¿Quién define lo que es una ‘vida humana de calidad’?

Ficha

  • Análisis de una carta al director en una revista de medicina, con cuestionario posterior.
  • VALORES SOBRE LOS QUE SE PUEDE TRABAJAR: RESPETO DE LA DIGNIDAD ONTOLÓGICA DE LA PERSONA, ENSIBILIDAD HACIA PERSONAS ENFERMAS O DISCAPACITADAS, EMPATÍA, SENTIDO DE LA JUSTICIA.
  • EDAD Y NIVEL RECOMENDADOS: 12-16 AÑOS (1º-4º ESO) - ASIGNATURA: VALORES ÉTICOS.
  • DURACIÓN/TEMPORALIZACIÓN: Una sesión de clase.
  • SINOPSIS: Un Carta al Director, real, escrita por “un padre agradecido”, relata cómo ha ocasionado la muerte por inanición de un hijo lastrado por algunas secuelas derivadas de la guerra.
  • REFERENTE TEÓRICO: La actividad se enmarca en el Bloque 1: “La dignidad de la persona”. Se reflexiona en torno a un caso real en el que se aprecia una valoración utilitarista y hedonista de la vida de un ser humano, además se trata del hijo del firmante de la carta. Se pone en evidencia el desprecio real hacia la dignidad de toda persona por el hecho de serlo, el respeto a la vida (DUDH. Artículo 3: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”).
  • DESARROLLO: La actividad puede comenzar con la lectura en común del texto, aclarando los términos de la misma si fuera preciso. A continuación, se puede pasar a responder las preguntas del cuestionario y suscitar un coloquio o puesta en común acerca de la dignidad de todo ser humano, con independencia de situaciones de enfermedad, discapacidad, etc.

Actividad

Una carta: “dejé de alimentarle y murió a los quince días”

El 28 de febrero de 1974, y con la firma de “A Grateful Parent”, el New England Journal of Medecine, publicaba una carta que, de no haber aparecido en las páginas de la revista más prestigiosa del mundo en temas médicos, nadie habría creído en su autenticidad. Sin embargo, los editores del NEJM habían verificado la identidad del firmante y la veracidad de los hechos. Literalmente, la carta decía así:

« Al Director:

¡Qué alivio fue para mí leer el artículo Dilemas del ‘consentimiento informado’ de los hijos, acerca del derecho de elección de los padres!

Hace poco, mi hijo Raymond fue herido en acción de guerra en Vietnam. Su herida le impidió en gran medida la habilidad de usar sus brazos y piernas, a la vez que le resultaba muy penoso hablar y comer. El médico me informó que era posible su tratamiento, pero que la rehabilitación sería limitada y además representaría un estrés muy grande para mi vida personal. Y aunque la mente de Raymond no había sido afectada por la herida, ¿qué tipo de vida llevaría en adelante? Una vida carente de calidad no tendría ningún sentido.

Decidí suspender el tratamiento: dejé de alimentarle y murió a los 15 días. Me resultó duro verle morir a lo largo de esas dos semanas, pero los frutos de ese sacrificio han sido muchos. Ya he quitado de en medio el desgarramiento emocional y económico que suponía tener que cuidar a un hijo minusválido durante el resto de mi vida. Incluso he podido comprarme un coche nuevo con los dividendos de su póliza de seguros.

Era ya hora de que, como padres, se nos ofreciese una razón humanitaria para poder deshacernos de nuestros hijos.»

« A Grateful Parent »

El contenido de esta carta se presta a profundas reflexiones. En concreto, hemos subrayado la frase “una vida carente de calidad no tendría ningún sentido”. Lancemos a nuestra reflexión algunas preguntas de interés:

CUESTIONARIO

1) ¿Cómo entiende la ‘calidad de vida’ el firmante de la carta?

2) ¿Cuál es el sentido que ha de tener la vida para quien piensa como el autor de la carta?

3) ¿El sufrimiento reduce la dignidad de la persona que sufre? ¿Qué peligros para la dignidad de las personas puede encerrar la actitud que toma el bienestar como fin último de la vida?

4) ¿Qué o quién define o establece el valor o dignidad de la persona?