Del Islam a la Yihad

UNA REFLEXIÓN GEOPOLITICA SOBRE EL MUNDO ISLÁMICO A COMIENZOS DEL SIGLO XXI

Autor: Bienvenido Gazapo. Profesor Titular de Geopolítica. UEM

Un mundo desértico poblado por nómadas belicosos e individualistas. Una situación geográfica privilegiada lo convirtió en el pasado en un importante nudo de relaciones entre el Oriente y el Mediterráneo. Dos ciudades, La Meca y Medina son el centro sagrado de referencia de más de 1.400 millones de musulmanes en el mundo (el 18% de la población mundial).

Su expansión afroasiática (desde el Atlántico al Indico y desde las estepas de Asia Central hasta el Ecuador) y la aparición del petróleo en grandes áreas de la región, lo convirtieron en foco deatracción de las potencias occidentales durante los años del imperialismo. Tras la descolonización se ha convertido en actor imprescindible en las relaciones internacionales.

1. Aproximación conceptual
2. Aproximación histórica
3. Geopolítica del espacio islámico en la actualidad
4. Algunos escenarios conflictivos
ANEXO 1: La religión islámica
ANEXO 2: Si el islam tuviese un papa...
ANEXO 3: La Yihad actual
ANEXO 4: Declaración de ISIS
ANEXO 5: Algunas aclaraciones sobre el complicado panorama de los fundamentalismos islámicos

1. Aproximación conceptual

1.1. Mahoma y el Islam

Abulkasim (Mahoma o Muhammad) nacido en la Meca hacia el año 570, quedó huérfano pronto, siendo acogido por su tío, padre de Alí, a quien sirvió como pastor. Luego fue caravanero al servicio de la rica Jadiya, con quien se casó. Con motivo de sus viajes, trabó contacto con las dos grandes religiones monoteístas, el judaísmo y el cristianismo.

En la madurez de su vida afirmó haber recibido la revelación de Alá a través del Arcángel San Gabriel y la predicó - dando forma a la religión islámica - primero en su ciudad, La Meca, donde fue perseguido por sus ideas, debiendo huir a Yatrib (desde entonces, Medina al Nabi) en el año 622. Este momento constituye la Hégira (huida fugitiva) y supone el comienzo del calendario islámico.

Fue un dirigente bien dotado, comunicativo y piadoso. Muy susceptible con las injurias, fue distanciándose cada vez más de las dos religiones monoteístas (judíos y cristianos). Murió el año 632.

1.2. La religión islámica

1. Monoteísmo absoluto: “No hay más Dios que Alá y Mahoma su profeta”. Sumisión a la voluntad divina. Veneración de la Kaaba (el Dado) en la Meca.

2. Los cinco pilares de la religión, son:

» Confesión de la fe (Shahada): Por ella se integran los fieles en la religión islámica (“confieso que no hay más Dios que el único y que Mahoma es su enviado”). Es irrevocable. Su abjuración se condena con la muerte.

» Oración (salat) cinco veces al día donde quiera que se encuentre el fiel musulmán.

» Ayuno (saum) en el mes de Ramadán (noveno mes del año islámico), desde la salida hasta la puesta del sol. Consiste en no comer, beber, fumar o tener relaciones sexuales. Con abundantes excepciones (enfermos, ancianos, embarazadas, etc.).

» Limosna ritual (zaqat), obligatoria (aproximadamente un 2,5% de lo ganado al año en mercaderías).

» Peregrinación a la Meca (hadj), al menos una vez en la vida, si es posible.

La “guerra santa” (chijad o yijad = esfuerzo) no es un precepto obligatorio pero sí meritorio. Tiene dos significados: el “esfuerzo” interior de todo creyente para ser coherente con su fe (idéntico al de todas las religiones monoteístas) y el “esfuerzo” para construir una buena sociedad musulmana y conseguir adeptos a su fe.

3. Las fuentes de la fe, son:

» El CORAN (= Libro para recitar. Palabra de Dios): su texto definitivo se fijó en el año 632, año de la muerte de Mahoma. Consta de 114 suras (capítulos) no ordenados cronológicamente.

» La SUNNA (es la tradición = hadiz) y las sentencias de Mahoma.

» Importancia del profetismo: Los Profetas son elegidos por Dios entre el pueblo creyente (umma). Estos profetas son denominados nabí. Han existido grandes profetas en la historia: Abraham (Ibrahim), Moisés (Musa), Jesús, hijo de María, que no es dios ni salvador. El más importante profeta (rasul) y el último es Mahoma (Para el pensamiento religioso islámico, Dios se ha ido revelando a los hombres paulatina y gradualmente: primeramente por Abraham, luego mediante Moisés, después por Jesús el hijo de María. Ambas revelaciones (judía y cristiana) son, por tanto, incompletas. La primera representa el normativismo de la Ley, significado en la Torá; la segunda representa el triunfo del amor misericordioso de Dios. El islamismo es la síntesis de las dos: ni la rigidez judaica ni el laxismo cristiano. En la mentalidad religiosa islámica no se entiende por qué los judíos no se convirtieron al cristianismo y los cristianos a su vez al islamismo. Por eso una sociedad islámica (o un estado islámico) podrá ser “tolerante” con judíos y cristianos (“gentes del libro”: Kitab-al-bilab) pero nunca podrá dar, en coherencia con estos principios, libertad religiosa porque la única religión verdadera es el islam.).

4. La legislación islámica: Sharía

El Islam es una religión de normas. Sharía significa “camino que conduce a una fuente de agua”. No es propiamente un código cerrado que se aplica, sino un conjunto de principios que debe seguir el creyente para llegar a esa fuente. Desde la muerte de Mahoma se puso en marcha su codificación y aquí comienzan los problemas. El islam histórico ya los vio y por eso hizo un gran esfuerzo interpretativo de las máximas coránicas (en los siglos IX y X, sobre todo). Pero debido a la inexistencia de una autoridad religiosa única, se paralizó este proceso, reduciendo las escuelas interpretativas a cuatro, sin posibilidad de evolución por lo que se ve. Este es un grave problema no resuelto en el mundo islámico, que hoy constituye un obstáculo importante dentro del mismo (La tensión está presente en la actualidad con todo rigor, porque frente a los que desean liberar a la Sharía coránica de concreciones jurídicas posteriores e irla adaptando a las realidades actuales (sería la Tradición y el Magisterio en el mundo católico), aparecen los grupos que afirman que no hay nada que adaptar, interpretar o reformar porque Mahoma es infalible (pero esa infalibilidad de Mahoma no deja de ser en el fondo una primera interpretación de los fundadores del islam). Esta tendencia constituye el fundamentalismo, que no es solamente propio de los islámicos sino de todas las grandes religiones monoteístas (judaísmo y cristianismo). Nos retrotrae a las tensiones de los primeros cristianos entre la Ley y el espíritu, que vivió san Pablo (cf. Epístola a los Gálatas, cap. 3 y 4 sobre todo).).

5. Grupos y tendencias: sunníes y chiíes

Poco después de la muerte del Profeta, surgieron dos interpretaciones opuestas de la fe islámica, que perviven hoy, y una tercera, intermedia, casi extinta. Son los sunníes, los chiíes y los jariyíes, respectivamente [ANEXO Nº 1].

