afirmaría que invenciones especieístas.

e. ¿Cuál es el trato debido a los animales?

A partir de lo dicho, ateniéndonos a esos datos fenomenologícos que se nos dan, Singer y sus seguidores nos tacharían de especieístas y, acto seguido, nos acusarían de ser maltratadores de animales.

Pero, ¿negar que los animales tengan derechos supone afirmar el maltrato animal? ¿Qué trato debemos dar a los animales?

Creo que la respuesta es clara, el trato debe ser el que surge del valor que manifiesta su propia naturaleza animal. Si el valor que ellos mismos manifiestan es un valor relativo al orden natural, a la supervivencia de la especie y a su propia supervivencia deberíamos concluir en ese orden de gradación de valores el trato que se le debe dar al animal (Nota 68).

Lo cual no quiere decir que el maltrato animal esté justificado. En ningún caso. El ser humano tiene la obligación, como ser racional y moral que es, de velar por el mantenimiento del orden natural –a pesar de que no lo haga muchas veces-. Cualquier atentado contra la naturaleza es un atentado no sólo contra la propia naturaleza sino contra su propio ser personal. La misión del hombre es cuidar de la naturaleza e intentar preservarla usando de ella de forma razonable y nunca despótica.

Ya bien lo decía Tomás de Aquino: “... el que está hecho a sentir compasión de los animales, muy dispuesto se halla a sentirla por los hombres” (Nota 69). Texto absolutamente denostado por Singer (Nota 70) pero que expresa muy bien la obligación moral que tiene el hombre de cuidar tanto al hombre como a la naturaleza usando de ella razonablemente y, repito, nunca despóticamente.

A la luz de lo dicho, no me parece extraño que el animalismo propugnado por Singer y por sus seguidores más cercanos, no tenga ese carácter romántico, bohemio y, por ello, simpático, que manifiesta el veganismo a la moda. No creo que Singer crea sinceramente en que los animales son personas no humanas ni que realmente esté convencido de que tienen derechos fundamentales, antes bien, tiendo a pensar que esto no es más que parte de esa estrategia del darwinismo político en el que milita y que considera necesario para extender ese su proyecto ideológico, que con toda legimitidad aunque- a mi parecer- con ausencia de verdad, intenta que avance ya que él mismo sostiene, fiel al rousseaunianismo que profesa, que las ideas son comprendidas por pocos y, por ello, para el cambio de mentalidades es necesaria la acción política.

Frente a ello yo soy de esos amigos de Sócrates que piensa que todo corazón humano aspira al conocimiento de la verdad porque aspira a dejarse invadir por el Bien perfecto, ese Bien que está inscrito en la propia naturaleza del hombre y que le llama a la comunión con él. Esa comunión que, el pagano de Platón -¿o más bien S. Platón?- designa con la palabra Ágape (Nota 71) (amor de donación).

Y pensar esto es apelar al corazón de cada uno de vosotros para que entréis en diálogo con la realidad, para que cada uno a vuestro nivel, conozcáis la verdad de las cosas y viváis conforme a lo que vayáis descubriendo. Eso sí, nunca en soledad. Platón bien sabía por Sócrates que la verdad (homología) solo se alcanzaen diálogo. La tarea será difícil y larga, como toda tarea de amor pero sólo desde ahí podremos establecer redes de ágape que hagan un hombre que sirva a la realidad, un hombre que entienda de verdad y no de demagogias. Quizás alguno de vosotros, llevado por la impaciencia que surge de la urgencia de salvar la gravedad de la situación, piense que tal vez se pueda justificar el uso de la demagogia. No os dejéis arrastrar por esa falsa urgencia. Los discípulos de Sócrates saben que “es mejor padecer injusticia que cometerla” y los que, además, somos discípulos de Jesús, el Maestro, sabemos algo más que sólo la verdad nos hace libres (Nota 72).

¡Amén!

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ANEXO I

Declaración universal de los derechos del animal

Londres, 23 de septiembre de 1977

Adoptada por la Liga Internacional de los Derechos del Animal y las Ligas Nacionales afiliadas en la Tercera reunión sobre los derechos del animal, celebrada en Londres del 21 al 23 de septiembre de 1977. Proclamada el 15 de octubre de 1978 por la Liga Internacional, las Ligas Nacionales y las personas físicas que se asocian a ellas. Aprobada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y posteriormente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU)

* * * *

Preámbulo

Considerando que todo animal posee derechos,
Considerando que el desconocimiento y desprecio de dichos derechos han conducido y siguen conduciendo al hombre a cometer crímenes contra la naturaleza y contra los animales,
Considerando que el reconocimiento por parte de la especie humana de los derechos a la existencia de las otras especies de animales constituye el fundamento de la coexistencia de las especies en el mundo,
Considerando que el hombre comete genocidio y existe la amenaza de que siga cometiéndolo,
Considerando que el respeto hacia los animales por el hombre está ligado al respeto de los hombres entre ellos mismos,
Considerando que la educación debe enseñar, desde la infancia, a observar, comprender, respetar y amar a los animales,
Se proclama lo siguiente:

Artículo 1.

Todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen los mismos derechos a la existencia.

Artículo 2.

a) Todo animal tiene derecho al respeto.
b) El hombre, en tanto que especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a los otros animales o de explotarlos violando ese derecho. Tiene la obligación de poner sus conocimientos al servicio de los animales.
c) Todos los animales tienen derecho a la atención, a los cuidados y a la protección del hombre.

Artículo 3.

a) Ningún animal será sometido a malos tratos ni actos crueles.
b) Si es necesaria la muerte de un animal, ésta debe ser instantánea, indolora y no generadora de angustia.

Artículo 4.

a) Todo animal perteneciente a una especie salvaje, tiene derecho a vivir libre en su propio ambiente natural, terrestre, aéreo o acuático y a reproducirse.
b) Toda privación de libertad, incluso aquella que tenga fines educativos, es contraria a este derecho.

Artículo 5.

a) Todo animal perteneciente a una especie que viva tradicionalmente en el entorno del hombre, tiene derecho a vivir y crecer al ritmo y en las condiciones de vida y de libertad que sean propias de su especie.
b) Toda modificación de dicho ritmo o dichas condiciones que fuera impuesta por el hombre con fines mercantiles, es contraria a dicho derecho.

Artículo 6.

a) Todo animal que el hombre ha escogido como compañero tiene derecho a que la duración de su vida sea conforme a su longevidad natural.
b) El abandono de un animal es un acto cruel y degradante.

Artículo 7.

Todo animal de trabajo tiene derecho a una limitación razonable del tiempo e intensidad del trabajo, a una alimentación reparadora y al reposo.

Artículo 8.

a) La experimentación animal que implique un sufrimiento físico o psicológico es incompatible con los derechos del animal, tanto si se trata de experimentos médicos, científicos, comerciales, como toda otra forma de experimentación.
b) Las técnicas alternativas deben ser utilizadas y desarrolladas.

Artículo 9.

Cuando un animal es criado para la alimentación debe ser nutrido, instalado y transportado, así como sacrificado, sin que de ello resulte para él motivo de ansiedad o dolor.

Artículo 10.

a) Ningún animal debe ser explotado para esparcimiento del hombre.
b) Las exhibiciones de animales y los espectáculos que se sirvan de animales son incompatibles con la dignidad del animal.

Artículo 11.

Todo acto que implique la muerte de un animal sin necesidad es un biocidio, es decir, un crimen contra la vida.

Artículo 12.

a) Todo acto que implique la muerte de un gran número de animales salvajes es un genocidio, es decir, un crimen contra la especie.
b) La contaminación y la destrucción del ambiente natural conducen al genocidio.

Artículo 13.

a) Un animal muerto debe ser tratado con respeto.
b) Las escenas de violencia en las cuales los animales son víctimas, deben ser prohibidas en el cine y en la televisión, salvo si ellas tienen como fin el dar muestra de los atentados contra los derechos del animal.

Artículo 14.

a) Los organismos de protección y salvaguarda de los animales deben ser representados a nivel gubernamental.
b) Los derechos del animal deben ser defendidos por la ley, como lo son los derechos del hombre.

VERSIÓN REVISADA de la "Declaración Universal de los Derechos de los Animales" por la Liga Internacional de los Derechos del Animal en 1989, presentada a la Directora General de la UNESCO en 1990 y publicada ese mismo año.

Preámbulo:

Considerando que la Vida es una, que todos los seres vivos tienen un origen común y que se han diferenciado en el curso de la evolución de las especies;

Considerando que todo ser vivo tiene derechos naturales y que todo animal con un sistema nervioso tiene derechos particulares;

Considerando que el desprecio o el simple desconocimiento de esos derechos naturales causan graves atropellos a la Naturaleza y llevan a cometer al hombre crímenes contra los animales;

Considerando que la coexistencia de las especies en el mundo significa el reconocimiento por la especie humana del derecho a la existencia de las otras especies animales;

Considerando que el respeto de los animales por el hombre es inseparable del respeto entre los hombres,

Se proclama lo que sigue:

Artículo 1: Todos los animales tienen igual derecho a la existencia en el marco de los equilibrios biológicos; esta igualdad no oculta la diversidad de las especies y los individuos.

