El grano de trigo

Rabindranath Tagore

FICHA

  • Comentario de texto breve (Poema).
  • VALORES QUE SE PUEDEN TRABAJAR:
    SOLIDARIDAD, GENEROSIDAD, ALTRUISMO, SOBRIEDAD, DESPRENDIMIENTO.
  • Edad y nivel: 12 años en adelante (6º Primaria – ESO).
  • ÁREA DE CONOCIMIENTO: Valores éticos, filosofía, tutoría...
  • DURACIÓN / TEMPORALIZACIÓN: una hora.
  • MATERIALES Y RECURSOS NECESARIOS: Texto fotocopiado y cuestionario. Hojas para responder a las preguntas
  • SINOPSIS: Célebre poema-relato del Nobel indio Rabindranath Tagore, que narrala historia de un mendigo que recibe la sorprendente petición de un rey de que sea él quien le dé algo como limosna. Tras la perplejidad inicial, el mendigo le da un grano de trigo de su saco. Pero su sorpresa consistirá en encontrar por la noche, al vaciar su saco, un grano de oro entre el montoncito de los suyos. Termina con un lamento por su falta de generosidad.
  • REFERENTE TEÓRICO: Los valores de la generosidad, el altruismo, la solidaridad y el desprendimiento nos llevan a utilizar correctamente nuestros bienes y recursos -también los menos tangibles, como el tiempo, entre otros-, liberándonos de nuestra avaricia y de nuestro egoísmo, para ponerlos al servicio de las demás personas. Es importante acrecentar la estima por el valor y dignidad de las demás personas, y la sensibilidad por sus carencias o necesidades, desapegándonos de nuestras propias posesiones e intereses. La experiencia práctica nos hará comprobar que la generosidad es buena no sólo para el que recibe un don, sino también para el que lo realiza. El clima de generosidad hace la convivencia grata y deseable.
  • DESARROLLO: Tras la lectura en común del texto y de unas preguntas dirigidas a aclarar el significado del mismo, se plantearán algunas actividades de reflexión para aplicar el mensaje del texto a la vida cotidiana.

ACTIVIDAD

TEXTO

Iba yo pidiendo, de puerta en puerta, por el camino de la aldea, cuando tu carro de oro apareció a lo lejos, como un sueño magnífico. Y yo me preguntaba, maravillado, quién sería aquel Rey de reyes. Mis esperanzas volaron hasta el cielo, y pensé que mis días malos se habían acabado. Y me quedé aguardando limosnas espontáneas, tesoros derramados por el polvo.

La carroza se paró a mi lado. Me miraste y bajaste sonriendo. Sentí que la felicidad de la vida me había llegado al fin. Y de pronto tú me tendiste tu diestra diciéndome: “¿Puedes darme alguna cosa?”.

¡Ah, qué ocurrencia la de tu realeza! ¡Pedirle a un mendigo! Y yo estaba confuso y no sabía qué hacer. Luego saqué despacio de mi saco un granito de trigo, y te lo di.

Pero qué sorpresa la mía cuando al vaciar por la tarde mi saco en el suelo, encontré un granito de oro en la miseria del montón. ¡Qué amargamente lloré de no haber tenido corazón para dártelo todo!

Rabindranath Tagore

REFLEXIÓN PREVIA

Los valores de la generosidad, el altruismo y el desprendimiento consisten en saber utilizar correctamente nuestros bienes y recursos -también los menos tangibles, como el tiempo, por ejemplo-, manteniéndonos libres de nuestras apetencias excesivas y, si es necesario, para ponerlos al servicio del bien de las demás personas. Nos enseñarán a valorar sobre todo a las personas, y no tanto, quizás, las cosas materiales.

