JOHN STUART MILL
1. CITAS
- “... las ciencias deductivas o demostrativas, en todos los casos, sin ninguna excepción, son ciencias inductivas y su evidencia es la de la experiencia”. (MILL, J. S. Un sistema de lógica, l. II, cap. 3).
- “Una persona de inteligencia elevada no puede entrar en una sociedad inculta a no ser como apóstol; así sería la única persona de fines elevados que pueda entrar en ella con seguridad. Las personas de aspiraciones intelectuales harán mejor, si pueden, en hacer sus asociados habituales, por lo menos, a sus iguales y, en cuanto sea posible, a sus superiores en cultura, inteligencia y elevación de sentimientos”. (MILL, J. S. Autobiografía, cap. 6).
- “... el cerebro, tanto como las funciones mentales es, en cuanto materia misma, un conjunto de sensaciones humanas reales o inferidas como posibles, en suma, las que se le ofrecen al anatomista cuando abre el cráneo...” (MILL, J. S. Tres ensayos sobre la religión)
- “Es mejor ser una criatura humana insatisfecha que un cerdo satisfecho; es mejor ser Sócrates insatisfecho que un loco satisfecho”. (MILL, J. S. Disertaciones y discursos).
- “La felicidad de cada persona es un bien para esa persona, y la felicidad general, por lo tanto, un bien para el conjunto de todas las personas”. (MILL, J. S. El Utilitarismo).
- “El desarrollo libre de la individualidad es uno de los principales ingredientes de la felicidad humana, y casi el ingrediente principal del progreso individual y social”. (MILL, J. S. Sobre la libertad).
- “Creo que debe admitirse que, en el estado actual de nuestro conocimiento, las adaptaciones de la Naturaleza proporcionan un amplio balance de probabilidad en pro de la creación dirigida por la inteligencia” (MILL, J. S. Tres ensayos sobre la religión).
- “Toda señal de ‘designio’ en el cosmos es una prueba contra la omnipotencia del planeador” (MILL, J. S. Tres ensayos sobre la religión)
2. VOCABULARIO BÁSICO
Ciencias morales: Son aquellas ramas del saber que guardan relación con el hombre, siempre que a) no tengan un carácter estrictamente normativo y b) no puedan clasificarse como partes de la ciencia física. Son: la Psicología, la Etología o ciencia de la formación del carácter, la Sociología y la Historia (parte de la Sociología general).
Connotación: Sentido o significado de un concepto.
Cuerpo: Grupo de posibilidades simultáneas de sensaciones.
Denotación: Aquello a lo que se refiere un concepto.
Designio: Finalidad. Acción común de varios factores hacia un mismo fin.
Dinámica social: Parte de la sociología que estudia la sociedad como ser en estado de continuo cambio intentando explicar las consecuencias históricas de las condiciones sociales.
Estática social: Parte de la sociología que indaga y verifica las regularidades de la convivencia en sociedad.
Felicidad: Placer y ausencia de dolor.
Finalidad: Designio. Acción común de varios factores hacia un mismo fin.
Hipótesis descriptivas: Las que se confirman con la mera verificación. Si la hipótesis concuerda con los hechos no se necesita ninguna otra prueba.
Hipótesis explicativas: Aquellas que no se validan sólo con la verificación. Podríamos pensar en una diversidad de fenómenos que suponemos que si se producen en determinadas circunstancias deben haber sido causados por la hipótesis A. Pero verficar que los fenómenos se producen, no verifica nuestra hipótesis porque podría haber otras hipótesis, B y C por ejemplo, que quizás también han sido verificadas.
Importación (import): Significado de una proposición. Es determinado por la connotación de sus partes con la sola excepción de los nombres propios en cuyo caso el significado viene dado por la denotación.
Inducción: Operación lógica que consiste en establecer verdades generales a partir de hechos particulares. Procede de los hechos a la ley que los explica.
Materia: Una posibilidad permanente de sensación.
Mente: Yo. Posibilidad permanente de los estados mentales.
Método de la concordancia: Si dos o más instancias del fenómeno que se investiga tienen una sola circunstancia en común, la sola circunstancia en que concuerdan todas las instancias es la causa (o el efecto) del fenómeno dado.
Método de la diferencia: Si consideramos un caso en el cual el fenómeno investigado ocurre y un caso en el cual no ocurre, y si encontramos que ambos tienen en común todas las circunstancias menos una, que está presente sólo en el primer caso, tal circunstancia es el efecto o la causa, o una parte indispensable de la causa, del fenómeno en cuestión.
Método de residuos: Si quitamos de cualquier fenómeno la parte conocida, por inducciones previas, como efecto de ciertos antecedentes, el residuo del fenómeno será el efecto de los antecedentes restantes.
Método de las variaciones concomitantes: Todo fenómeno que cambia siempre que otro cambie también en un determinado sentido, es una causa de tal fenómeno o su efecto o está conectado con él a través de algún hecho causal.
Método deductivo directo: Utilizado por la sociología para el estudio de hechos simples. Consiste en deducir, desde el conocimiento de las leyes de la naturaleza humana, cómo actuarán los hombres en una circunstancia determinada. Este conocimiento no es exacto pero nos puede servir para predecir y puede ser muy útil en política y en economía.
Método deductivo inverso: Obtiene la conclusiones de la experiencia, como generalizaciones empíricas aproximadas para relacionarlas más tarde con los principios de la naturaleza humana por medio de razonamientos a priori que constituyen así una verificación real. Empleado por la sociología para el estudio de hechos complejos.
Principio de la máxima felicidad: También llamado utilidad. Las acciones son buenas en cuanto tienden a promover la felicidad y malas en cuanto tienden a producir lo contrario a ella.
Proposición: Pensamiento enunciativo formado por dos o más conceptos unidos mediante una cópula.
Psicologismo: Posición que considera que las leyes lógicas son leyes psicológicas. Es decir, que son así porque estamos hechos de esta manera pero si estuviéramos hechos de otra serían distintas. En consecuencia, no serían universales ni necesarias.
Sentimientos sociales de la humanidad: Deseo de estar unidos a nuestros semejantes. Estos sentimientos tienen su fundamento en la naturaleza humana y crecen por obra de la educación y de la civilización en progreso y cuanto más crecen tanto más deseable es la felicidad general.
Solipsismo: Posición que afirma la sola existencia de mi yo o mente.
Utilidad: También llamado principio de la máxima felicidad. Las acciones son buenas en cuanto tienden a promover la felicidad y malas en cuanto tienden a producir lo contrario a ella.
Yo: Mente. Posibilidad permanente de los estados mentales.
3. VIDA
JOHN STUART MILL (1806-1873).
John Stuart Mill nació en Petonville, suburbio de Londres, el 20 de mayo de 1806.
Primogénito del también filósofo James Mill y de Harriet Barrow recibió tal nombre –John Stuart- debido a que su padre, hijo de un modesto comerciante y pequeño agricultor, pudo cursar estudios en la Universidad de Edimburgo –destinados a convertirse en clérigo de la Iglesia de Escocia- gracias a la generosidad de sir John Stuart –uno de los Barons of Exchequer en Escocia- y a la de su esposa lady Jane Stuart que tenía una fundación destinada a tal efecto. De ahí que, en agradecimiento, su primer hijo llevara el apellido Stuart como segundo nombre.
El propio James Mill que jamás llegó a ser clérigo ya que, en palabras de su hijo James Stuart, “no podía creer en la doctrina de aquella –la Iglesia de Escocia- ni de ninguna otra Iglesia”, se ocupó de su educación personalmente.
La educación de John Stuart fue pronta, intensa, sistemática y, dirigida exclusivamente hacia su razón. Con tres años comenzó a aprender griego y a los ocho latín. Aunque para entonces ya había leído a Esopo, Herodoto, Jenofonte, Diógenes Laercio y Luciano entre otros –en griego, claro está-. Mill apunta que a los siete años se enfrentó con algunos diálogos platónicos y que el Eutifrón no lo entendió. “Pero –señala- mi padre, en toda su enseñanza no sólo exigía de mí todo lo que yo podía hacer, sino mucho que no había posibilidad que hiciera”.
Además cada noche recibía las desagradables clases de Aritmética, de mano de su padre.
Pero su educación no se limitaba a las clases, leía libros –fundamentalmente de Historia- que comentaba con James Mill durante largos paseos vespertinos, al tiempo, que éste le instruía con largas pláticas.
Al iniciarse en el estudio del latín se convirtió en profesor prematuro ya que tenía la responsabilidad de impartir las lecciones que él recibía a su hermana. También comenzó con la Iliada la lectura sistemática de los poetas griegos. Siguió con sus lecturas históricas y sus lecciones de Aritmética y Geometría de forma casi autodidacta y, animado por su padre -que no supervisado- comenzó a escribir historias por entretenimiento. Entre sus tareas más desagradables estaba la de escribir en verso. El propio Mill nos explica las razones de tal tarea: “Conforme a su práctica usual de explicarme, en cuanto era posible, las razones por las que me obligaba a obrar, mi padre me dio, que yo recuerde, dos, muy características suyas: era una que ciertas cosas pueden expresarse mejor y más vigorosamente en verso que en prosa; lo cual, dijo, es una ventaja positiva. La otra era que la gente, en general, da al verso más valor del que merece; por lo cual valía la pena de adquirir la facultad de escribirlo”.
Una de sus mayores diversiones, durante su infancia, la constituyó la ciencia experimental teórica, no práctica y una de las lecturas que más le entusiasmó fueron los Diálogos científicos de Joyce. También leyó con avidez tratados de química.
A los doce años su proceso de formación avanzó en profundidad. Ya se ocupó del pensamiento en sí. Comenzó a estudiar lógica de la mano del Organon aristotélico y de varios tratados latinos de Lógica escolástica para acabar con la Computatio sive Logica de Hobbes, libro hacia el que su padre tenía gran admiración.