Los sunníes constituyen la mayoría de los islámicos del mundo. Aceptan las enseñanzas del Profeta, pero también la Sunna (“Tradición”), que supone la adaptación histórica de las máximas coránicas a las realidades de civilización a lo largo del tiempo. En el orden político, fueron partidarios del Califato. Están divididos en varias escuelas o tendencias, como se acaba de indicar.

Los chiíes se consideran los de fe más pura. Son minoría (un 15%), pero en algunas zonas son dominantes (Irán) y su actuación política merece atención pues constituyen una teocracia. Hay dos elementos definidores de los chiíes:

El primero de ellos es de carácter político o de liderazgo. Son seguidores de Alí, primo y yerno de Mahoma (pues fue esposo de Fatima, hija superviviente del profeta), asesinado por los Omeyas. Entienden que éste es el único heredero legítimo del Profeta (no los califas, que son para ellos usurpadores) y, por tanto, los verdaderos líderes del Islam deberán ser los herederos legítimos de Alí (Imames) mucho más carismáticos que los califas.

La segunda diferencia es de carácter religioso y consiste en que, aceptando los cinco pilares de la fe, no aceptan la Sunna. Dentro de los chiíes hay a su vez distintos grupos (según los imames históricos que consideren): los chiíes de los cinco (zadíes), de los siete (ismailíes), de los doce (imanitas). Hay divergencias a su vez entre ellos.

Los jariyíes (jariyí significa "el que se sale", el disidente) abandonaron el bando de Alí cuando éste concertó un arbitraje entre él y su adversario, el califa Omeya. Se distancian de sunníes y chiíes en que piensan que la dignidad califal emana de la comunidad, que debe elegir libremente al más digno. Hoy en día, está casi extinta, permaneciendo en Omán.

Esta falta de unidad de gobierno espiritual constituye en la actualidad el problema más grave del mundo islámico, como estamos comprobando en la actualidad. En efecto ¿quién tiene la verdad? [ANEXO Nº 2].

6. El fundamentalismo islámico

El fundamentalismo es un movimiento de carácter casi universal, pero no unitario ni de objetivos claramente identificables (de hecho a menudo son excluyentes entre sí), pues existen movimientos fundamentalistas en el seno de países occidentales, basados en la cultura occidental (muy activos en EEUU e Israel, poco activos en Europa), que no tienen nada que ver con los existentes en los países del mundo árabe, cuya aceptación varía desde su prohibición en Argelia a su triunfo, como el Wahabismo de Arabia Saudí o el régimen de los Ayatolás chiíes en Irán, a su vez opuestos.

Los fundamentalismos no son de ahora. En la Historia se han dado muchas corrientes de pensamiento y de acción que cabría calificar de fundamentalistas. Algunas conocidas por todos: los almorávides o los almohades que invadieron Al-Ándalus en la Edad Media; las corrientes puritanas dentro del movimiento protestante, creando los revivals del siglo XIX en EE.UU.(El término “fundamentalista” nació a principios del siglo XX en los EE. UU y rápidamente pasó a definir el ideario de aquellas comunidades cristianas protestantes que, enarbolando la infalibilidad de la Biblia, pretendían un regreso a las posturas del cristianismo inicial, contrarrestando así la corrupción provocada por la modernidad. De ahí se ha extendido la denominación a otros muchos movimientos recientes de casi todas las religiones del mundo.)

Todo fundamentalismo se basa en un error de comprensión sobre la relación de la esfera religiosa con la esfera racional del hombre (El discurso del papa Benedicto XVI en Ratisbona (13.12.2006) que tan mal interpretado fue por los medios de comunicación de todo el mundo, es sumamente clarificador a este respecto: “Occidente, desde hace mucho, está amenazado por esta aversión contra los interrogantes fundamentales de su razón, y así sólo puede sufrir una gran pérdida. La valentía para abrirse a la amplitud de la razón, y no la negación de su grandeza, es el programa con el que una teología comprometida en la reflexión sobre la fe bíblica entra en el debate de nuestro tiempo. “No actuar según la razón, no actuar con el logos, es contrario a la naturaleza de Dios”, dijo Manuel II, partiendo de su imagen cristiana de Dios, respondiendo a su interlocutor persa. En el diálogo de las culturas invitamos a nuestros interlocutores a este gran logos, a esta amplitud de la razón. Redescubrirla constantemente nosotros mismos es la gran tarea de la Universidad”.), negándole a éste la posibilidad de interpretar y aplicar a cada momento de la Historia las enseñanzas de los libros sagrados. Es la permanente tensión entre la razón y la fe. Por eso, en muchos casos, el fundamentalismo viene inseparablemente unido a la reivindicación de una Sagrada Escritura (Biblia, Corán, Torá), que es infalible, atemporal y universalmente válida para todos los aspectos de la realidad y exige su aplicación literal. La visión fundamentalista de la vida, supone:

  1. Una desautorización de la razón, tal como la propuso la Ilustración (omnímoda y todopoderosa), que desde el siglo XVIII fue despojando a las religiones de autoridad en muchos campos, reduciéndolas a supersticiones.
  2. Consecuentemente, un choque, en la mayoría de los casos, con la moderna visión científica de la realidad, ante el desencanto y el agotamiento del positivismo científico del siglo XX.

El fundamentalismo islámico es el más relevante en la actualidad, considerando la violencia de sus actuaciones en el mundo entero, desde el asesinato del presidente egipcio Anwar Sadat (por su acuerdo de paz con Israel en el año 1979); los diversos atentados que sufrió Hosni Mubarak, presidente egipcio; el atentado a la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) en 1994; los atentados del 11-S, 2001 en Nueva York y los del 11-M, 2004 en Madrid (según la versión oficial); los atentados de París en 2015 y Bruselas en 2016, por el momento.

El fundamentalismo islámico actual o yihadismo, nace en el siglo XX. Se define por:

1. La estricta interpretación de las leyes coránicas y su reglamentación en el ámbito civil y penal. En el plano legal, esto se traduce en la incorporación de la ley islámica (Sharía) a su sistema jurídico, sin adaptación alguna de la misma

2. Rigorismo en la aplicación de los preceptos religiosos a las conductas públicas y privadas.

3. Actitud antimoderna, proselitismo y proyección universal, mediante la guerra santa o yihad, que es interpretada y aplicada de forma más o menos violenta según el grado de moderación de sus líderes, pero siempre contra Occidente [ANEXOS 3 y 4].

4. La unificación de los países de mayoría islámica en una única realidad político-religiosa (panarabismo antes; califato, hoy), guiada nuevamente por un califa o un guía único (ayatollah), según los casos. El fundamentalismo recela de las autoridades actuales constituidas en los países islámicos y no descarta la posibilidad de desbancarlos por la fuerza.