Artículo 2: Toda vida animal merece respeto.

Artículo 3: Ningún animal debe someterse a malos tratos o a actos crueles; si es necesario matar a un animal, su muerte debe ser instantánea, indolora y que no le produzca angustia; y el animal muerto debe ser tratado con decencia.

Artículo 4: El animal salvaje tiene derecho a vivir libre en su medio natural y a reproducirse; la privación prolongada de su libertad, la caza y la pesca por diversión, así como toda utilización del animal salvaje para otros fines que no sean los vitales son contrarios a este derecho.

Artículo 5: El animal que el hombre tiene bajo su dependencia tiene derecho a ser mantenido y a cuidados y atenciones; en ningún caso debe ser abandonado ni matado en forma injustificada.

Artículo 6: la experimentación con un animal que provoque sufrimiento físico y psíquico viola los derechos del animal.

Artículo 7: Todo acto que acarree sin necesidad la muerte de un animal y toda la decisión que conduzca a ella constituyen un crimen contra la Vida.

Artículo 8: La masacre de los animales salvajes y la destrucción de sus ambientes son genocidios.

Artículo 10: La educación y la instrucción pública deben llevar al hombre desde su infancia a observar, comprender y respetar a los animales”.

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ANEXO II

Declaration of Rights for Cetaceans: Whales and Dolphins
Based on the principle of the equal treatment of all persons;
Recognizing that scientific research gives us deeper insights into the complexities of cetacean minds, societies and cultures;
Noting that the progressive development of international law manifests an entitlement to life by cetaceans;
We affirm that all cetaceans as persons have the right to life, liberty and wellbeing.
We conclude that:

  1. Every individual cetacean has the right to life.
  2. No cetacean should be held in captivity or servitude; be subject to cruel treatment; or be removed from their natural environment.
  3. All cetaceans have the right to freedom of movement and residence within their natural environment.
  4. No cetacean is the property of any State, corporation, human group or individual.
  5. Cetaceans have the right to the protection of their natural environment.
  6. Cetaceans have the right not to be subject to the disruption of their cultures.
  7. The rights, freedoms and norms set forth in this Declaration should be protected under international and domestic law.
  8. Cetaceans are entitled to an international order in which these rights, freedoms and norms can be fully realized.
  9. No State, corporation, human group or individual should engage in any activity that undermines these rights, freedoms and norms.
  10. Nothing in this Declaration shall prevent a State from enacting stricter provisions for the protection of cetacean rights.

Agreed, 22nd May 2010, Helsinki, Finland (http://www.cetaceanrights.org/)