Mill atribuyó desde entonces gran importancia a la lógica en la educación: “Estoy persuadido de que nada en la educación moderno sirve tanto, cuando es adecuadamente usado, para formar pensadores precisos que atribuyan un sentido exacto a las palabras y las proposiciones, y que no se dejen llevar por términos, vagos, laxos o ambiguos”.
Siguió instruyéndose con lecturas cada vez más profundas; estudió Economía política a través del tratado que había publicado Ricardo, íntimo amigo de su padre; leyó también a Smith y siempre sin explicación alguna ya que su padre pretendía que averiguara todo por él mismo y, tras ese ejercicio, era cuando comenzaban los comentarios pedagógicos paternos.
A la edad de 14 años abandonó Inglaterra durante año y medio y a su vuelta su padre ya no fue el guía de su formación.
A su vuelta de Francia leyó los Elementos de Economía Política de su padre, a los que tuvo que hacerles anotaciones marginales. También el Tratado de las Sensaciones de Condillac y los volúmenes de lógica y metafísica de sus Cursos de Estudios.
Durante el invierno de 1821 a 1822 se acercó al estudio del Derecho de la mano de John Austin y su padre le invitó a conocer el pensamiento de Bentham a través de la edición de Dumont del Tratado de la Legislación. “La lectura de este libro hizo época en mi vida: uno de los momentos de evolución en mi historia mental”.
Mill había sido educado por su padre en el principio utilitarista de Bentham de “la mayor felicidad” pero al acabar de leer esta obra “era un ser distinto. El principio de la utilidad, comprendido como Bentham lo comprendía, y aplicado en la forma en que él lo aplicaba (...), ocupó justamente su lugar, como la clave que sostiene juntas las partes componentes, separadas y fragmentarias, de mis conocimientos y creencias. Dio unidad a mi concepción de las cosas. Ya tuve opiniones, un credo, una doctrina, una filosofía. En el mejor sentido de la palabra, una religión cuya propaganda y cuya difusión pueden constituir la principal finalidad externa de una vida”.
Bajo la dirección de su padre se enfrentó con obras de psicología analítica. Así leyó a Locke, Helvetius y Hartley. La obra de este último Observaciones sobre el espíritu le produjo una impresión parecida a la ejercida por Bentham. Así, se convirtió en fiel defensor del asociacionismo mental que también sería defendido por su padre en su obra Analysis of Mind.
En el invierno de 1822 a 1823 fundó una sociedad de jóvenes que aceptaban el principio de utilidad de Bentham y cuyo objeto era la lectura y discusión quincenal de las obras de éste. Tal sociedad fue denominada por Mill Sociedad Utilitaria. Este apelativo, utilitaria, que tendría éxito lo tomó de la novela de Galt, Annals of the Parish.
Su padre le consiguió, en mayo de 1823, el puesto de Examiner de la correspondencia india de la East India Company. Allí permaneció, ocupando distintos cargos, hasta 1858.
A la edad de 20 años, el otoño de 1826, sufrió una importante crisis en su posición utilitarista. Dejemos que él mismo nos lo narre: “En este estado de espíritu me ocurrió preguntarme a mí mismo: ‘Supón que todos tus fines en la vida estuvieran realizados; que todos los cambios de instituciones e ideas que tú persigues estuvieran plenamente efectuados en este instante mismo: ¿sería esto para ti un gran goce y la felicidad?’ E irreprimible, mi autoconciencia claramente respondió: ‘¡No!’ Mi corazón se abatió; se hundió toda la base en que se fundaba mi vida. Toda mi felicidad consistía en la continua persecución de este fin. El fin ha dejado de producir su encanto. ¿Cómo podrán interesarme los medios? Me pareció que no quedaba nada por lo cual vivir”.
Le costó superar dicha crisis y encontró la solución en dos aspectos: No atender a la felicidad directamente ya que ésta, fin de la vida, no puede alcanzarse más que de forma indirecta porque es un fin y si la convertimos en medio, ocupándonos directamente de ella, no la alcanzaremos jamás. En segundo lugar, hay que atender al cultivo de los sentimientos que, según opinión de Mill, habían sido descuidados por la educación que su padre le había proporcionado.
En 1828 conoció a Gustave d’Eichtal, discípulo de Saint Simon, que le introdujo en el conocimiento de la obra de Auguste Comte. También conoció a Sterling, discípulo de Coleridge. Así, a partir de ambos pensadores, comenzó a apreciar el papel de las instituciones sociales en el desarrollo histórico de los seres humanos asumiendo la división saintsimoniana de períodos orgánicos y críticos, la teoría comtiana de los tres estados y la doctrina colerigdiana de que las clases educadas darían cohesión a una sociedad en un nuevo periodo orgánico emergente.
Estas doctrinas suponen una nueva dirección en su utilitarismo. Los principios recibidos a través de Bentham y de su padre requerían, para ser eficaces, no limitarse a un radicalismo meramente crítico sino empeñarse positivamente en la reforma de la sociedad. Para ello, resultaba necesario, a su modo de ver, reconocer lo bueno que había en una sociedad y asumirlo a la vez que generar nuevas formas que sustituyeran a aquellas que eran malas o que ya no funcionaban.
Conoció a Harriet Taylor en 1830. Intimó rápidamente con ella debido a su comunión de pensamiento. Su amistad fue creciendo, pero como indica el propio Mill, no pasó de ahí ya que ella estaba casada y manifestaba un gran cariño por su marido. Dos años después de la muerte de Mr. Taylor (1851), John Stuart contrajo matrimonio con Harriet. Su relación con ella, antes y después de su matrimonio, supuso un gran avance en su desarrollo intelectual y moral. Con ella discutía todo lo que escribía y pensaba.
En 1843 publicó Un sistema de Lógica, un manual de lógica, en el que estuvo trabajando muchísimo tiempo y que reescribió por completo, según era habitual en su método de trabajo, antes de su publicación. Quedó muy impresionado por la aceptación del libro que en principio, debido a su calidad de libro técnico, le parecía que pasaría prácticamente desapercibido para el gran público.
Publicó Principios de Economía Política en 1848. Libro que definió la ortodoxia liberal del siguiente cuarto de siglo.
En 1858 tras aprobar el Parlamento la disolución de la East India Company y tras escribir una vigorosa defensa de la misma se retiró con una pensión razonable.
Ese mismo año durante un viaje a Europa con su esposa, Harriet Taylor, ésta murió en Avignon, camino de Montpellier, de un ataque de congestión pulmonar.
Esta irreparable pérdida hizo que Mill comprara una casa en Avignon, cerca del cementerio donde reposaban los restos de su esposa, pasando largas temporadas allí.
Tras su muerte su único objetivo fue publicar Sobre la libertad, obra que había escrito junto con ella. Fue publicada en 1859 y de ella Mill escribió: “Libertad sobrevivirá, probablemente, a todas mis obras –con la posible excepción de la Lógica-; porque la confusión de su espíritu con el mío ha hecho de él una especie de texto filosófico de una verdad única, a la que los cambios que progresivamente se suceden en la sociedad moderna tienden a dar relieve más vigoroso”.
Dos años más tarde, 1861, publicó El Utilitarismo. Obra que, según propia confesión, es debida a la ordenación de algunos escritos de su esposa rescatados de un cajón y a los que añadió material adicional. Esta obra fue publicada primero en tres partes, en números sucesivos del Fraser’s Magazine, para ser reimpresa luego en un solo volumen.
También publicó en este año Examen de la Filosofía de Sir William Hamilton, obra en la que sostenía su posición asociacionista y empirista frente al intuicionismo y racionalismo de Hamilton.
Se presentó a las elecciones de 1865 siendo elegido, inexplicablemente según él, como miembro de la Cámara de los Comunes. Durante este tiempo intentó, en su actividad política, realizar algunos de sus principios.
Se presentó a la reelección en 1868 pero fracasó en el intento. Desde entonces se dedicó a su obra y a luchar a favor del sufragio de las mujeres. En 1869 publicó La esclavitud femenina.
Desde aquí, y hasta su muerte, gozó de la ayuda de Helen Taylor, hija de Harriet, que se convirtió en fiel colaboradora suya y a la que él consideró siempre como una hija.
John Stuart Mill murió en Avignon el 8 de mayo de 1873 donde reposan sus restos al lado de los de su esposa Harriet Taylor.
Helen Taylor publicó en ese mismo año su Autobiografía con algunos añadidos debidos a su pluma. También en 1874 vieron la luz sus Tres Ensayos sobre la Religión.
4. OBRAS
- "Two Letters on the Measure of Value" (“Dos cartas sobre la medida del valor”), 1822, The Traveller
- "Questions of Population" (“Cuestiones de población”), 1823, Black Dwarf
- "War Expenditure" (“Gastos de guerra”), 1824, Westminster Rev
- "Quarterly Review -- Political Economy" (“Revista Trimestral – Economía Política”), 1825, Westminster Rev
- "Review of Miss Martineau's Tales" (“Recensión de los cuentos de Miss Martineau”), 1830, Examiner
- "The Spirit of the Age" (“El espíritu de la época”), 1831, Examiner
- "Essay on Bentham" (“Ensayo sobre Bentham”),1838
- A System of Logic ( Un sistema de lógica), 1843
- Essays on Some Unsettled Questions of Political Economy (Ensayos sobre algunas cuestiones disputadas de Economía Política),1844
- "Claims of Labour" (“Reivindicaciones de los trabajadores”), 1845, Edinburgh Rev
- The Principles of Political Economy: with some of their applications to social philosophy (Los principios de la Economía Política: con algunas de sus aplicaciones a la filosofía social), 1848
- "The Negro Question" (“La cuestión negra”), 1850, Fraser's Magazine
- Dissertations and Discussions (Disertaciones y discusiones), 1859.
- On Liberty (Sobre la libertad), 1859
- Thoughts on Parliamentary Reform (Pensamientos sobre la reforma parlamentaria), 1859.
