Pensando acerca de los sentimientos en Valladolid
Crónica del 6º Encuentro Sócrat3.99
Socrat3.99 somos un grupo de amigos filósofos de diversos ámbitos (universidad, educación secundaria, estudiantes) que hemos querido juntarnos para pensar juntos sobre los temas más relevantes para nuestra sociedad. Siempre con una mirada filosófica. Hemos estado trabajando para compartir nuestras reflexiones a través de esta web y poco a poco vamos siendo capaces de presentaros nuestra vida interior de grupo. Hoy empieza nuestro blog y queremos contaros qué es lo que hicimos en nuestro último encuentro.
El lugar de reunión fue Valladolid (2 a 3 de marzo 2018) para pensar si hay una afectividad, unos sentimientos específicamente humanos o si lo específico del hombre se da solo a nivel de inteligencia y voluntad. El tema surgió del encuentro de noviembre en el que reflexionamos sobre la diferencia entre hombre y animal. A raíz de la película Gorilas en la niebla, sobre la vida de Dian Fossey, empezamos a reflexionar sobre los sentimientos que viven los animales y que vivimos los seres humanos, pues la argumentación animalista apunta a que los animales también tienen sentimientos y eso les concede los mismos derechos que a los hombres. Surgió así la pregunta: ¿hay una afectividad específicamente humana?, ¿cuáles serían sus características?
Para responderla, invitamos al investigador Mariano Crespo, del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra, que ha trabajado con profundidad el papel de la afectividad en la vida moral. Nos propuso que una buena preparación para el encuentro sería la lectura de El corazóny Las formas espirituales de la afectividad, ambos de Dietrich von Hildebrand. Los momentos de reflexión los dividimos entre las dos mañanas -sábado 3 y domingo 4-. En la primera Mariano nos hizo su presentación del tema, momento en el que se sumaron siete alumnos de secundaria de nuestra anfitriona: Azucena. El turno de preguntas que siguió a la ponencia empezó a calentar el ambiente para las reflexiones del siguiente día.
Entremedias tuvimos una tarde de descanso, convivencia y para aprovechar nuestra presencia en Valladolid. Aunque la tarde estuviera pasada por agua, fue un paseo maravilloso porque conocimos la iglesia San Miguel, antigua casa de formación de los jesuitas, explicada por el sacristán y porque nos “refugiamos” de la lluvia en el Museo Nacional de Escultura. Toda una condensación de emociones -seguramente espirituales- en materia. La visita la terminamos en el tradicional Bar Penicilino donde tomamos un penicilino (vino dulce) y una zapatilla (pasta típica). Y ya por la noche, pudimos rastrear signos de afectividad espiritual en la vida de un genio como Beethoven a través de la película Copying Beethoven. Y el plan del domingo, os lo cuento en la siguiente entrada.