NOTAS

Nota 1.- http://proyectogransimio.org/noticias/noticias-destacadas/en-una-decision-judicial-inedita-la-mona-cecilia-sera-trasladada-de-mendoza-a-brasil.
http://proyectogransimio.org/noticias/ultimas-noticias/sentencia-judicial-historica-en-argentina-a-favor-de-cecilia-una-chimpance-que-se-encuentra-en-el-zoologico-de-mendoza
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Nota 2.- http://proyectogransimio.org/noticias/ultimas-noticias/proyecto-gran-simio-mexico-junto-con-otras-organizaciones-nacionales-e-internacionales-consiguen-el-respeto-y-dignidad-de-los-seres-vivos-en-df-mexico
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NOTA 3.- http://proyectogransimio.org/noticias/noticias-destacadas/se-aprueba-la-pnl-de-apoyo-al-pgs.
Cortes Generales. Diario de sesiones del congreso de los diputados. Año 2008. IX Legislatura. Núm. 48. pp. 26-30. (http://proyectogransimio.org/documentos-1/aprobacion-de-la-proposicion-no-de-ley-de-apoyo-al-pgs/view)
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NOTA 4.- Declaración que fue promulgada por el Grupo de Helsinki el 22 de mayo de 2010 cuyo contenido recogemos en el ANEXO .
Acerca del Grupo de Helsinki se recoge lo siguiente en http://www.cetaceanrights.org/pdf_bin/helsinki-group.pdf:
“The Helsinki Group was formed out of the Cetacean Rights: Fostering Moral and Legal Change Conference’ held in Helsinki, Finland in May 2010, which was the brainchild of philosopher Dott. Paola Cavalieri. The Helsinki Group is formed of the founding signatories to the ‘Declaration of Rights for Cetaceans: Whales and Dolphins’ who now form the Steering Committee guiding the Declaration forward. Public manifestation of the work of The Helsinki Group is through www.cetaceanrights.org Administrative support for The Helsinki Group is currently provided by WDC, Whale and Dolphin Conservation”.
La ideóloga (brainchild) del grupo es, según se afirma, Paola Cavalieri, cofundadora -junto con Peter Singer- del Proyecto Gran Simio.
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NOTA 5.- http://www.abc.es/20120224/ciencia/abci-delfines-personas-humanas-201202241349.html
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NOTA 6.- “Whereas cetaceans in general are highly intelligent and sensitive, and various scientists who have researched dolphin behavior have suggested that the unusually high intelligence; as compared to other animals means that dolphin should be seen as “non-human persons” and as such should have their own specic rights and is morally unacceptable to keep them captive for entertainment purpose” GOVERNMENT OF INDIA. MINISTRY OF ENVIRONMENT & FORESTS.Central Zoo Authority.Circular, 17-05-2013. (http://www.moef.nic.in/assets/ban%20on%20dolphanariums.pdf).
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NOTA 7.- GODLOVITCH, Stanley y Roslindy- HARRIS, John.Animals, Men and Morals.Taplinger, New York, 1972.
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NOTA 8.- Recensión publicada en la revista The New York Review of Books. Número intitulado Liberación Animal.
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NOTA 9.- Prieto, p. 46.
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NOTA 10.- Es de notar la visión darwinista (materialista y ¿emprista?) que subyace a estas afirmaciones. Singer, al igual que Hume, tiene una visión de la naturaleza humana como un conjunto de notas que solo pueden ser descritas empíricamente, no hay más. Desde aquí se entiende que no haya ningún hecho metafísico que pueda fundar una norma moral y, como ya vio bien Hume, desde el ámbito empírico (ser) no se puede pasar al ámbito moral (deber ser).
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NOTA 11.- Esta afirmación de Sidgwick recuerda mucho al texto de las Enéadas de Plotino que será criticado por los Capadocios: “Los hombres en su ignorancia no saben resistir a la fascinación de discursos como: ‘Tú serás mejor, no sólo que todos los hombres, sino también que los dioses’. ¡Hasta tal punto llega la presunción humana incluso en aquel que antes era un hombre humilde, un pobre individuo cualquiera! Basta que se le diga: ‘Tú eres hijo de Dios, y no los otros que antes venerabas, ni tampoco aquellas realidades que, siguiendo la antigua tradición, honraban a aquellos hombres: tú eres más grande incluso que el cielo, y eso además sin esfuerzo’. Pero ¿qué sucedería si todos en coro hicieran profesión de tal superioridadEnéadas, II, 9, 9, 11.52 ss. (La cursiva es mía). Es interesante como en la crítica a Singer Iñigo Ongay, materialista filosófico discípulo de Gustavo Bueno, al igual que todos los que están en torno a Bueno, le acusan de neoplatonismo.
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NOTA 12.- Singer aclara, en nota a pie de página, el origen del término especismo: “El término «especismo» (speciesism) se lo debo a Richard Ryder. Desde la primera edición de este libro se ha aceptado su uso general y ahora se incluye en The Oxford English Dictionary, segunda edición (ClarendonPress, Oxford, 1989)”. (Liberación animal, p. 42, nota 4).