- Considerations on Representative Government (Consideraciones sobre el gobierno representativo), 1860
- "Centralisation" (“Centralización”), 1862, Edinburgh Rev
- "The Contest in America" (“La contienda en América”), 1862, Fraser's Magazine (repr. Harper's; also pamphlet)
- Utilitarianism (El utilitarismo), (1863)
- An Examination of Sir William Hamilton's Philosophy (Un examen de la filosofía de Sir William Hamilton), Vol. I, Vol. II, 1865.
- Auguste Comte and Positivism (Auguste Comte y el Positivismo), 1865.
- Inaugural Address at St. Andrews (Discurso inaugural en St. Andrews), 1867.
- "Speech In Favour of Capital Punishment" (“Discurso en favor del castigo del capital”), 1868
- England and Ireland (Inglaterra e Irlanda), 1868.
- "Thornton on Labor and its Claims" (“Tonelada de espinas sobre los trabajadores y sus reivindicaciones”), 1869, Fortnightly Review
- The Subjection of Women (La esclavitud de la mujer), 1869
- Chapters and Speeches on the Irish Land Question (Capítulos y discursos sobre la cuestión irlandesa), 1870
- On Nature (Sobre la naturaleza), 1874
- Autobiography of John Stuart Mill (Autobiografía), 1873
- Three Essays on Religión (Tres ensayos sobre la religión), 1874.
- "Notes on N.W. Senior's Political Economy", 1945, Economica
La edición canónica de sus obras es Mill, J. S., Collected Works of John Stuart Mill, J. M. Robson (ed.), Toronto: University of Toronto Press, 1963.ff
Existe el proyecto de la edición digital de las obras de Mill en la red. Ahora sólo se pueden consultar algunas:
http://www.john-mill.com/works/
De todas formas ya están digitalizadas en http://www.jsmill.com/ (También se puede leer algo de sus obras en la sección española de esta página)
Bibliografía sobre Mill:
MILL, John Stuart (Ney MacMinn, J. R. Hainds & James McNab McCrimmon), Bibliography of the Published Writings of John Stuart Mill.Bristol: Thoemmes (1990).
http://plato.stanford.edu/entries/mill/ (Artículo de la Encliclopedia Standfor de Filosofía que contiene una buena bibliografía).
Seguidamente recogemos las ediciones en español de las obras de Mill indicando el año de publicación y la editorial. Enumeramos las obras por orden alfabético:
- Autobiografía. (Alianza, 1986)
- Bentham. (Tecnos, 1993)
- Consideraciones sobre el gobierno representativo. (Alianza, 2001)
- De los cuatro métodos de indagación experimental. (Servicio de publicaciones de la Universidad de Valencia, 1980)
- Diario. (Alianza, 1996)
- El utilitarismo. (Alianza, 2002)
- El valor de la poesía. (Hiparión, 2001)
- Ensayos sobre algunas cuestiones disputadas en economía política. (Alianza, 1997)
- Ensayos sobre la igualdad sexual. (Cátedra, 2001)
- La naturaleza. (Alianza, 1987)
- La utilidad de la religión. (Alianza, 1995)
- Sobre la libertad. (Alianza, 1996)
5. SÍNTESIS DE PENSAMIENTO
1. La Lógica inductiva y las Ciencias
a. Las proposiciones describen el mundo
En Un sistema de Lógica, Mill acepta la doctrina tradicional que considera que las proposiciones describen el mundo.
Los nombres pueden ser singulares o universales pero todos ellos denotan individuos o atributos de los individuos. La diferencia estriba en que un nombre general connota un atributo y denota todos los individuos de los que se predica ese atributo. (Así, rojo connota el atributo “rojez” y denota a todos los individuos de color rojo).
En una proposición los nombres están unidos por una cópula siendo éstas afirmativas y negativas. El significado de una proposición – su importación (import)- es determinado por la connotación de sus partes con la sola excepción de los nombres propios en cuyo caso el significado viene dado por la denotación.
Allí donde la importación de una proposición es dada por la connotación su verdad o falsedad es determinada por la denotación. Una proposición afirmativa es verdadera sólo en el caso de que la cosa o cosas denotadas por el termino sujeto estén en la clase de las cosas denotadas por el término predicado. De cualquier otro modo es falsa. De forma similar, una proposición negativa es verdadera sólo en el caso de que ninguna cosa denotada por el termino sujeto sea un miembro de la clase de cosas denotadas por el término predicado.
Las cosas y sus atributos se comportan de tal forma que respetan siempre el principio de contradicción y el de tercio excluso. Es decir, no puede darse una proposición que sea al mismo tiempo verdadera y falsa. Pero esto no quiere decir que se den relaciones necesarias entre las cosas. Las cosas y sus atributos son lógica y ontológicamente independientes.
Por lo tanto, la validez de dichos principios reside en que son meros hechos del mundo y de las cosas del mundo. Es decir, las cosas funcionan así.
No presentan, por tanto, necesidad metafísica. Toda necesidad es verbal, un modo de la importación de las proposiciones. Una proposición es necesariamente verdadera en el caso de que la connotación de sus nombres sea siempre por convención la misma.
b. La lógica es inductiva
Esta argumentación tiene consecuencias inmediatas sobre la lógica. Para Mill, la necesidad que expresan las leyes y los razonamientos deductivos en el fondo, no es tal. La necesidad de los primeros principios y la deducción, que se fundamenta en ella, son solamente probables pues su fundamento es la inducción. En el fondo, toda lógica es inductiva.
Mill afirma que toda inferencia que pretenda generalizar nuestro conocimiento está fundada en la experiencia actual o en la memoria. Las leyes lógicas no son apodícticamente ciertas, son sólo regularidades -obtenidas por inducción- que hacen referencia a verdades de hecho (al funcionamiento de las cosas en el mundo). Y todas las inferencias basadas en ellas son meros hechos psicológicos fundados en la inducción. En consecuencia, Mill ha sido acusado, y no sin razón, de psicologismo ya que considera que las leyes lógicas nos dan las reglas o normas conforme a las cuales debemos razonar desde lo que las cosas del mundo -captadas por nuestra experiencia y guardadas en nuestra memoria- son. Así son las cosas, así son las leyes lógicas. (¿No quiere esto decir que si las cosas fueran de otra forma, también lo serían las leyes de la lógica? ¿Y no es esto psicologismo?).
Pero hablar del funcionamiento de las cosas del mundo supone admitir que en éste hay una regularidad. Esa regularidad se manifiesta en las leyes de la naturaleza y sólo es teóricamente justificable mediante inducción.
c. La creencia en la regularidad de la naturaleza (principio de causalidad) y el método científico
Pero aunque tales leyes naturales no tengan a nivel teórico certeza apodíctica de alguna forma se les supone a nivel práctico. De hecho, Mill dice que las leyes naturales son las mínimas proposiciones universales que pueden explicarnos el orden del mundo, su constancia y su regularidad.
De entre éstas destaca la ley de causalidad. Ella es el pilar de la ciencia inductiva. Todos los fenómenos de la naturaleza deben tener una causa invariable e incondicional. Éste principio no es a priori –recordemos que Mill es empirista- sino inductivo y suponemos su verdad universal. A saber, en la experiencia ordinaria encontramos que cada suceso tiene una causa y cuando realizamos un estudio científico de la naturaleza, lo damos por supuesto. Estamos convencidos de que encontraremos siempre conexiones causales. Es, en definitiva, un principio cuya verdad absoluta es injustificable teóricamente pero que la necesidad práctica obliga a suponer.
La ciencia se construye desde este supuesto. Pero no es el único supuesto que la ciencia necesita. Para hacer ciencia son necesarias las hipótesis. Mill distingue entre hipótesis descriptivas e hipótesis explicativas.
Las primeras se confirman con la mera verificación. Si la hipótesis concuerda con los hechos no se necesita ninguna otra prueba.
Sin embargo, las hipótesis explicativas no se validan sólo con la verificación. Podríamos pensar en una diversidad de fenómenos que suponemos que si se producen en determinadas circunstancias deben haber sido causados por la hipótesis A. Pero verficar que los fenómenos se producen, no verifica nuestra hipótesis porque podría haber otras hipótesis, B y C por ejemplo, que quizás también han sido verificadas. Pero, ¿cuál de las tres hipótesis es realmente la causa de nuestra sucesión de fenómenos?
Para resolver esta cuestión Mill es consciente de que se deben recurrir a métodos de investigación experimental (métodos de razonamiento) a la par que suponer –de nuevo insistimos en ello- la validez apodíctica del principio de causalidad, la regularidad de la naturaleza y la existencia de leyes causales que todavía no han sido descubiertas.
Nuestro autor distingue cuatro métodos de investigación experimental:
- Método de la concordancia: Si dos o más instancias del fenómeno que se investiga tienen una sola circunstancia en común, la sola circunstancia en que concuerdan todas las instancias es la causa (o el efecto) del fenómeno dado.
- Método de la diferencia: Si consideramos un caso en el cual el fenómeno investigado ocurre y un caso en el cual no ocurre, y si encontramos que ambos tienen en común todas las circunstancias menos una, que está presente sólo en el primer caso, tal circunstancia es el efecto o la causa, o una parte indispensable de la causa, del fenómeno en cuestión.
- Método de residuos: Si quitamos de cualquier fenómeno la parte conocida, por inducciones previas, como efecto de ciertos antecedentes, el residuo del fenómeno será el efecto de los antecedentes restantes.
- Método de las variaciones concomitantes: Todo fenómeno que cambia siempre que otro cambie también en un determinado sentido, es una causa de tal fenómeno o su efecto o está conectado con él a través de algún hecho causal.
d. La lógica de las ciencias morales
En el sexto libro de Un sistema de Lógica nuestro autor aborda el problema de las ciencias morales.
Pero, ¿qué entiende por ciencias morales?
Son aquellas ramas del saber que guardan relación con el hombre, siempre que a) no tengan un carácter estrictamente normativo y b) no puedan clasificarse como partes de la ciencia física.