5. La islamización del mundo entero.

En el plano ideológico, el fundamentalismo islámico parte de algunos supuestos:

1. El Islam fue glorioso en el pasado gracias a la observancia estricta de la sharía.

2. Occidente, paradigma de la corrupción moral, arruinó aquel esplendor islámico.

3. La caída de Occidente permitirá que el Islam se recupereDos corrientes, al menos, dentro del islam se separan de estas propuestas: 1ª. Los nacionalistas, que proponen Estados-nación dentro del mundo islámico, alejados de hecho del sueño del califato. Constituyen todos los estados laicistas actuales (Libia, Egipto, Siria, Irak, etc.), sacudidos por violentas revoluciones conocidas como “Primavera árabe”; 2ª. Los conservadores, a menudo de acuerdo con los fundamentalistas sobre la Sharía, pero separados de ellos por el gran respeto que sienten por las autoridades constituidas, conforme al principio que muchos males deben tolerarse para evitar el mayor de todos que es la guerra civil entre musulmanes..

El panorama del fundamentalismo islámico es muy complicado y requiere aclaraciones. Se ofrecen en ANEXO Nº 5.

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2. Aproximación histórica

El islam tiene una historia muy dilatada. La resumimos en cinco etapas:

2.1. Etapa fundacional

610: Predicación y primeros fracasos de Mahoma en la Meca.

622: Huida de Mahoma a Yatrib (Medina al Nabi = Medina). Es la Hegira.

630: Mahoma vuelve a la Meca. Acaba con el politeísmo. La Kaaba se convierte en centro de piedad islámico.

632: Muerte del profeta en Medina.

2.2. Califas ortodoxos

Se les llama así porque conocieron al Profeta en vida.

632: ABU BAKR fue suegro de Mahoma. Sometió Arabia

634: OMAR. Transformó el califato en una “Teocracia”, titulándose “Señor de creyentes”. Extendió el califato por Siria, Palestina, Persia, Egipto.

644: OTMAN. Perteneció a la familia de los Omeyas (Umawiya). Comenzó la expansión marítima. Fue asesinado al pretender hacer hereditario el cargo.

656: ALI. Primo y yerno de Mahoma. Pasó la capital del califato a Kufa (Irak). Murió asesinado por los partidarios de los Omeyas.

2.3. Califato Umawiya (661-750)

661: Fundaron la capital en Damasco. Expansión máxima del islamismo: hasta el Indo por el E. y hasta Pirineos, por el O. (Al-Andalus).

750: Derrota y matanza de los Omeyas, de la que se escapó Abderramán y se refugió en Al-Andalus, que ya había sido conquistada por los musulmanes en el año 711.

2.4. Califato Abbasi (750-940)

En 750, Abul-Abbas, descendiente del Profeta, fue proclamado Califa. Pasó la capital a Bagdad. A la muerte de Harum-Al Rashid (el soberano de “Las Mil y una Noches”), el califato se descompuso de hecho en dinastías locales independientes, tomando gran importancia tres áreas geopolíticas:

NORTEÁFRICA: Destacó la dinastía de los Fatimíes (sucesores de la hija de Mahoma).

EGIPTO: Gobernado por diversas dinastías, la más importante fue la de los Ayubíes, destacando un famoso jefe (“Sultan”), el kurdo Saladino (1174-1193) líder indiscutible en la tercera cruzada.

ORIENTE: Desde 1055 los turcos se hicieron con el poder, fundando el gran imperio de los Seljucidas.

En el año 1258 Bagdad fue destruida por los mongoles.

2.5. El Imperio Otomano (1300-1922)

Los otomanos u osmanlíes (su nombre procede de su fundador, el turco Utman u Osmán) construyeron uno de los pequeños estados de Asia Menor que se fortaleció durante la decadencia del Imperio seljúcida. Su política de alianzas le permitió controlar poco a poco la situación hasta que a principios del siglo XIV se instalaron en el poder.

En 1454 conquistaron Constantinopla, que se convirtió en su capital. Su mayor esplendor vino con Solimán el Magnífico (1494-1566). Dominaron el Mediterráneo oriental, hasta que fueron derrotados en Lepanto (1571). Por su situación geopolítica, el imperio otomano fue puente entre Europa y Asia.

Durante el siglo XIX fueron perdiendo territorios en los Balkanes, expulsados por los nacionalismos europeos emergentes (Grecia, Bulgaria, Serbia, etc.). Terminó su historia como Imperio cuando en la Primera Guerra Mundial (1914-18) fueron derrotados por las potencias occidentales, quedando reducido territorialmente a la península de Anatolia. El desprestigio del sultanato tras este fracaso y la efervescencia de los movimientos nacionalistas, provocaron la revolución kemalista y la aparición de la moderna Turquía.

2.6. El siglo XX: imperialismo y descolonización

Tras la primera guerra mundial (Paces de París, 1919) todo el territorio afroasiático permaneció inmerso en el proceso de imperialismo hasta el final de la II Guerra mundial en que comenzó el proceso de descolonización por el que estos territorios pasaban de colonias francesas, inglesas, portuguesas, alemanas, etc., a convertirse en estados soberanos. Llegaba la hora de la verdad, la de definir estilos políticos y sociales para estos nuevos estados. Se produjo un doble fenómeno:

1º. El impulso de occidentalización (a imitación de Europa) en algunos de los nuevos estados. Es lo que conocemos como estados “laicistas”, que experimentaron la separación del orden religioso del civil en la vida política a imitación de Occidente (Turquía podría ser el prototipo) a la que siguieron, de una manera u otra, muchos estados: Egipto, Túnez, Libia, Argelia, Siria, etc.

2º. La reacción antioccidental / anticolonialista, afirmando sus elementos distintivos, especialmente el religioso (panarabismo, primero; fundamentalismos, hoy)

La aplicación de estos principios comenzó cuando llegó el momento de la descolonización y nacieron nuevos estados que hubieron de perfilar sus sistemas de gobierno y estilos de convivencia. Dos escenarios revisten gran importancia: África, Asia.

AFRICA ISLAMICA. El tercio superior del continente africano:

1. África mediterránea fue pionera: Argelia, Túnez, Libia se independizaron en los años 50.

2. El resto de África islámica (el Sahel y el cuerno de África) lo hicieron en las dos décadas siguientes.

ASIA ISLAMICA. La constituyen varias regiones geopolíticas:

1. ORIENTE PRÓXIMO: Irak, Siria, Líbano, Jordania, Cisjordania, Gaza.

2. PENÍNSULA ARÁBIGA: A. Saudí, Bahreim, EAU, Kuwait, Omán, Qatar, Yemen.

3. ORIENTE MEDIO: Afganistán, Irán, Pakistán.

4. REPÚBLICAS CENTROASIÁTICAS: Kazajstán, Turkmenistán, Tayikistán, Kirgizstán, Uzbekistán.

5. TURQUÍA. Adelantada del laicismo islámico ha sido hasta hoy referencia para algunos países islámicos del Mediterráneo.