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NOTA 13.- Recojo el texto de Bentham que el mismo Singer cita por extenso por ser de gran importancia para la discusión: “Puede llegar el día en que el resto de la creación animal adquiera esos derechos que nunca se le podrían haber negado de no ser por la acción de la tiranía. Los franceses han descubierto ya que la negrura de la piel no es razón para abandonar sin remedio a un ser humano al capricho de quien le atormenta. Puede que llegue un día en que el número de piernas, la vellosidad de la piel o la terminación del os sacrum sean razones igualmente insuficientes para abandonar a un ser sensible al mismo destino. ¿Qué otra cosa es la que podría trazar la línea infranqueable? ¿Es la facultad de la razón, o acaso la facultad del discurso? Un caballo o un perro adulto es sin comparación un animal más racional, y también más sociable, que una criatura humana de un día, una semana o incluso un mes. Pero, aun suponiendo que no fuera así, ¿qué nos esclarecería? No debemos preguntarnos: ¿pueden razonar?, ni tampoco: ¿pueden hablar?, sino: ¿pueden sufrir?”Introductiontothe Principies of Morals and Legislation, cap. 17.
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NOTA 14.- SINGER, P.- CASAL, P. “El proyecto gran simio y el concepto de persona” en Laguna, Revista de Filosofía, nº 7 (2000), p. 333.
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NOTA 15.- Artículos 3 (“Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”), 4 (“Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas”), 5 (“Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”) y 9 (“Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado”).
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NOTA 16.- Ib., p. 334.
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NOTA 17.- El darwinismo constituye también para Singer una posición política. Él se considera representante de una izquierda darwinista: “Quisiera señalar que una de las mejores fuentes de ideas para revitalizar el pensamiento de izquierdas está en un enfoque del comportamiento humano cuya base más firme sea la interpretación moderna de la naturaleza humana. Es hora ya de que la izquierda se tome en serio el hecho de que los hombres animales evolucionados y de que la evidencia de esta herencia no se encuentra sólo en nuestra anatomía y en nuestro ADN, sino también en nuestros deseos y en el modo en que tratamos de satisfacerlos. Dicho en otras palabras, es hora ya de desarrollar una Izquierda Darwiniana”. SINGER, P. Desacralizar la vida humana. Ensayos sobre Ética. Cátedra, Madrid, 2003, p. 449.
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NOTA 18.- A fin de analizar esto detenidamente resultan muy interesantes el capítulo 5 de Liberación animal titulado “El domino del hombre… una breve historia del especismo”, pp. 231-259 y el artículo “Desacralizar la vida humana” en Desacralizar la vida humana. Ensayos sobre ética, capítulo 15,pp. 275-297.
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NOTA 19.- SINGER, P. “Desacralizar la vida humana” en Desacralizar la vida humana. Ensayos sobre ética, capítulo 15,p. 296.
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NOTA 20.- Ib., pp. 296-297.
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NOTA 21.- http://filosofia.org/pereira.htm
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NOTA 22.- SÁNCHEZ VEGA, Miguel S.M., «Estudio comparativo de la concepción mecánica del animal y sus fundamentos en Gómez Pereyra y Renato Descartes», en Revista de Filosofía, publicada por el Instituto de Filosofía «Luis Vives», Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, Año XIII, número 50, julio-septiembre 1954, páginas 359-461.
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NOTA 23.- “… los proponentes del PGS (…) parecen recorrer el mismo circuito argumental, aunque sea, bien es cierto, barriendo el argumento ad hominem de Pereira a sensu contrario: si los brutos tuviesen sensación, y dada la conexión entre aprehensión y juicio, resultaría arbitrario negarles el razonamiento, ahora bien, es obvio (…) que los animales sienten, ergo, no subsistirá en tales condiciones fundamento alguno para rehusar la siguiente conclusión: los animales son sujetos racionales o, al menos, raciomorfos”. ONGAY, I. Veinte años del Proyecto Gran Simio: el animalismo desde el materialismo filosófico. (Texto base de la lección de mismo título impartida por el autor en la Escuela de Filosofía de Oviedo, enero de 2013 - http://nodulo.org/ec/2013/n132p01.htm#kn05-)
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NOTA 24.- PRIETO LÓPEZ, L. El hombre y el animal, p. 128.
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NOTA 25.- A partir de aquí podríamos afirmar que todo animal se encuentra perfectamente adaptado a su entorno. Es lo que von Uexküll denomina contrapunto biológico.
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NOTA 26.- Esta distinción proviene de La evolución creadora, según Prieto: “vida vegetativa, vida animal y vida humana se caracterizan por tres formas diferentes de conocimiento: torpor (torpeur), instinto e inteligencia”. PRIETO LÓPEZ, L. El hombre y el animal, p. 153.
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NOTA 27.- Ib., p. 154.
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NOTA 28.- Ib., p. 155.
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NOTA 29.- En cursiva en el original. Ibídem.
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NOTA 30.-La inteligencia es visión a distancia. El instinto es sólo contacto con las cosas”. Ib., p. 159. (En cursiva en el original).