Ambas condiciones suponen una serie de exclusiones:
- La primera condición excluye de las ciencias morales la ética práctica o “moralidad” (la ética expresada en modo imperativo) ya que tiene un carácter estrictamente normativo. Mill considera que la ética normativa es un arte, no una ciencia.
- La segunda excluye el estudio de los estados del entendimiento en cuanto que se consideren como causados por estados corporales. De esto se ocupa la fisiología que es una ciencia natural.
¿Qué ciencias entran dentro de la clase ciencias morales?
La Psicología, la Etología o ciencia de la formación del carácter, la Sociología y la Historia (parte de la sociología general).
El objeto de la Psicología lo constituyen las leyes –últimas o derivadas- que explican la sucesión de los estados mentales. Estas leyes, según Mill, son las leyes de asociación. Así, la Psicología es una ciencia de la observación y de la experimentación.
La Etología busca las leyes de la formación del carácter tanto individual como nacional, aunque fundamentalmente se ocupa de las últimas. Esta ciencia no es una ciencia de observación, sino más bien deductiva. Se debe fundamentar en las leyes de la psicología y, a partir de ellas, deducir las leyes de la formación del carácter. La etología, a su vez, da lugar a un arte que debe utilizar dichas leyes con el fin de promover efectos deseables y evitar los indeseables: la educación práctica.
La Sociología, ciencia del hombre en sociedad, estudia las acciones de las masas humanas colectivas y los distintos fenómenos que constituyen la vida social.
Esta ciencia emplea dos métodos: el método deductivo inverso o método histórico y el método deductivo directo.
El método deductivo inverso fue tomado por Mill de Comte. Dicho método obtiene la conclusiones de la experiencia, como generalizaciones empíricas aproximadas para relacionarlas más tarde con los principios de la naturaleza humana por medio de razonamientos a priori que constituyen así una verificación real.
El método deductivo directo consiste en deducir, desde el conocimiento de las leyes de la naturaleza humana, cómo actuarán los hombres en una circunstancia determinada. Este conocimiento no es exacto pero nos puede servir para predecir y puede ser muy útil en política y en economía.
Mill considera que si la situación que consideremos en un determinado momento es simple, se utilizará el método deductivo directo y si es compleja el deductivo inverso.
Siguiendo a Comte divide la sociología en dos partes: estática social y dinámica social.
La estática social indaga y verifica las regularidades de la convivencia en sociedad.
La dinámica social estudia la sociedad como ser en estado de continuo cambio intentando explicar las consecuencias históricas de las condiciones sociales.
Pero las leyes históricas no pueden predecirse con seguridad ya que pueden surgir individuos excepcionales.
Entra aquí en juego un problema que Mill llegó a plantearse de manera angustiosa: ¿Cómo reconciliar una doctrina que insiste en que todos los fenómenos son fruto de una ley causal –en la que debemos creer ya que mediante la lógica no se puede mostrar su verdad apodíctica- con la libertad de la voluntad humana?
Mill sostiene que ambas doctrinas son compatibles. El ser humano es fruto de las circunstancias (necesidad) pero al mismo tiempo es él el que con su voluntad puede modificar las circunstancias (libertad) con lo que puede modificar los resultados de sus acciones futuras.
2. El mundo exterior y el yo
En Examen de la Filosofía de Sir William Hamilton nuestro autor aborda dos temas de gran interés para la comprensión de su pensamiento: el mundo exterior y el yo.
a. El mundo exterior
Frente al intuicionismo de Hamilton, Mill se posiciona al lado de Hume. Al igual que éste reconoce que creemos instintivamente en la existencia del mundo exterior.
Pero se esforzará en explicar tal creencia psicológicamente. Nosotros captamos sensaciones y éstas se agrupan en nuestra mente conforme a diversas relaciones causales. Así, tenemos distintos racimos de sensaciones. Estos agrupamientos nos llevan a pensar en la posibilidad permanente de las sensaciones como si fueran un objeto físico permanente.
Mill no se conforma simplemente con esto sino que se atreve a definir la materia. Es decir, osa hacer ontología. La materia es una posibilidad permanente de sensación y los cuerpos grupos de posibilidades simultáneas de sensaciones. Esto no supone admitir un sustrato permanente tras las sensaciones. Lo afirma con claridad: la materia no tiene más que una existencia hipotética e insustancial, es una simple hipótesis para explicar nuestras sensaciones. Por lo tanto, podríamos identificar materia y sensaciones -datos de los sentidos-.
b. El yo
Su noción de mente (yo) sigue los mismos parámetros que la del mundo exterior. La mente es simplemente una sucesión de múltiples sensaciones que se han denominado ‘estados o modificaciones de la mente’. Pero, creemos en la mente (yo) como algo permanente. En este sentido se podría definir como la posibilidad permanente de los estados mentales.
Pero aquí surge un problema: Identificar las series de sensaciones (materia) con la mente (yo) nos llevaría a afirmar que la materia es consciente ya que la mente lo es de forma indudable.
Mill reconoce el problema pero no renuncia a su posición fenomenista intentando salvar el problema con una solución que más bien parece de compromiso: las sensaciones no son conscientes pero sí la serie de sensaciones que constituye la mente. Eso sí, en tanto que serie. (¿Qué quiere decir?)
Al fin y al cabo Mill se ve obligado a confesar que lo más sensato es aceptar el hecho inexplicable de la mente que no puede explicar ninguna teoría y cuando tengamos que hablar utilizando términos que supongan una teoría hacerlo con reservas respecto a su significado.
Desde esta concepción del yo, se plantea un nuevo problema. ¿Puedo afirmar que hay otros o sólo puedo hablar de mi yo (solipsismo)?
Mill sostiene que aunque mi propia mente sea una serie de sentimientos (sensaciones) nada me impide concebir otras mentes como series parecidas de sensaciones. Además, por inferencia se me puede hacer evidente la existencia de otras mentes.
¿Cómo?
Las modificaciones en la posibilidad permanente de sensaciones –lo que denomino “mi cuerpo- evocan las sensaciones reales y estados mentales que constituyen “mi mente”. Pero yo capto la existencia de otras posibilidades permanentes de sensaciones (“otros cuerpos”) que no son causa de “mi mente”. Y, además, soy consciente de acciones y otros signos externos en “tales cuerpos” que tiendo a interpretar como signos o expresiones de “otras mentes” semejantes a la mía. (Pero, ¿no surge aquí un problema?: ¿Puedo tener sensaciones que no sean mías? ¿Se libra realmente Mill del solipsismo?).
3. La ética utilitarista
La obra que se ocupa del pensamiento ético de Mill es El Utilitarismo. Obra que, según propia confesión, es debida al rescate y organización de algunos escritos de su esposa, Harriet Taylor, con algún material añadido por él mismo.
El principio que fundamenta la moral es la utilidad o principio de la máxima felicidad y dice que las acciones son buenas en cuanto tienden a promover la felicidad y malas en cuanto tienden a producir lo contrario a ella.
¿Qué se entiende por felicidad? Placer y ausencia de dolor.
La moral que propone Mill no es egoísta porque la felicidad que hay que buscar no es la propia sino la mayor felicidad del conjunto de los seres humanos.
El principio de utilidad no puede ser demostrado ya que es un principio último. Sin embargo sí puede demostrarse que la felicidad es reconocida universalmente como un bien y es el único fin que todos los hombres desean y buscan. Esto ya es suficiente para afirmar que la felicidad es el fin último de la acción moral.
Mill se separa de Bentham en la consideración del placer. Para éste los placeres sólo se distinguen cuantitativamente; nuestro pensador, sin embargo, considera que los placeres se diferencian, además, cualitativamente. En consecuencia, hay placeres que son más deseables y tienen más valor que otros.
Parece que para mantener la diferencia cualitativa de los placeres Mill va más allá del placer y le busca un fundamento apelando a la naturaleza humana: el hombre es un “ser capaz de perseguir la perfección espiritual en cuanto fin; de desear, por sí misma, la armonización de su propio carácter con su norma de virtud, sin esperar el bien o temer el mal de otra fuente que su propia conciencia interna”.
Mill no nos dice claramente qué entiende por naturaleza humana pero sí nos indica, como hemos visto, que el hombre es susceptible de perfeccionamiento y, además, que sólo el cultivo de la individualidad puede producir seres humanos bien desarrollados.
Pero tenemos que recordar que la felicidad que debemos perseguir no es la felicidad individual sino la felicidad general.
Pero, ¿por qué debemos ir tras la felicidad general?
La argumentación parte de la siguiente afirmación: “La felicidad de cada persona es un bien para esa persona, y la felicidad general, por lo tanto, un bien para el conjunto de todas las personas”. Si mi felicidad es la parte de un todo, al desear la felicidad general estoy deseando la mía propia. Así, por asociación de ideas, puedo llegar a desear la felicidad general sin desear la mía.
Pero esto no quiere decir que todos tomemos este punto de vista altruista, podemos optar por el egoísta.
El fundamento firme de la moral utilitarista hay que buscarlo en los sentimientos sociales de la humanidad, el deseo de estar unidos a nuestros semejantes. Estos sentimientos tienen su fundamento en la naturaleza humana y crecen por obra de la educación y de la civilización en progreso y cuanto más crecen tanto más deseable es la felicidad general.
4. La libertad civil y el gobierno representativo
a. La libertad civil
Mill aborda sus reflexiones sobre la libertad civil del hombre en la obra que él consideraba como fundamental y que fue escrita en colaboración con su esposa: Sobre la libertad.
Niega la existencia de cualquier derecho natural (derecho abstracto) para afirmar que el principio de utilidad exige que todo hombre sea libre para desarrollar sus capacidades conforme a su propia voluntad y criterio siempre y cuando no obstaculice la libertad de los demás.
Esta libertad no sólo asegura el desarrollo del individuo sino también el de la sociedad ya que ésta se enriquece más en la medida en que sus miembros sean más libres.