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3. Geopolítica del espacio islámico en la actualidad

Algunos indicadores de este espacio, además del de la religión islámica, son:

  1. Riqueza petrolífera: Argelia, Libia, Túnez… Los países del Golfo aseguran el 30% del petróleo mundial y poseen alrededor del 60% de las reservas petrolíferas del mundo.
  2. Su escasa población vive en gran porcentaje de una ganadería nómada, de la artesanía, de un comercio elemental y de la agricultura en los grandes ríos.
  3. Interminables conflictos religiosos internos.
  4. La problemática étnica de los llamados "pueblos sin Estado" (Kurdos, palestinos);
  5. Debilidad del Estado de derecho (instituciones, democracia, etc.) en muchos de ellos (Irak, Afganistán), que ha provocado la descomposición fáctica de los mismos con la amenaza de aparición de nuevas formas de poder (IS y el Califato Islámico en Siria-Irak-Kurdistán).

En la actualidad el mundo islámico afroasiático está marcado por dos hechos opuestos:

a) el fracaso de los regímenes políticos laicistas citados.

b) el renacimiento del integrismo, como reacción de los grupos islámicos más radicales, contra la oleada de "laicismo" y "occidentalismo", impuestos por gobiernos laicistas.

a) El fracaso del laicismo. La llamada “Primavera Arabe”

Desde Marruecos al Golfo Pérsico se produjo en el año 2010 un movimiento de reivindicación de libertades que han llamado “Primavera árabe”.

Comenzaron en Túnez como alzamientos populares contra regímenes políticos corrompidos, afincados en el poder durante décadas, que pese a la demagogia, no han querido o sabido sacar a la población de la miseria. Reclamaban mejora de las condiciones de vida y creación de regímenes democráticos (la de Túnez comenzó por el encarecimiento de los precios). No se trataban de golpes de Estado militares. Eran algo más parecido a una “revolución obrera”.

En efecto, a partir de los años 80 estos regímenes laicistas evolucionaron hacia el autoritarismo, arropados por la corrupción de los clanes familiares dominantes, con la connivencia de Occidente. El pueblo les acusó de no haber sido consecuentes con la occidentalización en lo que se refiere a la democracia, derechos humanos, bienestar económico, etc., viéndose obligada la población a emigrar masivamente a Europa, donde pudo comprobar la existencia de otra forma de vida.

Las primeras consecuencias fueron los derrocamientos de mandatarios en Túnez, Libia, Egipto; las promesas apresuradas de mejoras sociales y económicas; las propuestas de reformas políticas; luego, en algunos escenarios, la guerra y represión sangrienta (Libia, Siria, Yemen). Los resultados finales han sido decepcionantes.

b) El afianzamiento del integrismo islámico

Por otra parte, sectores más radicales del Islam (“fundamentalistas” decimos en Occidente), acusaron a sus dirigentes de “occidentalización” y de laicismo, con lo que se inició o aceleró en estos países lo que nosotros denominamos “terrorismo islámico”, que no es otra cosa que una determinada interpretación de la yihad islámica, aplicada contra los infieles, que no son solamente los occidentales (turistas, por ejemplo), sino los mismos islámicos laicistas (cf. La cita de Said Hawwa en la p. 8).

En el espacio africano, todos conocemos siglas o nombres como: Hermanos Musulmanes, Al-Gama’a al-Islamiya, más violenta (Egipto); AQMI (Al Qaeda en el Magreb Islámico), en Argelia; en Marruecos adopta el nombre de Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM); en Túnez, el de Grupo Combatiente Tunecino (GCT) y en Libia, el Grupo Islámico Combatiente Libio (GICL). El Sahel se ha convertido en foco de expansión de grupos fundamentalistas islámicos (Boko-Haram, en Nigeria; Al-Shabab, en Somalia).

En el espacio de Oriente Próximo y Oriente Medio: Hamás, Hizbola, Al Qaeda, Frente Al Nusra, ISIS.

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4. Algunos escenarios conflictivos

4.1. SIRIA, ENCRUCIJADA DE INTERESES

El conflicto sirio, tal y como lo hemos vivido es la manifestación de un doble problema: Uno, interno, del islamismo político, y que a mi parecer debe solucionar el mundo islámico. El otro es externo: Siria ocupa geopolíticamente un lugar privilegiado en Oriente Próximo, con fachada al Mediterráneo, entre dos estados rivales: Turquía, al norte, miembro de la OTAN e Israel al suroeste.

1. El problema interno: Siria es un país islámico de gran tradición. Piénsese en Damasco capital del califato Omeya. Hoy, más del 80% de su población es islámica. De ellos, una mayoría importante (un 85% acaso) es sunní; el resto es chií (alawi, druso, etc.). El resto de la población es una minoría cristiana (ortodoxa y católica).

Cuando en el año 1970 tomó el poder Hafez-Al-Asad, padre del actual presidente sirio (que gobernó el país hasta su muerte, dejando como heredero a su hijo) triunfó el Partido Socialista Islámico, Baaz. Siria se orientó políticamente hacia formas occidentales, en este caso hacia la URSS, entrando así, como otros Estados islámicos, en la senda del laicismo político, es decir, adoptando un sistema de gobierno que se separaba de la Sharia.

Pero la familia Asad es chií, lo que provocó malestar, por un lado entre gran parte de la población siria que, aunque moderada, es sunní, como hemos dicho, y por otra entre los sectores islamistas radicales, enemigos del estado “ateo”, secular, dirigido por un chií, apóstata, cuyas creencias están fuera de la ortodoxia islámica, por lo que merece la muerte. Said Hawwa, ideólogo de los Hermanos Musulmanes, escribía:

“Los países musulmanes son dirigidos por incrédulos y ateos. Es obligación individual de todo musulmán emprender una campaña de purificación destinada a restablecer el orden. Esto sólo ocurrirá por medio de una yihad que elimine, sin compasión ni piedad, a las incrédulas sectas ocultistas y a los alawíes, así como a los comunistas, a los nacionalistas y a quienes reclaman la separación entre Estado y religión”. (Citado por I. Álvarez-Ossorio, “Las paradojas del islam político en Siria”, Rev. CIDOB d’Afers Internacionals, núm. 93-94, p. 163-178).

No es extraño, pues, que el régimen político de los Asad fuera extremadamente cuidadoso en incluir en sus gobiernos a personajes sunníes, a fin de mantener este difícil equilibrio, pero siempre controlados por los servicios secretos sirios. Su política ha dado resultados, de forma que gran parte de los islámicos de Siria entienden o aceptan la separación del poder político de los preceptos religiosos.

Pero los regímenes laicistas que se impusieron en el mundo árabe en la segunda mitad del siglo XX se han ido deslegitimando por la corrupción interna de sus líderes, perpetuados en el poder bajo formas falsas de democracia, por lo que el mundo islámico se encuentra ante un fenómeno de reislamización social y política. Siria está atravesando el mismo fenómeno y deberá elegir entre mantener la línea laicista de Asad o la de encontrar una alternativa (laicista o islamista) a dicho mandatario.

Y aquí comienza el problema, pues esa alternativa es muy compleja ya que la oposición al régimen de Asad es muy dispersa. Por un lado está el ESL (Ejército Sirio Libre), conglomerado de grupos muy diversos que coinciden en su oposición genérica al régimen; por otro, el MMS (Mando Militar Supremo, apoyado por la oposición en el exilio) que podría ser el grupo que estableciera un régimen moderado en Siria. Los kurdos, por su parte, luchan a dos bandas: contra el régimen de Asad y contra los islamistas radicales que intentan radicalizar a la población kurda. Finalmente está el conjunto de yihadistas (el Frente Al Nusra, vinculado a Al Qaeda; el Emirato Islámico de Irak y el Levante –hoy ISIS/DAESH-- y otros).