En ocasiones encontramos o sabemos de personas con carencias y necesidades diversas. En cualquier situación debemos superar nuestro egoísmo e indiferencia para colaborar en el bienestar de las demás personas. No importa si es mucho o poco lo que podemos aportar, lo importante es poner a disposición del bien de los demás lo que tenemos, o sabemos. Y no sólo lo que nos sobra, a veces también nos veremos en la situación de dar o aportar cosas que nos cuestan. Poseemos conocimientos, cualidades y habilidades que muchas veces nos cuesta trabajo poner a disposición de las personas, porque requiere prescindir de nuestro descanso, gustos, y comodidades para llevarse a efecto.

La generosidad y la sobriedad tienen que ver con la importancia que le damos a las cosas, el uso que hacemos de ellas y la intención que tenemos para ponerlas al servicio de los demás.

A veces en broma, pero muchas veces en serio hemos escuchado decir de alguien: “quiere más a su coche que a (...)”, “ni se te ocurra tocar sus (...) porque tendrás problemas”, “ni se lo pidas, jamás presta lo que tiene”, “todo su dinero lo ocupa para (...)”, etc., y todas ellas reflejan a una persona con apego excesivo por lo que tienen.

Cuando nuestro aprecio es mayor por las cosas que por las personas, nos resistimos a compartir lo que tenemos. La generosidad y el desprendimiento que ésta genera ayuda a superar ese sentimiento de posesión exclusiva y a ofrecer gustosamente nuestros bienes y valores a favor de nuestros amigos, de compañeros o de otras personas. Y lo paradójico de esto es el hecho de que, cuanto más sinceramente ofrecemos nuestro tiempo, nuestra ayuda o nuestro interés a otras personas, experimentamos una sensación de mayor gozo y satisfacción. Hay precisamente un proverbio indio que afirma: “Todo lo que no se da, se pierde”.

ACTIVIDADES

1) Análisis y comprensión del texto:

  • Resume brevemente el contenido del poema, con tus palabras. ¿Serías capaz de resumir en una sola frase lo esencial de su contenido o su enseñanza?
  • ¿Piensas que en el mundo hay mendigos de otras cosas que no son el dinero? Pon algún ejemplo y razónalo.
  • ¿Qué crees que es lo más sorprendente de esta historia? ¿Se te ocurre alguna situación en la vida en la que puede ocurrir algo parecido, que la generosidad sea buena no sólo para quien la recibe sino para la persona misma que la ofrece?

2) Reflexión aplicación a a la vida:

  • Si pudieras elegir, ¿dónde preferirías vivir, en el seno de un grupo humano en el que predominara la generosidad y la solidaridad o en el que predominara el egoísmo? ¿Por qué?
    • En dos columnas paralelas, sitúa dos actitudes contrapuestas: Un grupo de personas (familia, amigos, trabajo, ciudad...) donde reina la generosidad mutua, y otro donde prevalece el egoísmo. Y debajo de cada uno, en contraposición, 4 gestos o situaciones concretas para las personas que integran esos grupos:
El grano de trigo
  • Elabora una lista de las cosas que piensas que abundan en tu ciudad o en tu país. ¿Se podría hacer algún tipo de campaña de donaciones o colaboraciones para compartir con otro país o localidad más desfavorecida?
  • ¿Te gustaría que haya más generosidad y solidaridad en tu grupo de amigos, tu familia, tu centro de estudios o tu ciudad…? Empieza tú dando ejemplo, y “no te canses nunca de estar empezando siempre”. Aquí tienes algunas ideas que pueden ayudar:
    • Elabora una lista de las cosas que tienes y determina cuales realmente necesitas y cuales son caprichos, vanidades, etc.
    • Ayuda a una obra de solidaridad haciendo una aportación significativa, de acuerdo con tus posibilidades.
    • Enseña a otros a hacer algo que sepas hacer bien
    • Regala o dona un bien al que sientas que te has apegado en exceso, a favor de alguien que lo necesite más que tú.
    • Procura decir más veces “si” cuando te pidan algo prestado sin poner pretextos.