La libertad sólo debe ser restringida en la vida social pero en lo que concierne sólo al individuo es absoluta. Sobre sí mismo, sobre su propio cuerpo y mente, el individuo es soberano.
La restricción social de la libertad debe ejercerse sólo cuando haya un definido daño o un definido riesgo de daño para un individuo o la comunidad. Si no lo hay, la sociedad no debe inmiscuirse en la libertad privada del individuo ya que los juicios de la mayoría acerca de lo que es beneficioso para el individuo no son infalibles.
b. El gobierno representativo
La doctrina de Mill sobre la libertad civil se concreta a nivel político en las reflexiones que desarrolla en su escrito Consideraciones sobre el gobierno representativo.
La mejor forma de gobierno será aquella en la que la soberanía resida en el conjunto de la comunidad social. Cada ciudadano debe tener voz y formar parte del gobierno local o nacional en la función que sea. Así, el mejor gobierno es la democracia.
La democracia es el sistema en que el individuo puede ejercer mejor su libertad individual y protegerse de las injerencias ajenas a la par que desarrolla un temperamento activo. Es decir, es el sistema que fomenta el desarrollo de las potencialidades del individuo.
Además, promueve la preocupación por la felicidad general fomentando una conciencia cívica.
Mill considera que la mejor forma de gobierno democrático sería la democracia directa pero esto es imposible salvo que las comunidades fueran muy pequeñas. Por ello, hay que optar por una democracia representativa.
En la democracia representativa existe el peligro de que las mayorías opriman a las minorías produciéndose así un atentado contra la libertad individual. Es necesario que las minorías estén representadas por lo que hay que establecer un sistema de representación proporcional.
Pero el sufragio universal -incluyendo a las mujeres- y la representación proporcional deben ir acompañados de un proceso educativo que enseñe el respeto genuino a la libertad individual y a los derechos de todos los ciudadanos, sea cual sea su raza, religión o condición social.
Esto no quiere decir que el Estado no deba intervenir restringiendo la libertad individual. Ya vimos más arriba que Mill considera que las restricciones sólo deben darse cuando la libertad individual atenta contra la de los demás.
Pero, ¿cuándo atenta contra los demás? Es decir, ¿cómo se definen los daños y los riesgos? Aquí llegamos a uno de los grandes problemas del utilitarismo de nuestro pensador.
Según Mill el principio de individualidad se fundamenta en el principio de utilidad. Es decir, la felicidad propia –el bien propio- es consecuencia de la felicidad general –bien general-. Por tanto, la libertad individual está siempre sometida a la libertad de la mayoría y, consecuentemente, ¿no puede definirse, desde aquí, cualquier injerencia contra la libertad individual como daño o riesgo contra el cuerpo social?
5. Dios y la utilidad de la religión
Su obra póstuma Tres ensayos sobre la Religión recoge el pensamiento de Mill al respecto.
Aunque no recibió educación religiosa alguna -debido a que su padre consideraba que la religión era perjudicial para la moral-, la posición de John Stuart Mill no es tan radical como la de su progenitor.
Con respecto a los argumentos de la existencia de Dios se muestra crítico con el argumento ontológico y con el cosmológico pero, sin embargo, presta atención al argumento teleológico.
El argumento del designio de la Naturaleza –tal como él denomina al argumento teleológico- es un argumento científico que valiéndose de la inducción empírica llega a la conclusión de que existe un ser que trasciende el alcance de la investigación científica.
Evidentemente, prosigue Mill, tal razonamiento es analógico. Así como nosotros si vemos objetos que muestran vestigios de inteligencia humana, inferimos que han sido producidos por el hombre, al comprobar en los objetos naturales vestigios de inteligencia, inferimos que deben haber sido producidos por un ser inteligente supramundano ya que el hombre no los ha podido producir.
Este argumento es simplemente probable ya que supone la noción de finalidad (otra analogía): la acción común de varios factores hacia un mismo fin. Esa interpretación en racionalmente plausible pero no excluye otras explicaciones posibles.
En el caso de que exista Dios, no es omnipotente ya que la propia noción de finalidad (designio, en términos de Mill) supone la adaptación de unos medios a un fin y la necesidad de usar medios revela limitación de poder.
¿Qué interés tiene Mill en socavar la omnipotencia divina?
Parece que Mill considera que si Dios fuera omnipotente y bueno, debería evitar necesariamente el mal. Es un hecho que hay mal. En consecuencia, o bien se niega que haya Dios como hace el ateísmo ético o bien, posición hacia la que parece inclinarse Mill, Dios –si lo hay- es bueno pero no omnipotente. (Esta sería la única forma, según nuestro filósofo, en que puede salvarse la bondad divina).
En definitiva, la posición de Mill ante el problema de la existencia de Dios es un escepticismo racional. Posición a medio camino entre el agnosticismo y el teísmo.
En cuanto a la religión Mill reduce su valor a la utilidad. Al igual que la poesía le suministra al hombre ideas elevadas que van más allá de las que la vida puede suministrarle. Por eso es indiscutible que la religión es fuente de satisfacción personal y de sentimientos elevados.
Nuestro pensador se plantea si tal consideración moral de la religión podría mantenerse sin un ser sobrenatural. Piensa que así será en el futuro cuando se elimine la esperanza en la inmortalidad que predican algunas religiones.
La religión de la humanidad no excluiría la posibilidad de creer en la existencia de un Dios bueno y limitado (no omnipotente). Dicha creencia podría añadir nuevas motivaciones para trabajar en bien de la humanidad ya que todos podríamos cooperar con el Ser invisible al que debemos todo lo que es agradable en la vida.
6. TEXTOS
1. “Es, sin duda, un laudable esfuerzo de la enseñanza moderna hacer fácil e interesante para los muchachos, en cuanto sea posible, lo que tienen que aprender. Pero cuando ese principio se lleva al extremo de no obligarles a aprender más que aquello que se les ha hecho fácil e interesante, se sacrifica uno de los principales objetos de la educación”. (MILL, J. S. Autobiografía, cap. 2).
2. “En el invierno de 1822-23 formé el plan de organizar una pequeña Sociedad, compuesta de jóvenes coincidentes en los principios fundamentales, que reconocieron la Utilidad como su ideal en ética y política y cierto numero de los principales corolarios sacados de ella en la filosofía que yo había aceptado, y que se reuniera una vez cada quince días para leer los ensayos y discutir cuestiones conforme a las premisas acordadas. No valía la pena de mencionar el hecho más que por la circunstancia de que el nombre que di a la sociedad proyectada fue el de Sociedad Utilitaria, y era la primera vez que alguien había usado el título utilitario, término que hizo su camino en el idioma desde tan humilde origen. No inventé la palabra; la encontré en una de las novelas de Galt, Annals of the Parish, en que se presenta al clérigo escocés, del que es supuesta autobiografía, aconsejando a sus feligreses que no abandonen el Evangelio y no se hagan utilitarios. Con la afición de un chico a un nombre y una bandera, cogí la palabra y durante algunos años me llamé así y llamé así a los demás, como un apelativo sectario usado circunstancialmente por otros que sustentaban las opiniones que con él se trataba de designar. Conforme estas opiniones lograron más popularidad, el término fue repetido por los extraños y los contradictores, y alcanzó el uso común precisamente en el momento en que sus adeptos originarios abandonaban esa y otras características sectarias. (MILL, J. S. Autobiografía, cap. 3).
3. “La inducción es aquella operación de la mente con la que inferimos que lo que sabemos que es verdad en uno o varios casos individuales, será verdad en todos los casos que se asemejen a los primeros, en ciertos aspectos determinables. En otras palabras, la inducción es el proceso mediante el cual concluimos que lo que es verdadero de ciertos individuos de una clase, también lo es de toda la clase, o que lo que es verdadero en determinados momentos, será verdadero, en circunstancias similares, en todo momento”. (MILL, J. S. Un sistema de lógica, l. III).
4. “... durante las últimas recaídas en mi desaliento, la doctrina de lo que se llama Necesidad filosófica pesaba sobre mi existencia como un íncubo. Sentía como si estuviera científicamente probado que yo era el esclavo indefenso de las circunstancias precedentes, con si mi carácter, y el de todos los demás, se hubieran formado para nosotros por agentes extraños a nuestra intervención y estuviera completamente fuera de nuestro propio poder. Frecuentemente me decía a mí mismo: ¡qué alivio sentiría si pudiera dejar de creer en la doctrina de la formación del carácter por las circunstancias!; y recordando el deseo de Fox respecto a la doctrina de la resistencia a los Gobiernos, que nunca debe ser olvidada por los reyes ni recordada por los súbditos, decía yo que sería una bendición si creyeran todos en la doctrina de la necesidad quoad los caracteres de los demás y no creyeran en ella en cuanto al propio. Reflexioné dolorosamente sobre el asunto hasta que gradualmente vi luz en él. Me di cuenta de que la palabra Necesidad, como nombre para la doctrina de Causa y Efecto, aplicado a la acción humana, llevaba en sí una asociación perturbadora, y que esta asociación era la fuerza causante de la influencia deprimente y paralizadora que yo había experimentado. Vi que, aunque nuestro carácter está formado por las circunstancias, nuestros propios deseos pueden hacer mucho para trazar esas circunstancias, y que lo realmente inspirado y ennoblecedor en la doctrina del libre arbitrio es la convicción de que tenemos un poder efectivo en la formación de nuestro propio carácter; que nuestra voluntad, influenciando nuestras propias circunstancias, puede modificar nuestros actos futuros o nuestras capacidades volitivas. Todo esto se conformaba por completo con la doctrina de las circunstancias, o más bien era la doctrina misma propiamente comprendida. Desde entonces establecí en mi propio espíritu una distinción clara entre la doctrina de las circunstancias y el fatalismo, descartando a la vez la palabra perturbadora: Necesidad. La teoría, que por primera vez interpreté ahora rectamente, cesó, desde luego, de ser desalentadora, y además del alivio producido en mi ánimo, deje de sufrir la pesadumbre –tan grave para el que desea ser un reformador de ideas- de tener una doctrina por verdadera y su contraria por moralmente buena. Parecióme a mí años después que la disciplina mental que me había librado de este dilema era adecuada para prestar ese mismo servicio a otros, y ahora constituye en capítulo sobre ‘Libertad y Necesidad’ en el último libro de mi System of Logic”. (MILL, J. S. Autobiografía, cap. 5)
5. “Sabemos que en el caso de nuestras voliciones no existe esa misteriosa coacción. Sabemos que no nos vemos empujados, como por un mágico encantamiento, a obedecer a un motivo particular. Si deseamos dar prueba de que tenemos la fuerza suficiente para resistir a dicho motivo, sentimos que podemos lograrlo (tal deseo, resulta casi innecesario el mencionarlo, es un nuevo antecedente); y sería humillante para nuestro orgullo y, aún más importante, paralizaría nuestro deseo de perfección el pensar de otro modo”. (MILL, J. S. Un sistema de lógica, l. VI).