2. El problema externo es geopolítico. De poder de las grandes potencias. Siria es un cruce de intereses internacionales. El régimen de Asad, apoyado por la URSS, primero y por Rusia ahora, tiene intereses económicos (venta de armas) y geoestratégicos (utilización de la base naval de Tartus, construida por la URSS en el contexto de la Guerra Fría), se opone a los intereses de EE.UU, que consiguió incluir a Turquía en la OTAN (1952) y que ha apoyado inequívocamente a Israel.

4.2. IRAK ES UN ESPACIO INGOBERNABLE

Vecina de Siria por el Sur, Irak es un espacio muy fragmentado religiosamente: Sunníes: 35-40%; chiíes: 55-60%.

En 1958 un golpe de estado acabó con la monarquía e impuso la República islámica. En 1979 un sunní laicista, Sadam Husein llegó al poder, iniciando la represión contra los chiíes y embarcándose en una dinámica bélica suicida: Guerra contra Irán que terminó en 1988. Inmediatamente reclamó Kuwait y lo invadió (1990). Occidente reaccionó, pues Kuwait posee una de las mayores reservas de petróleo del mundo. Fue la Primera Guerra del Golfo, tras la que Irak fue condenado a un bloqueo internacional que perjudicó fundamentalmente a la población.

Tras los atentados de Mahattan, EE.UU acusó a Sadam de formar parte de un “eje del mal” y de arropar al terrorismo internacional contra Occidente, por lo que Irak se situó en el punto de mira de una nueva operación de castigo por parte de Occidente si no admitía a los inspectores de la ONU, que controlaban el estado de los arsenales de armamento. Sadam fue dilatando este compromiso hasta que los EE.UU intervinieron. Fue la Segunda Guerra del Golfo (2003) que duró unas semanas, tras la que Sadam fue capturado.

En 2005 se votó una nueva Constitución democrática para un Irak dividido entre los intereses difícilmente conciliables de los tres grupos religiosos más importantes: Los kurdos (islámicos suníes; el 17% de la población) al norte; los iraquíes sunníes en el centro (20% aprox.) y los iraquíes chiíes en el centro sur (60%).

Irak no ha conseguido pacificarse y la escalada de violencia va en aumento hasta generar el espectáculo sobrecogedor que estamos contemplando: ISIS / DAESH controla hoy el tercio norte irakí, constituyendo, de hecho, un nuevo Estado.

4.3. IRAN ES UNA TEOCRACIA ISLÁMICA Y UNA POTENCIA REGIONAL

Irán presenta la trayectoria del triunfo político del islam chií.

El Sha Reza Pahlevi acometió en 1941 la occidentalización de Persia sin contar con el peso de la tradición religiosa del pueblo iraní, que se opuso, dirigido por el Imam Jomeini y la Universidad de Teherán. El agravamiento de la situación económica en los años setenta provocó el derrocamiento de éste y la proclamación de la República islámica de Irán (1979).

A la muerte de Jomeini (1989) tomó la “guía de la revolución” el Imam Jamenei, que representaba el ala dura de la revolución, aunque fue elegido el moderado Jatamí como Presidente, que inició un proceso de apertura hacia Occidente. En 2004, este proceso de apertura quedó paralizado pues se impuso de nuevo el ala dura, con el triunfo de Ahmadinejad, rival político de Jatamí y cordial enemigo de Israel (negó el “Holocausto”; prometió la desaparición del estado sionista; apoyó a los grupos islámicos radicales Hamás e Hizbolá, etc.).

Las elecciones de 2013 dieron el triunfo a Hasan Rouhani, clérigo moderado, que promete prudencia y desarrollo en un Irán rico, pero estancado económicamente. Su talante augura una mayor apertura hacia Occidente, si el “Guía de la Revolución” lo permite.

Irán es una potencia regional indiscutible. Con una extensión de más de 1,6 millones de km2 (más de 3 Españas), con accesos al Mar Caspio y Golfo Pérsico (cuencas petrolíferas de primer orden), se convierte en el cuarto productor de petróleo del mundo y la primera en reservas de gas. Su población joven (80 millones de habitantes) supone un activo importante.

De cómo termine el conflicto sirio-irakí depende el que Irán, se convierta o no en la gran potencia chií del Golfo Pérsico, con los problemas que esto crearía a Arabia Saudí.

4.4. AFGANISTÁN ES UN REDUCTO INDOMABLE

Afganistán es un país marcado por la fragmentación étnica, que se une frente a los intentos de dominio procedentes del exterior, pero que se resiste a unificarse internamente.

Fragmentación étnica: en el norte dominan los uzbecos y tayicos, mayoritariamente sunníes.l Al oeste la población es mayoritariamente persa y chií. En el centro, los hazaras, descendientes de nómadas mongoles chiíes, mantienen sus formas de vida aparte. Es sur está dominado por los pashtos (mayoritariamente afganos), un conjunto de tribus con instintos guerreros, muy celosos de su independencia.

En el año 1919 el nuevo emir afgano emprendió un programa de occidentalización, pero encontró gran resistencia social (en particular por su propuesta de emancipación de las mujeres). Esta hostilidad de parte de la población y el oportunismo soviético facilitaron el golpe de estado de 1973, proclamando la república. Se abría así el camino hacia una dictadura comunista que se instauró en 1979, apoyada por la URSS, que invadió militarmente Afganistán. La resistencia de pasthos al sur y tayicos al norte fue incontestable (Lo mismo puede decirse del apoyo norteamericano a estos grupos, que consideraban este asunto como un episodio de la Guerra Fría frente a la URSS. En aquella escena apareció Ben Laden (aliado con EE. UU al principio en sus fines antisoviéticos, pero convertido en feroz enemigo a raíz de la intervención americana en la Guerra del Golfo), haciendo de Afganistán su base de entrenamiento de muyahidines contra los infieles de Occidente).

El hundimiento de la URSS en 1991 supuso el fin del régimen comunista afgano. Empezó entonces el enfrentamiento entre las gentes del norte (tayicos y uzbecos) y los pashtos del sur, hasta vencer estos, imponiendo un régimen islámico arcaico: el régimen talibán (El origen de los grupos integristas pashtos talibán hay que buscarlo en las escuelas islámicas –madrasas– de Pakistán durante la resistencia anticomunista).

En el año 2002 los EE. UU intervinieron como represalia contra los atentados de Manhattan, favoreciendo la guerra civil entre los distintos grupos afganos (los “señores de la guerra”, al norte; el régimen talibán de Kabul, al sur) hasta conseguir derrocar al régimen talibán, que protegía a Ben Laden. Desde ese momento, los esfuerzos han ido orientados a fortalecer un régimen político democrático, muy parecido a los de Occidente, pero que choca con una sociedad muy fragmentada étnicamente y con estructuras sociales, culturales y económicas muy arcaicas. El Presidente Karzai, apoyado por la comunidad internacional y refrendado popularmente en 2005, ha intentado controlar hasta setiembre de 2014 a duras penas un país indómito, pues los grupos talibán tienen una fuerza operativa muy grande. La situación actual es caótica.

