En busca de la naturaleza perdida

Estudios de bioética fundamental

Autor: Ana Marta González

Editorial: Eunsa. Colección: Astrolabio

Trabajos que lo conforman: “Bioética y evolución”, “Principios y virtudes en bioética”, “La bioética entre la naturaleza y la cultura” y “Respetar todas las vidas”
Número de páginas: 176

En busca de la naturaleza perdida

La lectura que hicimos de este libro en la II Jornada de filosofía y humanismo cristiano estaba motivada por el deseo de profundizar en la noción de naturaleza humana tal y como es concebida por la filosofía clásica. Por eso, emprendimos una lectura transversal de este libro de bioética para entresacar las explicaciones que más nos interesaban. La ventaja de este libro es que, como dice el subtítulo -Estudios de bioética fundamental-, no aborda cuestiones concretas de bioética sino los grandes conceptos que sustentan los análisis de los problemas éticos que aparecen en el uso de la ciencia. Se detiene, por tanto, en explicar alguno de las nociones más importantes para la ética: naturaleza, naturaleza humana, virtud, ley natural, cultura…

Una de las ideas más relevantes del texto es la distinción entre la noción de naturaleza propia de la Modernidad -a partir del siglo XVII- y la noción de naturaleza de la filosofía anterior. La Modernidad toma su concepto de naturaleza de la imagen que de ella da la ciencia: la naturaleza son los hechos, lo que ya está configurado que solo puede transformarse mediante la aplicación de la fuerza. Frente a esa caracterización tenemos la idea de naturaleza como un modo de ser de las cosas que funda un desarrollo dinámico posterior dirigido a un fin en el que esa naturaleza es plenamente ella misma. En torno a esta primera distinción gira el resto del desarrollo del libro, porque ese concepto genérico de naturaleza debe ser aplicado al hombre -¿qué significa para el hombre ser natural: tener algo que le viene dado como un hecho y que no puede cambiar o partir de un modo de ser orientado a un tipo de acciones y no a otras que le dirigen hacia su bien propio?-. Y de esta aplicación depende el papel de la cultura y la libertad en la vida humana -¿qué espacio se les deja?-.

En este contexto, la autora trae a colación la importancia de la virtud como fruto de la colaboración de naturaleza y libertad. En torno a estos dos conceptos fundamentales -naturaleza y virtud- se configura el resto de libro que se abre a debates como el problema del multiculturalismo -cómo dar criterios bioéticos en unas sociedades multiculturales- y el trato a los diferentes tipos de vida.