6. “El credo que acepta como fundamento de la moral la Utilidad, o el Principio de la mayor Felicidad, mantiene que las acciones son correctas (right) en la medida en que tienden a promover la felicidad, incorrectas (wrong) en cuanto tienden a producir lo contrario a la felicidad. Por felicidad se entiende el placer y la ausencia de dolor; por infelicidad el dolor y la falta de placer”. (MILL, J. S. El utilitarismo, cap. 2).
7. “Debe admitirse, sin embargo, que los utilitaristas, en general, han basado la superioridad de los placeres mentales sobre los corporales, principalmente en la mayor persistencia, seguridad, menor costo, etc. De los primeros, es decir, en sus ventajas circunstanciales más que en su naturaleza intrínseca. En todos estos puntos los utilitaristas han demostrado satisfactoriamente lo que defendían, pero bien podrían haber adoptado otra formulación más elevada, por así decirlo, con total consistencia. Es del todo compatible con el principio de utilidad el reconocer el hecho de que algunos tipos de placer son más deseables y valiosos que otros. Sería absurdo que mientras al examinar todas las demás cosas se tiene en cuenta la calidad además de la cantidad, la estimación de los placeres se supusiese que dependía tan sólo de la cantidad”. (MILL, J. S. El utilitarismo, cap. 2).
8. “Conforme al Principio de la Mayor Felicidad, tal como se explicó anteriormente, el fin último, con relación al cual y por el cual todas las demás cosas son deseables (ya estemos considerando nuestro propio bien o el de los demás) es una existencia libre, en la medida de lo posible, de dolor y tan rica como sea posible en goces, tanto por lo que respecta a la cantidad como a la calidad, constituyendo el criterio de la calidad y la regla para compararla con la cantidad, la preferencia experimentada por aquellos que, en sus oportunidades de experiencia (a lo que debe añadirse su hábito de auto-reflexión y auto-observación), están mejor dotados de los medios que permiten la comparación. Puesto que dicho criterio es, de acuerdo con la opinión utilitarista, el fin de la acción humana, también constituye necesariamente el criterio de la moralidad, que puede definirse, por consiguiente, como ‘las reglas y preceptos de la conducta humana’ mediante la observación de los cuales podrá asegurarse una existencia tal como se ha descrito, en la mayor medida posible, a todos los hombres. Y no sólo a ellos, sino, en tanto en cuanto la naturaleza de las cosas lo permita, a las criaturas sentientes en su totalidad”. (MILL, J. S. El utilitarismo, cap. 2).
9. “Entre las obras del hombre, en cuyo perfeccionamiento y embellecimiento se emplea legítimamente la vida humana, la primera en importancia es, seguramente, el hombre mismo. Suponiendo que fuera posible construir casas, hacer crecer el trigo, ganar batallas, defender causas y hasta erigir templos y decir oraciones mecánicamente –por autómatas en forma humana-, sería una pérdida considerable cambiar por estos autómatas los mismos hombres y mujeres que habitan actualmente las partes más civilizadas del mundo y que seguramente son tipos depauperados de lo que la naturaleza puede producir y producirá algún día. La naturaleza humana no es una máquina que se construye según un modelo y dispuesta a hacer exactamente el trabajo que le sea prescrito, sino un árbol que necesita crecer y desarrollarse por todos lados, según las tendencias de sus fuerzas interiores, que hacen de él una cosa viva”. (MILL, J. S. Sobre la libertad, 3).
10. “Aunque la sociedad no esté fundada sobre un contrato y aunque nada bueno se consiga inventando un contrato a fin de deducir obligaciones sociales de él, todo el que recibe la protección de la sociedad debe una compensación por este beneficio; y el hecho de vivir en sociedad hace indispensable que cada uno se obligue a observar una cierta línea de conducta para con los demás. Esta conducta consiste, primero, en no perjudicar los intereses de otro; o más bien ciertos intereses, los cuales, por expresa declaración legal o por tácito entendimiento, deben ser considerados como derechos; y, segundo, en tomar cada uno su parte (fijada según un principio de equidad) en los trabajos y sacrificios necesarios para defender la sociedad o sus miembros de todo daño o vejación. Justificadamente la sociedad impone a toda costa estas condiciones a aquellos que traten de eludir su cumplimiento, sin que con esto se agote todo lo que la sociedad puede hacer”. (MILL, J. S. Sobre la libertad, 4).
11. “Cuando la humanidad deje de necesitar una vida futura como consuelo de los sufrimientos de la vida presente, esa idea habrá perdido su valor principal. Estoy refiriéndome a las almas generosas. Sin embargo, esos otros hombres que están apegados a su propio yo, que son incapaces de identificarse con ninguna otra cosa que les sobreviva, o de sentir que su vida se prolonga en las jóvenes generaciones y en todos aquellos que ayudan a continuar el movimiento progresivo de los asuntos humanos, necesitan tener la noción de otra vida egoísta más allá de la tumba para poder conservar algún interés en la existencia ya que la vida presente, conforme va llegando a su fin, se desvanece en algo demasiado insignificante, como para merecer atención alguna.
Pero si la Religión de la Humanidad fuese cultivada tan industriosamente como lo son las religiones sobrenaturales (y no hay dificultad en concebir que podría lograrse esto en grado aún mucho mayor) todos los que hubieran recibido la necesaria educación moral vivirían, hasta la hora de su muerte, con el pensamiento puesto en la vida de quienes hubieran de seguirlos. Y aunque, indudablemente, les gustaría sobrevivir como individuos por un período más largo del que esta vida tiene, me parece posible que, después de un cierto tiempo, diferente en duración según cada persona, pensarían que ya habían vivido lo suficiente y se dispondrían gustosos a entregarse al eterno descanso. Entretanto, y sin anticipar tanto las cosas, podemos hacer notar que quienes creen en la inmortalidad del alma dejan esta vida con tan pocas ganas, y aún con menos, que quienes carecen de tales expectaciones. El mero dejar de existir no es un mal para nadie. La idea que resulta aterradora es la que se forja la imaginación al fabricar esta fantasía: la de imaginarnos como seres vivos, sintiéndonos al mismo tiempo muertos. Lo odioso de la muerte no es la muerte misma, sino el acto de morir y sus lúgubres circunstancias, cosas todas ellas por las que también debe pasar el que cree en la inmortalidad. No creo que el escéptico pierda realmente, por culpa de su escepticismo, ningún consuelo valioso, excepto éste: la esperanza de reunirse con sus seres queridos que dejaron la vida terrenal antes que él. Ciertamente, esa pérdida no puede negarse ni ser pasada por alto. En muchos casos siempre será suficiente para que las naturalezas más sensibles mantengan viva la esperanza imaginativa de un mundo futuro que , si bien no hay nada que pruebe su existencia, tampoco hay nada en nuestro conocimiento o en nuestra experiencia que sea capaz de contradecirla”. (MILL, J. S. La utilidad de la religión).
12. “No sólo me parece posible, sino probable, que en una condición más elevada y feliz de la vida humana, no sea la aniquilación, sino la inmortalidad, la idea que llegue a resultar insoportable; y que la naturaleza humana, aunque le agrade el presente y no esté deseando dejarlo, encuentre consuelo, y no tristeza, en el pensamiento de que no está eternamente encadenada a una existencia consciente que dudosamente quisiera conservar para siempre”. (MILL, J. S. La utilidad de la religión).
7. ACTIVIDADES
a. JUEGOS
- Aquí tienes algunos conceptos. Debes intentar definirlos. (Se les deben dar las pistas pertinentes).
Ciencias morales: Son aquellas ramas del saber que guardan relación con el hombre, siempre que a) no tengan un carácter estrictamente normativo y b) no puedan clasificarse como partes de la ciencia física.
Importación (import): Significado de una proposición. Es determinado por la connotación de sus partes con la sola excepción de los nombres propios en cuyo caso el significado viene dado por la denotación.
Inducción: Operación lógica que consiste en establecer verdades generales a partir de hechos particulares. Procede de los hechos a la ley que los explica.
Materia: Una posibilidad permanente de sensación.
Mente: Yo. Posibilidad permanente de los estados mentales.
Utilidad o principio de la máxima felicidad: Las acciones son buenas en cuanto tienden a promover la felicidad y malas en cuanto tienden a producir lo contrario a ella.
- Sopa de letras. Busca en ellas las ciencias morales y las dos partes de una de ellas.
PSICOLOGÍA
ETOLOGÍA
SOCIOLOGÍA
HISTORIA
ESTÁTICA SOCIAL
DINÁMICA SOCIAL
- Aquí tienes, a un lado, los nombres de los cuatro métodos de investigación que distingue Mill. Al otro lado se encuentran, desordenadas, las definiciones de dichos métodos. Relaciona cada nombre con su definición. (Te lo pongo todo junto para que tú lo separes en dos columnas)
Método de la concordancia: Si dos o más instancias del fenómeno que se investiga tienen una sola circunstancia en común, la sola circunstancia en que concuerdan todas las instancias es la causa (o el efecto) del fenómeno dado.