4.5. TURQUÍA SE HA CONVERTIDO EN UNA INCÓGNITA

Fue el primer país islámico que llevó a cabo la revolución laicista que desarraigó las formas islámicas del poder. En el año 1923, Kemal Atatürk aprovechó la derrota Turquía en la 1ª G.M. y puso en marcha el proceso de fundación de la nueva Turquía, concretado en seis puntos: republicanismo (abolición del sultanato), nacionalismo (especialmente agresivo con las minorías étnicas, kurdos y armenios); populismo, a falta de una verdadera democracia; estatalismo, es decir, poderosa intervención del estado en todos los aspectos, fundamentalmente en la economía; secularización del poder, reduciendo al islam a funciones meramente religiosas.

En 1952 entró a formar parte de la OTAN, pues Turquía constituye una cuña geopolítica entre la URSS y los estados islámicos del sur. Se situaba así en la órbita del mundo occidental, pero en Turquía se da una contradicción: El Partido Republicano, laicista, que permite la separación entre el poder religioso y el civil, es nacionalista, autoritario y no democrático. Por el contrario, el Partido Democrático permite el juego político de todas las fuerzas, con lo que el islamismo dominante en la sociedad ha ido tomando fuerza política, entrando en el parlamento y ganando las elecciones.

Dicho de otra forma: en Turquía, si se opta por el sistema democrático, permitiendo el juego de partidos, se termina en manos del islamismo dominante socialmente. Si se opta por el laicismo, es preciso ser autoritarios y frenar el islamismo. De ahí que los golpes de estado militares (protagonizados por nacionalistas, partidarios de Atatürk) se hayan sucedido, hasta que en el año 2002 venció en las elecciones políticas Tayyip Erdogan (actual presidente), un islámico que, aunque propugna la separación entre la religión y el estado, mantiene una línea de recuperación de la influencia del islamismo en la vida pública. ¿Habrá iniciado Turquía un proceso de reislamización? Las últimas elecciones (noviembre 2015) que dan mayoría absoluta parlamentaria al partido en el poder (AKP), lo hacen sospechar.

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ANEXO 1
La religión islámica


 Del islam a la yihad

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ANEXO 2
SI EL ISLAM TUVIESE UN PAPA...


«Ojalá los musulmanes tuviésemos un Papa!». Esta exclamación, lanzada como un suspiro de dolor por el escritor egipcio Fahmi Hueidi, fue retomada ampliamente por los medios de comunicación árabes e incluso por Internet, donde todavía sigue suscitando apasionados debates.

Todos los que participan en esta discusión reconocen sentirse fascinados por la imagen del hombre de las manos temblorosas, que recorre el mundo sin tregua ni descanso, reuniendo en todas partes multitudes enfervorizadas y que marca los acontecimientos de nuestro tiempo. En efecto, tras haber contribuido de manera decisiva a la caída del comunismo, Juan Pablo II se permite criticar duramente el capitalismo y desafiar, en Cuba, a la gran potencia americana. Nadie goza de un papel similar entre los musulmanes, que se sienten huérfanos. Algunos lamentan que el califato de Estambul fuese abolido en 1924 y que el jeque de Al-Azhar, decano de la Universidad islámica de El Cairo y considerado, a veces, como la figura religiosa más eminente, no tenga la autoridad moral necesaria. Mientras otros se atienen a la posición tradicional del Islam suní. A saber, que no debe haber ni clero ni Iglesia ni obispo ni tiaras ni casullas de oro y que ningún fiel debe prevalecer sobre los demás, a no ser por su saber y por su piedad.

Esta doctrina ha permitido evitar las malsanas relaciones entre el dinero y la religión, que durante mucho tiempo fueron la plaga del papado. Pero en otros ámbitos, como el de la democracia, esta concepción, a pesar de estar inspirada en la igualdad, no tuvo el efecto deseado, hasta el punto de que nos podemos preguntar razonablemente si la situación actual del mundo musulmán no sería mejor de haber existido, en el cuero de la Historia, una institución similar a la de la Iglesia católica. No es que los papas se hayan pronunciado siempre a favor de las libertades civiles. Incluso mantuvieron durante tiempo la naturaleza divina de la monarquía. Pero al servir sistemáticamente de contrapeso a la omnipotencia de reyes y emperadores, permitieron limitar su libre arbitrio, dejando así a la sociedad civil un espacio de libertad, en el que ésta ha podido desarrollarse plenamente.

Y que trajo enormes consecuencias. Este espacio de libertad no ha dejado de ir ampliándose a lo largo de los siglos y ha promovido la más formidable revolución intelectual, científica y material de la Historia humana, permitiendo a la civilización occidental asumir una posición dominante respecto a todas las demás, que hoy se ven obligadas a imitarla o a resistir su empuje. Probablemente, el papado no ha previsto ni auspiciado tal desarrollo, sobre todo por lo que se refiere a la expansión de la libertad en todas las direcciones. Pero de hecho, contribuyó decisivamente a dicha evolución.

En los países del islam, en cambio, el despotismo de los soberanos fue la regla general, y eso dificultó el surgimiento de una sociedad civil portadora de modernidad. No estoy diciendo que ésta sea la única razón por la que Occidente se desarrolló y el mundo árabe se quedó atrasado. Creo, sin embargo, que esto jugó un papel nada desdeñable. No se puede construir nada duradero en el reino de la arbitrariedad. Y es legítimo lamentar que en ciertos momentos cruciales, cuando la sociedad musulmana parecía a punto de realizarse, no haya tenido una institución estable capaz de oponerse a la tiranía de los príncipes.

La ausencia de tal institución ha tenido también otra consecuencia, que hoy se demuestra calamitosa. Abandonados a sí mismos, sin apoyo alguno, los dignatarios religiosos han estado constantemente a la merced del poder establecido que, hoy como ayer, los nombra y los destituye a su antojo. Por eso, la gente les considera auxiliares del monarca. Cuando éste pierde credibilidad, también ellos la pierden y, por lo tanto, se muestran incapaces de hacer frente el relanzamiento doctrinal de los movimientos radicales.

De ahí que a la contestación política se una muchas veces la contestación religiosa, que nadie consigue controlar.

El mundo musulmán nunca tuvo una institución capaz de excomulgar a un Savonarola. Ninguna autoridad incontestable puede decir, por ejemplo, si los talibanes afganos representan una visión justa o equivocada de la fe.