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NOTA 31.- Primer esquema del círculo funcional de Von Uexküll con ciclo reaferente o de conclusión de ciclo (TheoretischeBiologie, 1920). Cf. PRIETO LÓPEZ, L. El hombre y el animal, p. 130.
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NOTA 32.- Esquema del círculo funcional de Von Uexküll en UmweltundInnerwelt der Tiere(1921). Ib., p. 129.
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NOTA 33.- PRIETO LÓPEZ, L. El hombre y el animal, p. 184.
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NOTA 34.- Ib., p. 189.
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NOTA 35.- Ib., p. 190. Recoge también una cita de Portmann que merece la pena: “ impotentes al nacer, pero no al modo de la cría de rata. La impotencia del niño es una impotencia despierta que mira al mundo con sentidos abiertos, con órganos de movimiento ampliamente desarrollados, aunque todavía no pueda andar. También el sistema nervioso está ampliamente desarrollado. Lo que ocurre es que sus estructuras no están tan rígidamente determinadas como las del animal. El sistema humano contiene muchas posibilidades, que entrañan una misteriosa apertura y posibilitan una rica receptividad de experiencias y una amplia elaboración de impresiones”. PORTMANN, A. Entläβt die Natur den Menschen? GesammelteAufsätzezurBiologieundAntropologie, p. 233 s. (Ib., pp. 190-191).
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NOTA 36.- “Cuanto más profusas son las redes comunicativas de los elementos nerviosos, cuanto más elevado es el número de células nerviosas, tanto más largo será el camino que conduce hasta la configuración definitiva del sistema nervioso y tanto más imperiosa la necesidad de considerar, ya desde los comienzos, en su recta relación, el crecimiento del cerebro y la conformación del cuerpo en su totalidad”. PORTMANN, A. BiologischeFragmentezueinerLehrenvomMenschen, p. 50.(Ib., p. 192).
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NOTA 37.- Ib., p. 192.
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NOTA 38.- Ib., p. 193. (Selección).
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NOTA 39.- Ib., p. 197.
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NOTA 40.- Ib., p. 202.
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NOTA 41.- Ib., p. 234.
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NOTA 42.- Ib., p. 235.
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NOTA 43.- Ib., pp. 280-281.
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NOTA 44.- Ib., p. 284.
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NOTA 45.- Ib. p. 302.
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NOTA 46.- Ib. p. 301.
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NOTA 47.- Ib., pp. 307-308.
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NOTA 48.- Corte longitudinal del cráneo del hombre (a), del orangután (b) y del perro doméstico (c). Se observa que el ángulo formado entre las regiones facial (S) y craneal (N) divergen notablemente: en el caso del hombre el ángulo es prácticamente recto; en el del orangután es un ángulo agudo de 45o; y en el del perro, un ángulo agudo de 25o. (Ib., p. 303)-
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NOTA 49.- Ib., pp. 310-312.
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NOTA 50.- Ib., p. 314.
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NOTA 51.- Ib., pp. 315-316.
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NOTA 52.- Ib., pp. 317-320.
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NOTA 53.- Ib., pp. 320-326.
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NOTA 54.- Esquema de la evolución proterogenética del conjunto de los caracteres infantiles típicos del hombre, progresiva en el hombre y regresiva en los póngidos. (Cf. O. H. SCHINDEWOLF, Filogenia y antropología, p. 264). Ib., p. 323. (Los caracteres craneales generales de los mamíferos se representan con un rayado y los caracteres craneales humanos se representan con color negro. Así pues, como puede verse en el esquema, mientras en los prosimios no se presenta carácter craneal humano alguno, en los hilobátidos actuales se presentan ya algunos caracteres humanos en el cráneo de los recién nacidos. En los póngidos de, cuyas formas primitivas parecen derivar los homínidos, se siguen dos direcciones evolutivas “asombrosamente diferentes”, reitera Schindewolf: una, la de los mismos póngidos, en la que se constata una regresión de los caracteres humanos, que sólo se conservan en los estadios juveniles, y que se pierden en la edad adulta, al ser sustituidos por las formas típicas de los mamíferos; y otra, que se separa de los póngidos, que es la línea de los homínidos, en las que, en cambio se realiza una propagación crecientes de los estadios juveniles en los adultos, que desplazan cada vez más las formas típicas de los mamíferos. Ibídem).
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NOTA 55.- HEIDEGGER, M.Los conceptos fundamentales de la metafísica: mundo, finitud y soledad.§§ 42-63.
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NOTA 56.- Ib., p. 261. (Comprobar referencia).