Método de la diferencia: Si consideramos un caso en el cual el fenómeno investigado ocurre y un caso en el cual no ocurre, y si encontramos que ambos tienen en común todas las circunstancias menos una, que está presente sólo en el primer caso, tal circunstancia es el efecto o la causa, o una parte indispensable de la causa, del fenómeno en cuestión.
Método de residuos: Si quitamos de cualquier fenómeno la parte conocida, por inducciones previas, como efecto de ciertos antecedentes, el residuo del fenómeno será el efecto de los antecedentes restantes.
Método de las variaciones concomitantes: Todo fenómeno que cambia siempre que otro cambie también en un determinado sentido, es una causa de tal fenómeno o su efecto o está conectado con él a través de algún hecho causal.
- Te ofrecemos el texto de Mill en el que define el principio de utilidad. Te lo damos incompleto. Complétalo. (Lo que va en negrita y entre corchetes es lo que el alumno debe completar dándole para ello las pistas oportunas).
“El credo que acepta como [fundamento de la moral] la [Utilidad], o el [Principio de la mayor Felicidad], mantiene que las acciones son [correctas] (right) en la medida en que tienden a promover la [felicidad], [incorrectas] (wrong) en cuanto tienden a producir lo [contrario] a la felicidad. Por [felicidad] se entiende el [placer] y la [ausencia] de [dolor]; por [infelicidad] el [dolor] y la falta de [placer]”. (MILL, J. S. El utilitarismo, cap. 2).
- Lee con atención el siguiente texto de Mill y, a continuación, escribe cuáles son sus ideas fundamentales. (Se le deben dar las pistas pertinentes).
“Cuando la humanidad deje de necesitar una vida futura como consuelo de los sufrimientos de la vida presente, esa idea habrá perdido su valor principal. Estoy refiriéndome a las almas generosas. Sin embargo, esos otros hombres que están apegados a su propio yo, que son incapaces de identificarse con ninguna otra cosa que les sobreviva, o de sentir que su vida se prolonga en las jóvenes generaciones y en todos aquellos que ayudan a continuar el movimiento progresivo de los asuntos humanos, necesitan tener la noción de otra vida egoísta más allá de la tumba para poder conservar algún interés en la existencia ya que la vida presente, conforme va llegando a su fin, se desvanece en algo demasiado insignificante, como para merecer atención alguna.
Pero si la Religión de la Humanidad fuese cultivada tan industriosamente como lo son las religiones sobrenaturales (y no hay dificultad en concebir que podría lograrse esto en grado aún mucho mayor) todos los que hubieran recibido la necesaria educación moral vivirían, hasta la hora de su muerte, con el pensamiento puesto en la vida de quienes hubieran de seguirlos. Y aunque, indudablemente, les gustaría sobrevivir como individuos por un período más largo del que esta vida tiene, me parece posible que, después de un cierto tiempo, diferente en duración según cada persona, pensarían que ya habían vivido lo suficiente y se dispondrían gustosos a entregarse al eterno descanso. Entretanto, y sin anticipar tanto las cosas, podemos hacer notar que quienes creen en la inmortalidad del alma dejan esta vida con tan pocas ganas, y aún con menos, que quienes carecen de tales expectaciones. El mero dejar de existir no es un mal para nadie. La idea que resulta aterradora es la que se forja la imaginación al fabricar esta fantasía: la de imaginarnos como seres vivos, sintiéndonos al mismo tiempo muertos. Lo odioso de la muerte no es la muerte misma, sino el acto de morir y sus lúgubres circunstancias, cosas todas ellas por las que también debe pasar el que cree en la inmortalidad. No creo que el escéptico pierda realmente, por culpa de su escepticismo, ningún consuelo valioso, excepto éste: la esperanza de reunirse con sus seres queridos que dejaron la vida terrenal antes que él. Ciertamente, esa pérdida no puede negarse ni ser pasada por alto. En muchos casos siempre será suficiente para que las naturalezas más sensibles mantengan viva la esperanza imaginativa de un mundo futuro que, si bien no hay nada que pruebe su existencia, tampoco hay nada en nuestro conocimiento o en nuestra experiencia que sea capaz de contradecirla”. (MILL, J. S. La utilidad de la religión).
IDEA 1: Cuando las almas generosas no crean en una vida futura como consuelo de los sufrimientos de ésta la religión habrá perdido su valor principal.
IDEA 2: Los hombres apegados a su propio yo necesitan creer en la vida futura para encontrar aliciente a la vida terrena.
IDEA 3: Si la Religión de la Humanidad se cultivase tanto como las religiones sobrenaturales, los hombres aceptarían con tranquilidad el fin de la vida sin pretender una supervivencia posterior.
IDEA 4: Dejar de existir no es un mal. El mal consiste en imaginarnos como seres vivos, sintiéndonos al mismo tiempo muertos.
IDEA 5: El único consuelo que pierde el escéptico es la esperanza de reunirse con sus seres queridos que dejaron la vida terrenal antes que él.
IDEA 6: Esa pérdida es la única que puede hacer que se crea en la vida futura.
IDEA 7: La creencia en la vida futura es plausible ya que no hay nada en nuestro conocimiento o en nuestra experiencia que pruebe su verdad o que la contradiga.
- Di cuáles de las siguientes afirmaciones son verdaderas y cuáles falsas:
- Mill considera que la lógica deductiva es realmente inductiva. (VERDADERA).
- El método deductivo inverso es un método empleado en Psicología. (FALSA).
- La materia es una posibilidad permanente de sensación y los cuerpos grupos de posibilidades simultáneas de sensaciones. (VERDADERA).
- La mente es la imposibilidad permanente de los estados mentales. (FALSA).
- El principio que fundamenta la moral es la utilidad o principio de la máxima felicidad y dice que las acciones son buenas en cuanto tienden a promover la felicidad y malas en cuanto tienden a producir lo contrario a ella. (VERDADERA).
- La libertad sólo debe ser restringida en la vida privada pero en lo que concierne sólo a la vida social es absoluta. (FALSA).
- La mejor forma de gobierno será aquella en la que la soberanía resida en el conjunto de la comunidad social. Es decir, la tiranía. (FALSA).
- El argumento del designio de la Naturaleza o argumento teleológico es un argumento científico que valiéndose de la inducción empírica llega a la conclusión de que existe un ser que trasciende el alcance de la investigación científica. (VERDADERA).
- La religión de la humanidad excluye la posibilidad de creer en Dios. (FALSA).
b. ACTIVIDADES DE INVESTIGACIÓN
ACTIVIDAD 1: El UTILITARISMO DE JEREMY BENTHAM
INTRODUCCIÓN: John Stuart Mill se formó, bajo la dirección de su padre, en la filosofía de Bentham. De hecho su pensamiento está influenciado por dicha filosofía. Mill asume o discute lo que Bentham defendía. Por tanto, nos parece interesante que te aproximes al conocimiento del pensamiento y la obra de Bentham.
TAREA: Te pedimos que, de forma individual, intentes buscar información sobre la vida, obra y pensamiento de Bentham a fin de que comprendas cómo ha influido su pensamiento sobre el de Mill.
DESCRIPCIÓN DEL TRABAJO:
1. Debes redactar un pequeño trabajo en el que recojas:
- Datos sobre la vida de Jeremy Bentham.
- Cuáles son sus obras fundamentales.
- Cuáles son las ideas fundamentales de su filosofía.
- Algunos de sus textos más representativos.
- Qué ideas de Bentham influyen en el pensamiento de Mill y por qué.
2. Debes poner en común con tus compañeros los resultados del punto e de tu investigación y redactar entre todos un cuadro en el que se recojan las influencias de la filosofía de Bentham en la de Mill.
RECURSOS: Te proponemos, a modo de guía, los siguientes recursos; pero sería interesante que utilizaras algunos otros.
http://www.ucl.ac.uk/Bentham-Project/index.htm
http://melbecon.unimelb.edu.au/het/bentham/bentham
http://socserv2.socsci.mcmaster.ca/~econ/ugcm/3ll3/bentham/stephen1.html
http://www.philosophypages.com/dy/b2.htm#bent
http://www.econlib.org/library/Enc/bios/Bentham.html
http://www.historyguide.org/intellect/bentham.html
http://www.malaspina.com/site/person_182.asp
http://www.biography.com/search/article.jsp?aid=9207943
http://www.iep.utm.edu/b/bentham.htm
http://www.filosofiayderecho.com/biblioteca-e/bentham.htm
http://www.filosofia.org/enc/ros/bentham.htm
http://www.benthamlinks.com/SP/
EVALUACIÓN: Se valorará sobre todo la comprensión de los datos recogidos, no que el trabajo sea un mero cortar y pegar. De manera especial, las aportaciones en el último punto del trabajo (e). Asimismo se valorará el uso de los recursos y la innovación.
ACTIVIDAD 2: JAMES MILL
INTRODUCCIÓN: El padre de John Stuart Mill, James Mill fue determinante en la educación de Mill y en su pensamiento. Sería interesante que te aproximaras al conocimiento de su pensamiento y de sus influencias en la filosofía de John Stuart Mill.
TAREA: Nos gustaría que establecierais un grupo de trabajo constituido por tres personas y que investigarais acerca del pensamiento de James Mill y de sus influencias sobre su hijo.
DESCRIPCIÓN DEL TRABAJO: Deberéis realizar una presentación en Powerpoint sobre la figura y la obra de James Mill y su influencia en su hijo John Stuart Mill utilizando todos las posibilidades que Powerpoint tiene: Texto, dibujo, fotos, música y, si os atrevéis, hasta video.
Dicha presentación debe contener, al menos, los siguientes puntos:
- ¿Quién era James Mill?
- La obra de James Mill y su propósito.