Caben, pues, todas las herejías y, como consecuencia, es la imagen misma del islam la que sufre. Y sufre tanto que el resto del mundo olvida la grandeza de la civilización que construyó y la modernidad de su mensaje. Mientras la Iglesia católica, anclada siempre en el respeto a las tradiciones, constituyó, paradójicamente un baluarte contra el exclusivo apego al pasado. Es decir, cada se verifica una evolución en la mentalidad, el papado temporiza, intenta ralentizar el ritmo y propende por naturaleza hacia las tendencias más conservadoras. Pero en un momento dado, impelido por la atmósfera general, su posición evoluciona. Lentamente, muy lentamente, da un primer paso e, inmediatamente, el paso dado se convierte en algo ya irreversible. En cierto sentido, la institución, una vez que ha registrado el cambio, no consentirá ya que se dé marcha atrás. Y si en nombre de las Escrituras alguien intenta contestar el paso dado, la Iglesia asume la tarea de marginarlo y de hacerlo callar.

Los menos jóvenes de entre nosotros recordarán todavía la época en la que las mujeres, para asistir a misa, estaban obligadas a cubrirse el pelo. Las primeras que se atrevieron a entrar en la iglesia sin el velo fueron echadas o cubiertas de injurias y humilladas desde lo alto de los púlpitos. Después las cosas cambiaron y, ahora, las mujeres pueden ir a misa como los hombres, con la cabeza descubierta. El paso adelante se da una vez por todas. ¿Es conservadora la Iglesia? Sí, pero también conserva la experiencia. Desde el momento en el que todas las mujeres se quitan el velo, nadie es ya capaz de obligarlas a ponérselo, nadie podrá ya, en nombre de Dios, restablecer lo que el Papa ha abolido. Al final del siglo XX no veremos, pues reaparecer las costumbres heredadas entre el siglo XII y el XIX. La Iglesia no volverá a restablecer la Inquisición ni condenará más a la hoguera a los herejes ni a los infieles y se opondrá a que otros lo hagan.

Por todo este cúmulo de razones se puede entender mejor el por qué el Papa suscita tanto interés y tanto debate en el mundo musulmán. Evidentemente, la Historia no se rehace y son pocos los que creen todavía posible el retomo de un califa que, liberado de sus características políticas, asumiese el papel de autoridad religiosa y moral. Probablemente ya sea demasiado tarde para esto.

Pero no es demasiado tarde para ver nacer instituciones democráticas capaces de frenar los excesos del poder político, capaces de encauzar el retorno religioso, capaces de asegurar una apuesta decidida por la modernidad. En cualquier caso, si tantas personas en el mundo musulmán se sienten huérfanos, no es sólo porque no tengan un Papa o un califa, sino sobre todo porque están privados de libertad, de sus derechos más elementales, de cualquier perspectiva de futuro y porque todavía no han conseguido encontrar su puesto en este mundo, en perpetuo movimiento.

(AMIN MAALOUF, libanes de sangre árabe y fe cristiana, es escritor. En 1983, abordó la otra cara de la cristianización en el ensayo Las cruzadas vistas por los árabes. Sus novelas son el símbolo de la búsqueda de una tercera vía que pueda conciliar Oriente y Occidente. Algunos otros títulos: León el Africano, El manuscrito de Samarcanda)

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ANEXO 3
La Yihad actual


DECLARACIÓN DE BEN LADEN (7 OCTUBRE 2001)

“América ha sido atacada por Alá Todopoderoso en uno de sus órganos vitales y sus mayores edificios han sido destruidos. Gracia y gratitud a Alá. América se ha llenado de horror desde el norte hasta el sur, el este y el oeste, y gracias a Dios América prueba ahora sólo una copia de los que nosotros hemos probado.

Nuestra nación islámica ha estado probando lo mismo durante más de 80 años, humillación y desgracias, sus hijos han sido asesinados y su sangre ha sido derramada, sus lugares santos profanados.

Alá ha bendecido a un grupo de musulmanes, la vanguardia del Islam, para destruir América. Que Alá los bendiga y les conceda un lugar supremo en el Paraíso, ya que Él es el único capaz y designado para hacerlo. Cuando aquellos han defendido a sus débiles hijos, a sus hermanos y hermanas de Palestina y otras naciones musulmanas, el mundo entero se ha encolerizado, los infieles seguidos por los hipócritas.

Un millón de niños inocentes muere ahora mismo, asesinados en Irak sin culpa alguna. No oímos denuncia alguna, no oímos ningún decreto de los gobernantes. Estos días, tanques israelíes atraviesan Palestina, en Ramala, Rafá y BeitJala y en muchas otras partes de la tierra del Islam, y no oímos a nadie levantar la voz o reaccionar. Pero cuando la espada cayó sobre América después de 80 años, la hipocresía levantó la cabeza llorando a esos asesinos que jugaron con la sangre, el honor y la santidad de los musulmanes. Lo menos que se puede decir acerca de esos hipócritas es que son apóstatas que siguieron el camino erróneo. Apoyaron al carnicero frente a la víctima, al opresor frente al niño inocente.

Busco refugio en Alá contra ellos y Le pido que nos deje verlos donde se merecen. Digo que el asunto está muy claro. Tras este acontecimiento, cada musulmán debe luchar por su religión, perseguir a los oficiales de Estados Unidos de América, empezando por el cabeza de los infieles internacionales, Bush, y su equipo, que desplegaron su vanidad cuando sus hombres y sus caballos volvieron contra nosotros a las naciones que creen en el Islam el grupo que restauró a Alá, el Todopoderoso, el grupo que se niega a ser dominado en su religión-. Ellos [América] han estado diciendo falsedades al mundo para anunciar que luchan contra el terrorismo. En una nación en el extremo más lejano del mundo, Japón, cientos de miles, jóvenes y viejos, fueron asesinados y ellos dicen que eso no es un crimen mundial. Para ellos no es un asunto claro. Un millón de niños fueron asesinados en Irak y para ellos esto no es un asunto claro. Pero cuando algo más de la murieron en Nairobi y Dar es Salam, Afganistán e Irak fueron bombardeados y la hipocresía permaneció detrás del líder de los infieles internacionales, el símbolo del paganismo en el mundo moderno, América, y sus aliados.

Yo les digo que estos acontecimientos han dividido el mundo en dos campos, el campo de los fieles y el campo de los infieles. Que Alá nos proteja de ellos. Cada musulmán debe levantarse para defender su religión. El viento de la fe está soplando y el viento del cambio está soplando para eliminar el mal de la Península de Mohammad, que la paz sea con él. Respecto a América, le digo a ella ya su pueblo unas palabras: Juro a Alá que América no vivirá en paz antes de que la paz reine en Palestina, y antes de que todo el ejército de infieles abandone la tierra de Mohammad, que la paz sea con él.

Alá es el Más Grande. Gloria para el Islam.”