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NOTA 57.- “Nunca podemos explicar el huir y el perseguir de estos animales –lombriz y perro- en términos de una teoría matemática o mecánica, por complicadas que estas puedan ser. Porque aquí se hace manifiesta una modalidad de movimiento del todo peculiar y originaria”. Ib., p. 345. (Comprobar referencia).
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NOTA 58.- “Todo individuo puede tener en un determinado momento diferentes planes, objetivos y deseos. De modo que cuando se proponga actuar según un cierto deseo, debe preguntarse: ‘En este momento y en estas circunstancias, ¿es lo mejor actuar para satisfacer este deseo concreto?’. Si actúa de acuerdo con un deseo concreto, o bien emite un juicio o presupone un juicio que dice que lo mejor para él es actuar aquí y ahora para satisfacer ese deseo concreto. La explicación o justificación de alguna acción concreta, en el día a día, no suele concluir con el individuo diciéndose algo parecido a: ‘Lo hice sólo porque era lo que quería hacer’. Pero si alguien lo dijera, estaría incitando a que se le preguntara si no había alguna razón mejor para haber actuado de otra manera; es decir que su razón par actuar sería una buena razón no sólo porque deseara tales y tales cosas, sino que además no hubiese ninguna otra mejor razón para actuar de otra manera.
Al evaluar de esta manera sus deseos, el ser humano se distancia de ellos; establece una distancia entre ellos y su persona qua razonador práctico, sólo porque da lugar a la pregunta, tanto por su parte como por parte de los demás, sobre si es bueno, de hecho, que actúe aquí y ahora de acuerdo con ese deseo concreto. Este tipo de deliberación sucede, y así debe ser, la mayoría de las veces sin que ello implique plantearse efectivamente la pregunta. Si esta pregunta se plantease con demasiada frecuencia e insistencia, las personas se paralizarían como agentes; no obstante, si no existiese la capacidad para planteársela, tampoco sería posible operar como razonadores prácticos: esta capacidad sólo la pueden adquirir quienes han aprendido a separarse en una medida importante, de sus deseos y más especialmente de aquellos deseos más primitivos, más infantiles”. MACINTYRE, A. Animales racionales y dependientes. Paidós. Barcelona, 2001, p. 87. (La cursiva es mía).
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NOTA 59.- “Me parece que veo, que oigo, que siento calor, y esos es propiamente lo que en mi se llama sentir, y, así precisamente considerado, no es otra cosa que pensar”. DESCARTES, R. Meditaciones metafísicas. Segunda meditación. AT, XI.
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NOTA 60.- “El aparecer, sólo él, constituye la inicialidad del comienzo, pero no en la medida en que da forma al aparecer de la cosa y su venida comenzante al ser: semejante comienzo no es todavía más que el comienzo del ente. El aparecer es inicial en el sentido más original, en la medida en que aparece en primer lugar él mismo y en sí mismo. Sólo en este caso el aparecer es idéntico al ser y lo funda, en la medida en que se ilumina y enciende, y esta estela luminosa, como iluminación no de otra cosa sino de sí misma, como aparecer del aparecer, expulsa la nada y ocupa su lugar. El ser es la efectividad fenomenológica del aparecer en su capacidad de constituir por sí mismo una apariencia, esta pura apariencia como tal que es el ser. Ella es el comienzo, no el primer día, sino lo absolutamente primero”. HENRY, M. Genealogía del psicoanálisis. Síntesis. Madrid, 2002, pp. 32-33.
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NOTA 61.- Entiendo aquí acontecimiento como aquello que me interpela, catastrófico porque me da la vuelta, me rompe para construirme y en él acaece el nuevo nacimiento. Sólo desde el acontecimiento surge la creación, la revelación y la redención. (¿No es el acontecimiento en encuentro con el rostro de Dios?). Vid. GARCÍA-BARÓ, M. “La muerte, el amor y otros aprendizajes” en La filosofía como sábado. PPC, Madrid, 2016, pp. 28-29.
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NOTA 62.- Quizás deberíamos recurrir aquí al Discurso de Sócrates en el Simposio platónico donde narra su conversación con Diotima para dejar esto más claro. PLATÓN. Banquete, 201d – 212c.
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NOTA 63.- “Las personas son individuos. Pero no en el sentido de que sean ‘casos’ de algo general, sino en el de que, como los respectivos individuos que son, son de modo individual y exclusivo lo general mismo. No son partes de una totalidad abarcante, sino totalidades, en relación con las cuales todo es parte”. SPAEMANN, R. Personas. EUNSA, Pamplona, 2000, p. 40.
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NOTA 64.- “En el concepto de persona pensamos un origen más originario aún que el de individuo singular. No en el sentido de que tales individuos no tuvieran naturaleza alguna, y tuvieran que decidir libremente lo que son. Pero sí es cierto que pueden conducirse respecto de su naturaleza. Pueden apropiarse en libertad las leyes de su esencia o atentar contra ellas y ‘degenerar’. Como seres pensantes, no se nombran solo como miembros pertenecientes a una especie, sino como individuos que ‘existen en una naturaleza semejante’. Es decir: existen como personas”. Ib., p. 51.
