El ser humano y la muerte: ser y sentido

Presentación y programa

El ser humano y la muerte: ser y sentido

El grupo de amigos filósofos SOCRAT3.99 nació con el expreso deseo de cultivar y compartir nuestra reflexión, afanes y experiencias en una común y amigable búsqueda de la verdad.
Nos pareció desde el primer momento que la línea nuclear de nuestra investigación y nuestros encuentros podía ser el ahondar en el estudio y comprensión de la naturaleza humana, perspectiva que podría dar asimismo unidad a cuantas cuestiones salieran a nuestro paso. Correlativamente, nos comprometíamos a preguntarnos y a aportar cuanta luz pudiéramos acerca de la dignidad de la persona.

Por ello, más tarde o más temprano, estaba cantado que vendríamos a afrontar un asunto humano fundamental: la muerte, lo que al mismo tiempo no es sino plantear de forma directa el núcleo esencial de la vida humana: su hondón y su horizonte último. La muerte es un hecho crucial, condición ineludible de la vida humana. De toda vida por lo demás, pero el ser humano es el único ser vivo que sabe de antemano que va a morir. Y esto dota de una luz singular a nuestra existencia.

Reflexionar sobre la muerte no tiene por qué ser algo morboso o enfermizo. Al contrario, puede ser un estímulo para vivir de forma adecuada, para hacer algo valioso del tiempo limitado del que cada uno dispone. Y es que la vida alcanza relieve e importancia cuando se la considera a la luz de su término y de su meta. La conciencia de la muerte no convierte el mundo en una farsa o en un sueño sino en un drama real, en el que no es indiferente en modo alguno interpretar bien el papel, o los papeles, que nos han sido asignados.

La muerte es indudablemente el término de esta vida, pero hay algo en el ser humano que mira más allá, y que anhela que el horizonte no sea la nada. De no ser así, la vida acabaría siendo algo intrascendente (literalmente: lo que no va más allá). Si sólo se vive una vez, dado que moriremos, y si el más allá es un misterio abierto a un horizonte de esperanza, esta vida no es algo trivial ni repetible, porque tiene fin y porque reclama una finalidad.

Escribe el filósofo Gabriel Marcel: “Amar a un ser es decirle: tú no morirás; y esto significa que hay en ti, puesto que te amo, algo que me permite franquear el abismo de la muerte.” Y el poeta del siglo de oro se rebela ante la aniquilación definitiva: “Alma a quien todo un dios prisión ha sido,/ venas que humor a tanto fuego ha dado, médulas que han gloriosamente ardido,/ su cuerpo dejará, no su cuidado;/ serán ceniza, mas tendrá sentido;/ polvo serán, mas polvo enamorado.” El amor humano es más fuerte que la muerte…

Pero, cabe preguntarse, y eso ¿por qué? ¿Y por qué no nos resignamos a morir, y menos aún si es para siempre? Sin embargo, como afirma D. Von Hildebrand, “una prolongación ilimitada de la vida, en esta nuestra forma de existencia terrenal, sería también algo inimaginable… sería también un mal horrible, una suerte de infierno.” Como diría Kant: “¿Qué nos cabe esperar… qué es el hombre?”.

Grupo “SOCRAT3.99”

PROGRAMA



SÁBADO 27

Mañana:

Reunión inicial y presentación (10:00 h.)

PONENCIA (10:15 h.):
"El ser humano ante la muerte"

Prof. D. JOSÉ LUIS CABRIA ORTEGA
Catedrático de la Facultad de Teología del Norte de España. Burgos.

Tarde:

Visita a la Catedral de Burgos y
Las Edades del Hombre

VIDEOFORUM:
"El séptimo sello
Ingmar Bergman (1956)

DOMINGO 28

Misa en la Cartuja de Miraflores (10:00 h.)

Coloquio abierto de experiencias didácticas y propuestas de trabajo (11:30 h.)