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ANEXO 4
DECLARACIÓN DE ISIS (14 NOVIEMBRE 2015)


“En el nombre de Alá, el Compasivo, el Misericordioso

El Todopoderoso dijo: “Y ellos pensaron que sus fortalezas iban a defenderlos de Allah! Pero Alá les llegó desde un lugar del cual no esperaban y arrojó el terror en sus corazones para que destruyeran sus viviendas con sus propias manos y las manos de los creyentes. Así que estén advertidos con sus propios ojos”. [Al-Hashr: 2]

En un ataque bendito para el que Allah facilitó todas las causas para el éxito, un fiel grupo de soldados del Califato (que esperemos Allah dignifique y los lleve a la victoria) lanzaron un ataque, apuntando a la capital de la prostitución y la obscenidad, el portador de la bandera de la Cruz en Europa, París. Este grupo de jóvenes creyentes, que se divorciaron del mundo y avanzaron contra su enemigo esperando ser muertos por la causa de Alá, en apoyo de su religión y de su Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él y sus aliados). Ellos atacaron a sus enemigos y lo hicieron confiados en que Allah les permitirá salir victoriosos y con sus manos infundieran terror en los corazones de cruzados en su propia tierra, en donde ocho hermanos envueltos en cinturones con explosivos y armados con rifles de asalto, atacaron diversos sitios que fueron elegidos con precisión en el corazón de la capital de Francia, incluyendo el Estadio de Francia durante el partido de fútbol entre los equipos de Francia y Alemania -ambas son naciones de la cruzada- y donde se encontraba el imbécil de Francia (Francois Hollande).

Ellos también atacaron el Centro de Conferencias Bataclan, donde cientos de paganos se habían reunido en una fiesta del vicio y la prostitución, así como otras áreas en los distritos 10, 11 y 18 de manera coordinada. Así Paris tembló bajo sus pies, y sus calles estaban constreñidas sobre ellos, y el resultado de los ataques fue la muerte de no menos de 100 cruzados y otros más heridos. Todas las alabanza y gratitud para Alláh.

Dios ha otorgado a nuestros hermanos su deseo y les dio lo que querían, porque ellos detonaron sus cinturones en las reuniones de los incrédulos después de quedarse sin municiones, le pedimos a Alá que los acepte entre los mártires.

Dejamos saber que Francia y todas las naciones que andan en su camino, permanecen en la parte superior de la lista de objetivos del Estado Islámico, y que el olor de la muerte nunca dejará sus narices mientras conducen el convoy de la campaña de los cruzados, y se atrevan a maldecir a nuestro Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y se sientan orgullosos de la lucha contra el Islam en Francia, así como golpear a los musulmanes en la tierra del califato con sus aviones, que no ayuda en absoluto en las calles de París y sus callejones podridos. Este ataque es solo el principio de la tormenta y es una advertencia para aquellos que quieran prestar atención.

Alá es grande”

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ANEXO 5
ALGUNAS ACLARACIONES SOBRE EL COMPLICADO PANORAMA DE LOS FUNDAMENTALISMOS ISLÁMICOS


1ª. Afirmar que no todos los musulmanes son fundamentalistas no significa afirmar que aquellos que no lo son sean amigos de Occidente (Nota 1). Ni los nacionalistas (Sadam Hussein en Iraq, Gadafi en Libia), ni los conservadores como los wahabitas en el poder (Arabia Saudí), cuyas ideas sobre los derechos humanos siguen siendo opuestas a la noción occidental de persona, fueron o son amigos de Occidente. Esto no quita la existencia de alianzas tácticas en función de intereses políticos o económicos.

2ª. Hay al menos dos tipos de fundamentalistas: los que el sociólogo Renzo Guolo llama "radicales", que como en su momento hizo Lenin, piensan que hay que conquistar el poder cuanto antes, por la violencia, para islamizar la sociedad “desde arriba”; y los “neo-tradicionalistas”, que, como propuso Gramsci para el comunismo, opinan que a la sociedad hay que islamizarla "desde abajo", conquistando las escuelas, los media, los tribunales, etc. No se distinguen en los fines, sino en los medios. Es cuestión de estrategia.

3ª. La importancia de ideólogos fundamentalistas dentro del islam en general es grande, siendo muy respetados por la generalidad de los creyentes. En importantes ediciones del Corán, aparecen citados entre los comentaristas más autorizados, importantes fundamentalistas (Nota 2).

4ª. El fundamentalismo se ha revalorizado en el escenario islámico contemporáneo por una razón histórica que merece la pena recordar: Desde hace un siglo se vienen planteando dos preguntas opuestas en el seno del Islam. El islamismo ¿ha perdido poder e importancia en el siglo XX porque se ha quedado atrás respecto a Occidente o más bien porque se ha aproximado demasiado a Occidente, olvidando la pureza de fe? Esta pregunta admite dos respuestas: la “progresista” y la “fundamentalista”. Ésta última ha adquirido nuevo vigor, mientras que la otra, que ha sido experimentada por regímenes laicistas, ha fracasado, según ellos, dando lugar a la corrupción.

5ª. Si es verdad que no todos los fundamentalistas son terroristas, también es verdad que todos los terroristas son fundamentalistas, en un doble sentido al menos: 1º. Todos (Osama Ben Laden, entre ellos) se apoderan de las consignas del fundamentalismo, 2º. Éste representa a un mismo tiempo su móvil y su esperanza. Y es que en el Islam no es realmente posible distinguir entre religión y política. De hecho, si algo preocupa a estos terroristas, es el riesgo de que su gesto se clasifique como suicidio y no como martirio.

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Notas

1) Es importante hacer una aclaración. La decena de países que han vivido la “primavera árabe” tienen una población islámica superior al 90%, con un mundo de convicciones, «que mide la propia fe de acuerdo con el rechazo de las demás» (B. Obama). En efecto, todavía en Egipto —acaso el país más cosmopolita—, buena parte de la población que derrocó a Mubarak, respondía lo siguiente al ser encuestada por Forum on Religion & Public Life: ante la elección de la opción modernizadora o la fundamentalista del islam, el 59 % prefería la última y el 84% reclamaba la pena capital para los apóstatas (cf. Sandro Magister, 3 feb.2011, www.chiesaespressonline.it).

Si bien los regímenes políticos de estos estados son distintos (los norteafricanos, menos Marruecos, adoptaron regímenes laicistas; los de la Península Arábiga han mantenido sus monarquías tradicionales), todos son autoritarios y en ellos la Sharía (en sus interpretaciones más o menos rigoristas) es fuente de legislación civil.

En Marruecos, Argelia y Túnez (países con más del 98% de población islámica) los ciudadanos —musulmanes por definición— son castigados por la ley si se convierten a otros credos. En Libia, la dictadura militar gadafista, por ser más laicista, fue algo más tolerante, salvo con los fundamentalismos islámicos. En Egipto, la Universidad islámica Al-Azhar constituye un formidable instrumento de control religioso sobre la población. Arabia Saudí es una monarquía absoluta controlada por la familia Saud, wahabita, en la que no hay todavía posibilidad de cultos cristianos y permanece la discriminación aun sobre los islámicos chiíes. En Yemen, el código penal castiga la apostasía con la muerte. En Bahreim, Qatar y Omán (con menos del 90% de población islámica) la Sharía también es fuente de legislación y el control estatal, si bien los dos últimos estados permiten erigir lugares de culto a determinadas iglesias cristianas y a otros grupos religiosos.

2) Entre otros, Al´A Maududi (1903-1979), fundador en 1941 en el subcontinente indio de la Jamaat-i Islami, la mayor organización fundamentalista mundial junto con los Hermanos Musulmanes.

LAS PRETENSIONES TERRITORIALES DEL CALIFATO ISLÁMICO

 Del islam a la yihad

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