NEOPOSITIVISMO
Corriente filosófica, surgida a principios del siglo XX, que entiende que sólo la ciencia experimental presenta rango de conocimiento auténtico y que sólo los hechos susceptibles de verificación científica –experimental– están dotados de sentido. Es un cientificismo neto, que parte programáticamente del rechazo de la metafísiica y de la teología.
Sobre todo surge con el empirista Ernst Mach (1838-1916) y los filósofos del Círculo de Viena (Carnap, Schlick, Russel, el primer Wittgenstein...), que niegan directamente la metafísica y solo aceptan el "pensamiento científico utilitarista", basado en procedimientos empíricos con vistas a la predicción de fenómenos.
Así, si un enunciado es empíricamente verificable, tiene sentido; si no lo es, se trata de un enunciado sin sentido, del que ni siquiera puede decirse que sea verdadero o falso. En consecuencia, los enunciados "metafísicos" (¿existe Dios?, ¿por qué existe algo y no más bien nada?, ¿qué significa existir?, ¿qué es la libertad?, ¿existen normas morales que derivan de la naturaleza?...), serían pseudo-proposiciones, pseudo problemas, puesto que es irracional formular preguntas que no pueden ser contestadas con los métodos experimentales. La metafísica sería simplemente expresión de actitudes emotivas, útil quizá para la expresión de sentimientos subjetivos, pero incapaz de afirmaciones verdaderamente objetivas, válidas.
Para el neopositivismo, la función de la filosofía se limita a aclarar el sentido de las proposiciones (enunciados) o sea, al análisis lógico mediante el cual se delimita qué proposiciones tienen sentido y cuáles no lo tienen (criterio de demarcación, que se reduce al criterio empirista de significado y, en definitiva, al principio de verificación empírica).
Además de estrechar sin motivo suficiente el ámbito del saber, no se justifica a sí mismo, puesto que el principio de verificación no es verificable a su vez. Por otra parte, no es aplicable ni siquiera en las ciencias, pues todo concepto o magnitud científica, todo enunciado, incluso los que describen los fenómenos más sencillos, contienen conceptos teóricos que no pueden reducirse a una simple colección de observaciones. Karl Popper llega a afirmar que «los positivistas, con sus ansias de aniquilar la metafísica, aniquilan junto con ella la ciencia natural» (Lógica de la investigación científica).