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NOTA 65.- Ese valor parcialmente relativo porque le viene dado por el orden natural no es establecido por el ser humano. El ser humano se encuentra con él y, simplemente, lo constata. Por esta razón no me parece adecuado emplear el término dignidad para el animal. No estoy de acuerdo con José María Torralba al definir dignidad como valor aunque luego matice al hablar de valor intrínseco, indicando por tal el que surge del “carácter de fin” que algo o alguien posee distinguiendo entre valor intrínseco finito (propio de la vida natural: animal, vegetal o un ecosistema) y valor intrínseco infinito (propio del ser humano) e indique “el valor intrínseco infinito es a lo que llamamos propiamente dignidad”. Hay que tener cuidado con los términos. Por otra parte, aunque su distinción de valor intrínseco podría ser aceptable, no me convence porque el término “valor intrínseco” en el uso filosófico habitual se ha referido siempre a personas – Kant en la Fudamentación de la Metafísica de las Costumbres lo indica así: “aquello que constituye la condición para que algo sea fin en sí mismo, eso no tiene meramente valor relativo o precio, sino un valor interno, esto es dignidad”, pp. 92-93) y puede inducir a confusión acerca de la naturaleza animal creo que es preferible indicar que el valor del animal es un tipo especial de valor relativo referente al orden natural que se diferencia del valor relativa de la cosa en que el hombre no se lo otorga, simplemente lo encuentra. Vid. TORRALBA, J.M. “Transhumanismo y dignidad. ¿Qué tiene de valioso la vida humana?” en CARBONELL, C.-FLAMARIQUE, L. (Eds.) De simios, cyborgs y dioses. Biblioteca Nueva, Madrid, 2016, pp. 197-201. (La negrita en la cita de Kant es mía).
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NOTA 66.- “… en su aspecto ontológico, la ley natural es un orden ideal que se refiere a las acciones humanas, una línea que separa las aguas de lo que conviene y de lo que no conviene, de lo propio y de lo impropio, que depende de la naturaleza o esencia humana y de las necesidades inmutables que están enraizadas en ella”. MARITAIN, J. El hombre y el estado. Encuentro. Madrid, 1983, p. 104.
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NOTA 67.- “Bentham describió los ‘derechos naturales’ como ‘tonterías’ y los ‘derechos naturales e imprescribibles’ como ‘tonterías con zancos’”. SINGER, P. Liberación animal, p. 44.
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NOTA 68.- Esto hay que pensarlo más a fondo pero creo que en caso de conflictos de valores, el valor más alto –según la gradación que cito- es el que se debe perseguir.
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NOTA 69.- TOMÁS DE AQUINO. SummaTheologiae, I-II, q. 102, Resp. 8.
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NOTA 70.- “Así, pues, santo Tomás llega a la opinión, que habrá de repetirse amenudo, de que la única razón para no ser crueles con los animales es queserlo puede conducir a la crueldad con los seres humanos. Ningún otro argumento podría revelar más claramente la esencia del especismo”. SINGER, P. Liberación animal, p. 244. (Creo que esto no es lo que dice Sto. Tomás sino que hace una observación sumamente interesante: quien no trata bien al animal, no tratará bien al ser humano. Por otra parte, ¿esto es la esencia del especismo? El único que puede tratar bien al animal, por razones morales ya que no hay otras, es el ser humano. Y la repercusión que pueda tener el maltrato animal sobre el animal y la propia naturaleza no tiene consecuencias morales sobre el animal ni sobre la naturaleza, las tiene sobre el ser humano. Pero quizás habría que recordarle a Singer que una acción moral se especifica por el objeto y que la intención no determina la bondad de la acción aunque sí puede determinar su maldad. El objeto del trato debido al animal es la propia naturaleza del animal, no la naturaleza del ser humano. El bien hay que hacerlo por él mismo no por interés. Claro está que esto Singer no lo puede entender desde su planteamiento utilitarista que, como todo consecuencialismo, está movido por el interés).
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NOTA 71.- En el discurso de Fedro del Simposio platónico refiriéndose al amor del Erastés (el amado) –se supone que es el que no puede amar- Aquiles que da la vida por el amante Patroclo. Ahí dice Platón lo siguiente: “Pero si bien es verdad que los dioses estiman sumamente esta virtud en el amor, no obstante la admiran, se complacen en ella y la recompensan más cuando es el amado quien demuestra su afecto (ἐραστὴν ἀγαπᾷ) por el amante que cuando lo hace el amante por el amado ya que el amante es algo más divino que el amado porque está poseído de la divinidad” (Traducción de Luis Gil. Aguilar). “De todos modos, si bien, en realidad, los dioses valoran muchísimo esta virtud en el amor, sin embargo, la admiran, elogian y recompensan más cuando el amado ama (ἐραστὴν ἀγαπᾷ) al amante que cuando el amante al amado, pues un amante es cosa más divina que un amado, ya que está poseído por un dios”. (Traducción M. Martínez Hernández. Gredos). PLATÓN. Banquete, 180 a-b. (Ambas traducciones son insuficientes. El amado ama con ágape –amor de donación-).
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NOTA 72.- Jn 8, 32.
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