- ¿Qué tesis sostiene Mill en su obra Análisis de la mente?
- Las ideas de James Mill en el proceso educativo de su hijo John Stuart Mill tal como éste lo describe en su Autobiografía.
- Puntos de encuentro y discordia en los pensamientos de James Mill y John Stuart Mill.
RECURSOS: Aquí te proponemos algunos recursos que te pueden ser útiles; puedes utilizar otros.
http://socserv2.socsci.mcmaster.ca/~econ/ugcm/3ll3/milljames/elements.html
http://socserv2.mcmaster.ca/~econ/ugcm/3ll3/mill/utila2.htm
http://www.bartleby.com/224/0102.html
http://elvers.stjoe.udayton.edu/history/people/JMill.html
http://www.encyclopedia.com/html/M/Mill-J1am.asp
http://www.spartacus.schoolnet.co.uk/Jmill.htm
http://www.marxists.org/archive/marx/works/1844/james-mill/
EVALUACIÓN: Se valorará la originalidad en la presentación de Powerpoint, la calidad de la información y la comprensión de la misma así como el esfuerzo de investigación.
ACTIVIDAD 3: HARRIET TAYLOR MILL
INTRODUCCIÓN: Otra de las personas que influyó grandemente en Mill fue su amiga y más tarde esposa, Harriet Taylor. Gracias a ella tuvo una idea clara sobre la esclavitud a la que estaban sometidas las mujeres y con ella escribió la que el consideró su obra más importante Sobre la libertad. Además, El utilitarismo –según nos cuenta Mill- se debe en su mayor parte a ella. Por eso, nos gustaría que te aproximases a su figura y pensamiento.
TAREA: Deberéis organizar un seminario de investigación sobre la figura de Harriet Taylor Mill y su influencia en la obra de John Stuart Mill. Dicho seminario debe partir de un reparto de tareas y concretarse en una serie de exposiciones que den lugar a un documento de trabajo que podáis exponer a vuestros compañeros de clase. Sería bueno que leyérais La esclavitud de las mujeres, Sobre la libertad y El utilitarismo.
DESCRIPCIÓN DEL TRABAJO: Os damos algunas pistas para la elaboración de vuestro documento de trabajo:
- Datos sobre la vida de Harriet Taylor.
- Cuáles son las ideas fundamentales de su pensamiento.
- Resumen de las obras de Mill en las que se ve la mano de Harriet Taylor.
- Qué ideas de Harriet influyeron en el pensamiento de Mill.
RECURSOS: Aquí tenéis algunos recursos:
http://plato.stanford.edu/entries/harriet-mill/
http://www.spartacus.schoolnet.co.uk/Wtaylor.htm
http://www.assumption.edu/whw/old/Taylor_Enfranchisement
http://socserv2.socsci.mcmaster.ca/~econ/ugcm/3ll3/mill/prin/book4/bk4ch07
http://www.indiana.edu/~letrs/vwwp/taylor/suffrage.html
http://www.pinn.net/~sunshine/whm2003/ht_mill4.html
http://www.macalester.edu/~warren/courses/Mill/harriettaylormill.html
http://www.harriet-taylor-mill.de/html/harriet_taylor_mill.html
EVALUACIÓN: Se valorará el trabajo individual, la capacidad de trabajo de equipo a la hora de elaborar el documento de trabajo, las exposiciones en el seminario –si lo hubiera-, el documento de trabajo final y la exposición al gran grupo.
ACTIVIDAD 4: COMTE Y SU INFLUENCIA EN LA FILOSOFÍA SOCIAL DE JOHN STUART MIL
INTRODUCCIÓN: Sabemos que, gracias a Gustave D’Eichtal, Mill tuvo conocimiento de Comte y se aproximó a la lectura de su obra. También sabemos que durante algún tiempo ambos pensadores mantuvieron correspondencia. Nos gustaría que te aproximases a la figura y al pensamiento de Auguste Comte.
TAREA: Realizar una presentación en Powerpoint o Acrobat acerca del pensamiento de Comte y comparación entre la filosofía de Comte y la de Mill.
DESCRIPCIÓN DEL TRABAJO: El trabajo deberá recoger, al menos, los siguientes puntos:
- Vida.
- Obra.
- Descripción de su pensamiento.
- Textos representativos.
- Su relación con Mill
- Sus influencias en Mill.
- Diferencias y similitudes entre el pensamiento de Mill y el de Comte.
RECURSOS:
http://www.historyguide.org/intellect/lecture23a.html
http://www.historyguide.org/intellect/comte.html
http://www.malaspina.com/site/person_341.asp
http://www.filosofiayderecho.com/biblioteca-e/comte.htm
http://www.cervantesvirtual.com/FichaAutor.html?Ref=1438
http://www.cibernous.com/autores/comte/teoria/biografia.html
http://www.filosofia.org/enc/dfc/comte.htm
http://membres.lycos.fr/clotilde/home.htm
http://membres.lycos.fr/clotilde/nofrench.htm
http://socserv2.socsci.mcmaster.ca/~econ/ugcm/3ll3/comte/
http://visualiseur.bnf.fr/Visualiseur?Destination=Gallica&O=NUMM-24412
EVALUACIÓN: Se evaluará la calidad de la información recogida en el trabajo, su asimilación, la exposición didáctica de la misma y la originalidad en la investigación.
ACTIVIDAD 5: LA ACTUALIDAD DE LA ÉTICA UTILITARISTA
INTRODUCCIÓN: Cuando nos aproximamos al pensamiento de un filósofo tendemos a pensar que lo que dice es ajeno a la realidad y, además, que está pasado de moda. Quizás es lo que piensas acerca de la ética utilitarista. Pues bien, sentimos decepcionarte, pero estás equivocado. Las ideas influyen en la realidad más de lo que piensas. De hecho, el paradigma ético utilitarista es de plena actualidad. Es uno de los modelos éticos señeros y, quizás, uno de los más difundidos socialmente.
TAREA: Te pedimos que, de forma individual, intentes aproximarte a la obra de Mill, El utilitarismo y que rastrees la actualidad del utilitarismo en nuestro tiempo. Te sugerimos, sin cerrar otras vías de investigación, que busques en la red información acerca de la ética utilitarista. Te recomendamos un pensador utilitarista actual: Peter Singer.
DESCRIPCIÓN DEL TRABAJO:
- Lectura de El utilitarismo de J.S. Mill.
- Búsqueda de información sobre el utilitarismo en la actualidad y acercamiento a las ideas y textos de alguno de los pensadores utilitaristas. Rastreo de su influencia en cuestiones bioéticas, políticas, sociales, etc.
- Una vez que hayas recopilado información, elabora un trabajo en el que armonices todos estos datos y valóralos. ¿Estás de acuerdo con el utilitarismo? ¿Por qué? ¿Cuál sería tu propuesta ética?
RECURSOS: Aquí tienes algunos recursos que pueden ser de tu interés:
http://www.economia.ufm.edu.gt/mpolanco/mill.htm
http://www.utilitarianism.com/mill1.htm
http://www.economia.ufm.edu.gt/mpolanco/notaste14.html
http://www.lastoria.org/definizioni/utilitarismo.htm
http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/util.pdf
http://www.geocities.com/SoHo/Atrium/1788/filo/dicc/utilitarismo.htm
http://ethics.acusd.edu/theories/Utilitarianism/
http://www.petersingerlinks.com/SP/
http://www.petersingerlinks.com/
EVALUACIÓN: Se valorarán: La lectura atenta y la elaboración de conclusiones de las tesis utilitaristas de Mill, la búsqueda y discriminación de la información, la elaboración de la misma y el intento crítico de los resultados del trabajo.
ACTIVIDAD 6: DIOS, LA RELIGIÓN Y MILL
INTRODUCCIÓN: Una de las eternas cuestiones y siempre candentes en el sistema educativo español es la pertinencia del estudio de las religiones. ¿Merece la pena el estudio de las religiones y la aproximación serena a la cuestión de Dios a pesar de que uno no sea una persona religiosa? Nos parece que merece la pena que te plantees de manera serena esta cuestión y te proponemos que lo hagas de la mano de un pensador no religioso: Stuart Mill.
TAREA: Lectura de la obra Tres ensayos sobre la Religión. (Si no eres capaz de leer en inglés, puedes leer al menos uno de ellos, “La utilidad de la religión”, que está traducido al castellano en Alianza Editorial). Tras su lectura deberías recoger sus ideas sobre Dios y la religión y compararlas con las de otros pensadores: S. Agustín, Sto. Tomás, Hume, Kant, Comte, Marx, Nietzsche, Heidegger, etc. Después, te pedimos que intentes sacar tus conclusiones personales. Conclusiones racionales y razonadas, claro está.
DESCRIPCIÓN DEL TRABAJO:
- Lectura de Tres ensayos sobre la religión.
- Recopilación de sus ideas fundamentales.
- Análisis de la postura de algunos otros filósofos del programa (al menos dos) sobre estos aspectos.
- Valoración crítica y toma de postura.
RECURSOS: Aquí tienes algunos recursos que pueden ser de tu interés:
http://www.la.utexas.edu/research/poltheory/mill/three/index.html
http://www.vozclasereligion.org/jsmill.html
http://www.la.utexas.edu/research/poltheory/mill/three/utilrelig.html
http://www.umsystem.edu/upress/spring2002/raeder.htm
http://jeromekahn123.tripod.com/enlightenment/id8.html
http://westerncanon.com/cgibin/lecture/JohnStuarthall/cas/51.html
http://www.positiveatheism.org/hist/quotes/jsmill.htm
http://www.yorktownuniversity.com/documents/john_stuart_mill.pdf
http://www.agapea.com/La-utilidad-de-la-religion-n15454i.htm
EVALUACIÓN: Se valorarán todos y cada uno de los aspectos del trabajo. Pero de manera fundamental la comprensión del problema y la búsqueda de un juicio crítico equilibrado más allá de cualquier tipo de prejuicio.